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Pensamiento Humanista


Enviado por   •  24 de Julio de 2013  •  2.978 Palabras (12 Páginas)  •  263 Visitas

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PENSAMIENTO HUMANISTA

Es un concepto definido desde la filosofía y se trata de una actitud que intenta poner especial atención en la dignidad y el valor de la persona humana; tomando en cuenta como un ser racional capaz de practicar el bien y encontrar la verdad.

Se trata también de un concepto utilizado para definir los movimientos culturales y literarios en Europa del siglo xiv y xv, resaltando el valor de lo clásico por sobre su importancia en el contexto cristiano.

Leonardo da vince, el hombre de Vitrubio en un sentido amplio, llámese humanismo al sentimiento individual y colectivo de una civilización en la que destaca de manera prominente la admiración, exaltación y elogio de la figura humana y el hombre, entendido éste no como figura masculina, sino como género humano, en que florecen la cultura, el deporte, el arte y todo el quehacer humano se vuelve trascendente. Su objetivo es enaltecer la dignidad humana. En la historia ha tenido lugar en muy pocas ocasiones: durante el siglo de oro en Grecia, retomado éste en el renacimiento europeo, el idealismo alemán y posteriormente en un sinnúmero de puntos aislados de la historia. Hoy atraviesa una profunda crisis.

En su sentido específico, el humanismo es un movimiento intelectual, filológico, filosófico y artístico europeo estrechamente ligado al renacimiento cuyo origen se sitúa en el siglo xiv en la península itálica (especialmente en roma, Venecia y Florencia). Retoma el antiguo humanismo griego del siglo de oro y mantiene su hegemonía en buena parte de Europa hasta fines del siglo XVI, cuando se fue transformando y diversificando a merced de los cambios espirituales provocados por la evolución social e ideológica de Europa, fundamentalmente al coludir con los principios propugnados por las Reformas (luterana, calvinista, etc.), la Contrarreforma católica, la Ilustración y la Revolución francesa del siglo XVIII. El movimiento, fundamentalmente ideológico, tuvo así mismo una estética, el clasicismo renacentista, plasmada, por ejemplo, en un nuevo tipo de letra, la redonda conocida como letra humanística, imitada de la letra uncial latina antigua, que vino a sustituir poco a poco a la letra gótica medieval.

ORIGEN DEL HUMANISMO

Empecemos reflexionando en el hecho de que, cuanto más nos remontamos en la historia hasta los orígenes de la humanidad, más nos vamos dando cuenta de la pérdida de la condición humana del ser humano, hasta que ésta se pierde, primero despreciado por la doctrina religiosa como la pura “prisión del alma”, y luego, en la Antigüedad, totalmente fundido con la naturaleza en calidad de cualquier otra especie animal, y en esa misma condición.

No es pues casual, el que la primera forma de la filosofía entre los griegos, el hilozoísmo, no separase al ser humano como algo distinto a la naturaleza. La filosofía presocrática fue exclusivamente una “Filosofía de la Naturaleza”, y el ser humano estaba en ella como un elemento más de la misma.

Fue con Sócrates, entonces, que el pensamiento humano empieza a separar de la naturaleza el fenómeno de lo relativo al ser humano. La célebre frase de éste: “Conócete a ti mismo”, como una forma de expresar: distingámonos de lo demás; o algo más fino quizá en: no confundamos más nuestra identidad, expresaba claramente esa intención.

En el Diálogo de Platón Alcibíades, Platón en la voz de Sócrates pregunta a Alcibiades qué es el hombre, a lo que éste responde que no lo sabe; mas Sócrates, diciéndole:”pero tu sabes que es algo que se sirve del cuerpo”, le induce entonces a reconocer que el hombre es el alma, dicotomía de lo racional (donde reside lo divino según Sócrates; y en realidad Platón) y lo espiritual. Así, conociendo lo racional, se conocerá mejor el alma, y conociendo el alma, se conocerá el hombre a sí mismo. Platón ha mostrado con ello la preocupación por el ser humano, pero sin responder a qué es precisamente el ser humano, que no sea apenas haber establecido por toda respuesta una metonimia*: el ser humano es el alma.

Contemporáneo de Sócrates en el Siglo V, fue Protágoras, al cual se debe la frase: “El hombre es la medida de todas las cosas”, base de toda reflexión de la escuela de los sofistas, que si bien pone al hombre en el centro, es claro que más que por una reflexión acerca del mismo, ello está principalmente enunciado como sistema de referencia, es decir, que toda reflexión filosófica, tendrá ahora como referencia ya no a la naturaleza, sino al ser humano.

Mas debemos dejar claro que hay aquí dos objetos de estudio distintos: uno, el del ser humano como algo distinto a la naturaleza; y otro, el que tal simple distinción pudiera ser ya de por sí una reflexión y de hecho a ello conduce necesariamente acerca de qué es el ser humano. Desde Sócrates, pasando por Protágoras, por Platón y hasta Aristóteles quien ya escribe no sólo una Política, sino una Ética, bien pudiera pensarse que se avanza en esa reflexión. Sin embargo, el problema real de qué es el ser humano, no se podrá plantear con toda su justedad, sino hasta quince siglos después, en el momento del Renacimiento.

Aún a Aristóteles le hubiera sido del todo imposible deslindarlo sumido en la creencia de la primacía de un Zeus o un Logos entendido como Dios metafísico; y aún por más heraclitiano que fuese dicho Logos, en tanto independiente éste del ser humano, o peor aún, del ser humano subordinado a aquel, difícilmente podría ser una reflexión acerca del ser humano como tal.

Después de Aristóteles vino la descomposición de las escuelas socráticas y surgieron los filósofos de Cirene, los cirenaicos, y los de la Plaza del Cánido, los llamados por ello como los cínicos, y nada relevante se aportó ya. Prácticamente, por los primeros quince siglos de Nuestra Era, bajo el dominio absoluto de la religión, el ser humano como tal, en tanto material, fue despreciado y en su lugar fue privilegiada el alma y su salvación. Demos pues un salto hasta el Renacimiento, y desde ahí consideremos lo que respecto del Humanismo, significó la Edad Media que le antecedió.

Así, en el proceso del movimiento renacentista que se puede considerar en sus orígenes más remotos, cuando por un lado se refundan las escuelas en la llamada Escuela Palatina (“Escuela de Palacio”) por órdenes de Carlos magno (742-814); Emperador a partir del año 800 del Sacro Imperio Romano Germánico; y por otro lado, cuando Juan Escoto Eriugena (810-877), interviene entre los escolastas Gottschalk (819-868), que de una parte, afirmaba que había una doble predestinación, o sea, un doble mandato divino, uno de las cuales era para los elegidos; e Hincmaro (776-856) y

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