PRAGMATISMO Y POSITIVISMO
Enviado por milenahernandezb • 21 de Octubre de 2013 • 1.829 Palabras (8 Páginas) • 1.019 Visitas
¿Qué influencia tiene el pragmatismo en la actualidad?
Sitúa el pensamiento humano en el orden natural de las cosas y le proporciona una trayectoria hacia delante, en lugar de la trayectoria hacia atrás, propia de las viejas epistemologías y de la filosofía analítica. El contenido de pensamiento ha de ser hallado en las experiencias anticipadas más que en las causas históricas. Se trata de una filosofía dinámica que puede incorporar la creatividad dentro de las actividades intelectuales, aun cuando el significado creativo no está sujeto estrictamente al análisis pragmático.
El pragmatismo relaciona el significado con la evidencia y es naturalmente compatible con una base inductiva para el conocimiento. En este respecto, el pragmatismo casi parece ser una extensión del método científico y nos produce la impresión de ser completamente moderno en el mejor sentido.
Como el pragmatismo enlaza el significado y la justificación con la experiencia futura más que con las causas pasadas, deja abierta la posibilidad y la legitimidad de muy creativos métodos de investigación y descubrimiento. Es en este respecto que la abducción peirceana, su método de conjetura informada o intuitiva, se conecta con su pragmatismo. La legitimidad de una hipótesis no se deriva del lugar de donde provino la idea sino de lo que se puede hacer con ella y de si la experiencia futura la sustenta o no.
Relación Pragmatismo Y Empirismo
Las vinculaciones entre el pragmatismo y el empirismo han sido siempre complejas, ambivalentes y estrechas. En efecto, si bien puede decirse que el pragmatismo clásico constituye una filosofía de raigambre empirista, no es menos cierto que todos los autores pragmatistas desarrollaron una crítica novedosa del viejo empirismo británico. Ya sea que se trate del "realismo crítico del sentido" de Peirce, del empirismo radical de James o del instrumentalismo de Dewey, en todos estos casos se evidencia la recepción crítica que del empirismo efectuaron los clásicos del pragmatismo. En nuestros días, con el giro lingüístico de por medio, la situación ha cambiado sensiblemente. Luego de los ataques de Quine a los dos dogmas del empirismo -la distinción analítico-sintético y el reduccionismo- sumados a la crítica de Davidson al dualismo esquema-contenido (el supuesto tercer dogma), poco parece haber quedado de una filosofía que pueda tildarse de "empirista". En términos de historia de la filosofía, la novedad con la que nos encontramos aquí es la de un pragmatismo profundamente divorciado del empirismo o, en el caso de Rorty, un pragmatismo claramente anti-empirista. Pues bien, situándome en el seno del pragmatismo contemporáneo, quisiera abordar las vinculaciones entre estas dos corrientes filosóficas -el empirismo y el pragmatismo- a partir de un problema que ha resultado central en la epistemología contemporánea, a saber, el de si la experiencia constituye, en algún sentido, una instancia de legitimación de nuestras creencias. En la primera sección de este trabajo discuto la tesis rortyana según la cual la experiencia únicamente causa creencias, pero no las justifica (I). En la segunda sección, en cambio, presento las líneas generales de una concepción alternativa que, evitando una recaída en el llamado "mito de lo dado", pretende devolverle a la noción de "experiencia" su significado epistemológico (II).
Relación Pragmatismo Y Neoliberalismo
Es el pragmatismo exagerado que niega la importancia del análisis reflexivo y profundo que transcienda la realidad presente y a la persona humana la posibilidad de crear su utopia, su sueño alrededor de realidades intangibles, la apología al pensamiento pragmático tiene su génesis en el modo de pensar norteamericano donde a mediados del siglo pasado se crearon las bases rudimentarias de esta línea de pensamiento en un ensayo denominado “ como hacer claras nuestras ideas”
El pragmatismo fue sin duda la corriente filosófica más influyente en Estados Unidos y su característica principal fue su aceptación de la realidad tangible y lo práctico como los parámetros de medición de lo bueno y lo malo, lo moral y lo inmoral.
Pero como señala Andrés Pérez Baltodano en el prólogo de los "dilemas de la democracia", el pragmatismo fue una orientación intelectual derivada de una grandeza previamente concebida y alcanzada con visión política y con aspiraciones colectivas. El pragmatismo no crea la grandeza de los Estados Unidos, sino que facilitó la administración de esa grandeza.
Es necesario precisar, sin embargo que el pragmatismo absoluto del que se habla hoy está disociado del espíritu colectivo y la solidaridad humana, el ser humano entra al mercado individualizado, incoordinado y su único propósito es el éxito egoísta aunque este éxito signifique la exclusión y marginalización de aquellos que por múltiples razones no le ganaron la batalla al mercado total.
Pero nuestra intención aquí no es prescindir la práctica como tal, sino lo negativo de ser práctico en el sentido de que un quehacer puramente pragmático y egoísta en el que no se escatimen medios de acción con tal de lograr los fines propuestos, violenta el espíritu de solidaridad y lo moral de los seres humanos.
En ausencia de valores fundamentales, el pragmatismo como señala Serrano Caldera, deja de ser una filosofía y se convierte en una forma de vivir al margen de cualquier marco de principios éticos.
En el hostil mundo pragmático los valores humanos están demás, el hombre pensante es excluido y marginado y la actitud práctica e individualista se perfila como criterio absoluto para triunfar en el mundo brutal del libre mercado.
Nada puede existir al margen del mercado, cualquier valor humano sólo es válido en el ámbito de la libre competencia, dentro de la cual el hombre construye su éxito o edifica su fracaso.
Desde esta lógica pragmática y mercantilista el valor de la persona humana se determina por su dinámica
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