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Padres Apostólicos


Enviado por   •  20 de Mayo de 2014  •  2.203 Palabras (9 Páginas)  •  232 Visitas

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LOS FUNDAMENTOS DE LA ESPIRITUALIDAD CRISTIANA

Los principios de la espiritualidad cristiana son los transmitidos directamente por Jesús y sus primeros discípulos.

Históricamente se divide en: la doctrina espiritual de Jesús y de los apóstoles, y la doctrina espiritual de los Padres Apostólicos

DOCTRINA DE LOS PADRES APOSTÓLICOS

El nombre Padres Apostólicos designa a un pequeño grupo de escritores de la primitiva Iglesia, que trataron directamente con los apóstoles. El patrólogo Cotelier fue el primero en agruparlos bajo este nombre en 1672, proponiendo a: Bernabé, San Clemente Romano, Hermas, San Ignacio y San Policarpo. En 1765, el oratoriano Gallandi incluyó a: Papías, Dioneto y a la Didaché

Aunque no puede demostrarse que todos estos Padres conocieron o trataron directamente con los apóstoles, no se puede negar que transmiten el eco vivo de la primitiva predicación apostólica. Dan una impresión inmediata, íntima y cálida de la vida de la Iglesia.

Abarcan desde la Didaché, el más antiguo, hasta el Discurso a Diogneto.

En general muestran que la vida de la Iglesia y por ende de cada cristiano, es una vida interior, vida dentro de nosotros, donde está el Reino de Dios y la Gloria. Esta vida del cristiano no tendría sentido y se desvanecería si no tuviera como principio, medio y fin a Jesucristo.

1. La Didaché o doctrina de los doce apóstoles

Historia: oculta por varios siglos en un manuscrito del escriba León en Constantinopla, hasta 1873 en que la descubrió el arzobispo griego, Filoteo Briennios, en la biblioteca del Hospital del Santo Sepulcro de Constantinopla. Autor desconocido y se desconoce el lugar la fecha exacta de su composición (70-90).

Contiene dos cartas de San Clemente Romano y la Epístola de Bernabé. Fue el más valioso hallazgo de los tiempos modernos en literatura cristiana.

Doctrina: habla en tono de aseveración, sin reserva, restricción o vacilación en lo que afirma. Nadie, ni un apóstol o profeta, puede quitar o añadir nada al códice. Es breve. Algunos fragmentos:

a. Los dos caminos: hay un camino de la vida y otro de la muerte, cuya diferencia es grande. El camino de la vida es este, en primer lugar amarás a Dios que todo lo ha creado, en segundo lugar, a tu prójimo como a ti mismo, y no hacer todo aquello que no quieres que se haga contigo.

b. La perfección evangélica: El camino de la vida consiste en: bendecir a los que nos maldicen y rogar por los enemigos. Amar a los que nos aborrecen y así no tendremos enemigos. Apartarse de los deseos carnales y corporales. No aborrecer a ningún hombre, al que te pida le darás sin reclamar, ser paciente, compasivo, sincero, tranquilo, bueno y temeroso. No te exaltaras a ti mismo, conversarás con los justos y pecadores. Recibirás bienes sabiendo que sin la disposición de Dios nada sucede. Buscarás todos los días los rostros de los santos para descansar en sus palabras. No fomentar la escisión y buscar la paz. Confesarás tus pecados y no te acercarás a la oración con la conciencia mala. No abandonar los mandamientos de Dios y guardar lo recibido sin añadir ni quitar nada.

c. La Eucaristía: solo los bautizados pueden comer y beber de la Acción de Gracias. Después de saciarse se debe dar gracias. Dar gracias, después de haber confesado los pecados, a fin de que el sacrificio sea puro.

d. El fin de los tiempos: vigilar la propia vida, que no se apaguen las linternas, estar preparados, no se sabe la hora de la venida de Dios. De nada servirá todo el tiempo la fe, sino no somos perfectos en el último momento.

2. San Clemente Romano

Biografía: Cuarto obispo de Roma, después de San Pedro, Lino y Anacleto. Sufrió el martirio sumergido en el mar Negro. Parece que la basílica de Roma fue construida sobre su casa. Su fiesta litúrgica se celebra el 23 de Noviembre.

Doctrina: Aunque se le atribuyen varias cartas, sólo una es auténtica; la que escribió a la comunidad cristiana de Corinto, hacia el año 96, para apaciguar una sedición que habían formado por envidia contra sus propios presbíteros.

La carta se divide en dos partes. La primera contiene consideraciones morales de orden general, destinadas a preparar a los corintios a recibir los avisos y órdenes concretas que serán dadas en la segunda parte.

Consideraciones para la espiritualidad cristiana: recuerda la necesidad de mantener la concordia practicando el olvido de las injurias, la caridad, paz y equidad. Trata de la fe, penitencia, continencia, castidad, paciencia y sobretodo humildad y obediencia. La humildad engendra paz y dulzura, donde ella reina está también la equidad, longanimidad y obediencia.

La humildad coloca a cada uno en el lugar que le corresponde y predispone a obedecer a Dios. Cristo pertenece a los humildes, Jesucristo vino al mundo en espíritu de humildad. El mundo armoniosamente ordenado da un ejemplo de la sumisión y obediencia a las leyes del Creador.

Los diferentes miembros de la sociedad son solidarios entre sí, como los miembros del cuerpo que conspiran todos y sirven por una subordinación unánime que es la salud del cuerpo entero.

La caridad nos junta con Dios, cubre los pecados, todo lo sufre y soporta. No fomenta el cisma, lo hace todo en concordia. Sin la caridad nada le es agradable a Dios.

3. San Ignacio de Antioquía

Biografía: una de las figuras más grandes y de los espíritus más fuertes de la antigüedad cristiana. Discípulo de Pedro y Pablo. Obispo de Antioquía del año 69 al 107. Fue mártir, conducido preso de Siria a Roma en tiempo del emperador Trajano y fue destrozado por las fieras del anfiteatro romano. Los cristianos se apresuraron a recoger los huesos que las fieras no trituraron, y puestos en una caja, fueron trasladados a Antioquía.

Escribe siete cartas que le describen con caracteres de fuego. Su temperamento es de fuego. San Ignacio añadía a su propio nombre el sobrenombre griego de Teóforo (portador de Dios). La leyenda le da una doble explicación: En sentido pasivo (“el llevado por Dios”; aquel que Dios tomó en sus brazos y presentó a los apóstoles como modelo de humildad. En sentido activo (“el portador de Dios”; designa la unión espiritual del cristiano con Dios, la leyenda cuenta que después de su muerte, se encontró grabado en su corazón, en letras de oro, el nombre de Cristo. Para él todos los cristianos son teóforos, portadores de Dios.

Doctrina: fragmentos de la carta a los Efesios.

a. Teóforos: todos somos portadores de Dios y portadores de un templo, de Cristo, de santidad. Nada se le oculta al Señor, nuestros íntimos secretos están cerca de Él. Hagamos todas las cosas con la fe de que Él mora en nosotros.

b. Ansia del martirio: sus palabras

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