Parménides y Platón

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Tabla de contenido

1.        INTRODUCCIÓN        3

2.        EL PROBLEMA DEL SER EN PARMÉNIDES        4

2.1.        POEMA SOBRE LA NATURALEZA        5

2.1.1.        LA VÍA DE LA VERDAD        7

2.1.2.        LA VÍA DE LAS APARIENCIAS        9

3.        PLATÓN        11

3.1.        EL PARMÉNIDES        12

3.2.        EL SOFISTA        13

4.        CONCLUSIONES        14

5.        BIBLIOGRAFÍA        16

1. INTRODUCCIÓN

La cimentación del actual trabajo deriva del profundo interés que despertaron en mí las primeras lecturas de la filosofía de Parménides. Tras conocer a Platón los pensamientos encajan y decido profundizar en los vínculos que unen a ambos filósofos.

Dirijo la investigación de cada pensador en vías paralelas con la finalidad de encontrar los puntos en que convergen sus reflexiones. Trataremos de revisar la bibliografía necesaria para estudiar el pensamiento individual y conjunto de Parménides y Platón, sobre todo aquello que concierne a la ontología. Acudiremos a diversas Historias de la filosofía y textos fuente.

El primer capítulo del texto aborda el problema del ser en Parménides, subrayando la importancia de sus pensamientos en posteriores como el de Platón. Convirtiéndose en un trabajo de contextualización y profundización en su Poema sobre la Naturaleza y las partes en que se divide. Esta parte es una explicación necesaria pues el problema del Ser en Parménides es punto de partida y soporte de nuestra pregunta,  en la segunda no se explicará de forma aislada el pensamiento de Platón o su teoría, sino que directamente se establecerán las necesarias comparaciones para poder llegar con éxito a nuestras  respuestas.

Es bien sabido por todos que Platón era admirador del pensamiento de Parménides. “La determinante presencia de Parménides en el Platón maduro o clásico […] presenta las Ideas como conceptos socráticos de ser parmenídeo: inmutables, inteligibles, eternas, etc.”  (Oñate y Zubía, 2004, p. 267) .

Conocemos la opinión y la revisión a sus ideas en el diálogo homónimo en el que conversa con Sócrates, el Parménides.  La fecha de nacimiento de Parménides se calcula de acuerdo con los años que data el diálogo de Platón.

 En función de los autores que componen las distintas piezas de nuestra bibliografía comprobamos que cada uno sitúa a mayor o  menor distancia a los filósofos pero en todos se observa la cercanía existente entre ambos, entre el Ser de Parménides y la Teoría de las Ideas de Platón.

1. EL PROBLEMA DEL SER EN PARMÉNIDES

A modo de introducción intentaremos presentar la imagen del filósofo, recordando vida, ideas y obra como paso previo a un recorrido por su Poema sobre la Naturaleza.  

Natural de Elea sabemos que fue discípulo del pitagórico Aminias por lo que algunos lo recuerdan como perteneciente a dicha escuela. Heredero de las enseñanzas de Jenófanes y auténtico fundador de la escuela eleática.

Es importante conocer que Parménides abandonaba la clásica antítesis de los presocráticos entre “Naturaleza” y “cosas” particulares, estableciendo el dilema entre el “ser” y el “no-ser”. “En la dualidad “naturaleza” y “cosas” Parménides borra de un plumazo las “cosas” y se queda solamente con la “naturaleza” (=ser). Asimismo en la dualidad “sentidos” y “razón” suprima la confianza en el testimonio de los sentidos y se queda solamente con lo que él pretende ser el “testimonio de la razón”. (Fraile p. 188)

No da importancia alguna al testimonio de los sentidos, pues afirman la existencia de cosas particulares y de movimiento, para Parménides solamente es fiable el testimonio de la Razón, significando el Ser Uno, eterno, indivisible e inmóvil, revelándose de este modo la ontología de Parménides en un monismo estático absoluto.

“Aunque Parménides afirma la distinción entre la razón y la sensación, no lo hace para establecer un sistema idealista, sino para establecer un sistema monista materialista, en el que el cambio y el movimiento son rechazados como ilusorios. Sólo la razón puede aprehender la realidad, pero esa realidad que la razón aprehende es material” (Copleston, 1994, p.46)

El Ser-Uno de Parménides podría llevarnos a una equivocada interpretación religiosa, como si de un “dios” se tratase, debido al simbolismo de su poema. Por otro lado su formación pitagórica (vínculo que mantiene con Platón por su influencia pitagórica) como sostiene Cornford (1989) “se debe a sus preferencias por la unidad, el reposo y el límite, y su aversión por la pluralidad, el movimiento y lo ilimitado” (p.71)

Se le conoce como el introductor de la argumentación y el razonamiento como sustitución de la afirmación. Herencia apreciable en el reductio ad absurdum de Zenón y los epiqueremas.

Profundizaremos en su Poema sobre la Naturaleza, en especial su primera parte donde indaga en el problema del Ser.  

1. POEMA SOBRE LA NATURALEZA

En la puesta en escena de su poema Parménides sigue a la tradición apocalíptica: la verdad se la revela una diosa que le visita en una región que está más allá de las puertas del día y la noche. Se presenta a Parménides sentado sobre un carro arrastrado por caballos alados, guiados por las Hijas del Sol, las cuales abandonan las moradas de la Noche, apartándose los velos (tinieblas) de la cabeza. Al llegar a una bifurcación (Y) en que se separan los caminos de la noche y del día, cuyas puertas guarda la Justicia vengadora, ésta, a ruegos de las Hijas del Sol abre las puertas por cuales penetra el carro por el camino que conduce a la morada de la diosa que guarda la Verdad en la casa de la luz, la cual acoge amablemente al poeta, y tomando su mano derecha le dirige su discurso. // Parménides viaja en el carro del sol por una carretera, lejos de los caminos trillados de los hombres, la cual le lleva a través de las puertas del Día y la Noche.

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