Pensamiento De Heraclito
Enviado por danielvecan • 8 de Abril de 2015 • 1.057 Palabras (5 Páginas) • 570 Visitas
Heráclito, fue un enigmático personaje que vivió en el siglo VI a. de C. en la Grecia Antigua, nació en Éfeso, hoy desaparecida, que actualmente es Turquía, a él lo apodaban el Oscuro por el carácter enigmático que revistió a menudo su estilo, una de sus obras más importantes es titulada “De la naturaleza” donde nos habla del universo, la política y la teología. El se inclina hacia saberes como la metafísica o la física. Heráclito para nosotros fue un filósofo mayor que ninguno de sus antecesores, ya que profundiza mucho más en la realidad, pero es el gran olvidado, puesto que no se ha estudiado como se debiera todo su pensamiento. No obstante, una de sus características es su oscuridad expresiva, lo que ha llevado a malentender su trabajo. Y, además, su trabajo es muy breve, con lo que no es posible elaborar un estudio tan completo como el que se podría haber realizado en el caso de tener más datos escritos sobre su pensamiento. Heráclito tenía varios pensamientos aunque podemos destacar dos, uno dice que todo fluye y nada permanece y el otro habla de la unidad de los contrarios, refiriéndose a esto él dijo “no es posible meterse dos veces en el mismo río”, y proclamo que no hay ninguna cosa estable, que nada permanece todo cambia. El pensamiento de Heráclito se pude enlazar con el concepto de la lucha de contrarios.
Su pensamiento tal vez, debe interpretarse como la fórmula unificadora o método proporcionado de disposición de las cosas, lo que casi podría denominarse su plan estructural tanto en el terreno individual como en el de conjunto. El sentido técnico del pensamiento en Heráclito está probablemente relacionado con el significado general de “medida”, “cálculo” o “proporción” ya que cuando él dice que las cosas cambian, lo que está haciendo es comparar una cosas con otra y comparar es sinónimo de medir, en este punto hay que señalar la importancia de la metáfora del río para explicar el “todo fluye”. La concepción del río ilustra la clase de unidad que depende de la conservación de la medida y del equilibrio en el cambio. Heráclito adujo la imagen del río para recalcar la absoluta continuidad del cambio en cada cosa individual: todo está en flujo continuo como un río. El río es aparentemente el mismo, mientras que en realidad está constituido por aguas siempre nuevas y distintas que llegan y se escabullen. Por eso, no se puede bañarse dos veces en la misma agua del río, porque cuando se baja por segunda vez es otra agua la que está llegando; y también, porque nosotros mismos cambiamos y en el momento en que hemos acabado de sumergirnos en el río nos hemos convertido en alguien distinto al que éramos en el momento de comenzar a sumergirnos, el ser siempre está en constante cambio.
Su teoría sobre los opuestos puede entenderse con la metáfora del arco: la naturaleza encuentra su orden en la presencia de los opuestos que, según Heráclito, vienen a constituir un mismo ser, una misma cosa. En pocas palabras cada cosa, cada ser tiene un opuesto, siempre existe esa conexión,
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