Planteamiento De Caso

El que siempre anda a gusto.

Un señor de 40 años de edad, lo denominaremos AG.

Decía AG al inicio de la entrevista: ¡quiero, pero no puedo dejar esta situación!

Llevaba una vida de hastío, soledad, resentimiento y adicción a las drogas.

Una mañana decide contactar a un conocido, después de beber y drogarse, se termina el dinero y empiezan a idear la forma de conseguirlo, por su parte AG, acude a su domicilio particular y sustrae de entre las cosas de su padrastro, algunas estatuas de cobre, las vende en el establecimiento que compra fierro viejo por kilo.

Al recibir la cantidad económica correspondiente al precio del peso total de las piezas, compran más alcohol y estupefacientes, ocurre lo que dice AG “se hizo agua y polvo, … me lo tragué”.

Por la tarde. Nuevamente se acaba el dinero y sus productos adictivos, surge la maravillosa idea del conocido (compañero de parranda) de empezar a atracar taxistas, compran una pistola de plástico y comienza el fantástico acto de amenazar a uno y a otro, quitándoles lo que ya habían ganado por su jornada en el transcurso del día, ya encaminados en la aventura, dice AG “que se nos ocurre ir a una tienda de autoservicio a vivir la hazaña”, con pistola en mano, drogado y con voz amenazante, AG ejecuta el acto, mientras su compañero, se supone lo esperaría en la esquina vigilando y juntos emprender la huida.

Al salir, AG se percata que el acompañante ya se había alejado, dejándolo solo en la avenida principal.

AG molesto y con la euforia de haber cometido el asalto a mano armada (refiere nunca haberlo hecho antes), sale con el dinero y se dirige por la calle sin que nadie lo detenga.

Llega a un congal, entre el baile, alcohol y algo de compañía, pierde todo el dinero.

Por la noche. AG Sale del lugar, camina unas cuadras y es detenido por la policía, los uniformados argumentaron que estaba causando desorden en la vía pública, que sería puesto a disposición de un juez cívico.

Llega en su automóvil un hombre quién llamaremos AA, pide a los representantes de la ley que le den la oportunidad de llevarlo a un centro de rehabilitación para adictos, donde podrán por medio de terapia intensiva reinsertarlo a la sociedad y ayudarlo a dejar sus dependencias.

Los oficiales acceden, ya que dijeron “no hay mayor delito que perseguir”.

AG decide aceptar la ayuda por AA.

Autor: Desconocido.

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