Poder Supremo

EL PODER SUMPREMO

Hay una tipo de inteligencia que representa el máximo de la mente humana y es la encargada de los mayores descubrimientos de la historia. Es una inteligencia que no nos enseña ni la escuela ni los profesores, pero de cierta manera todos hemos llegado a poder comprender en algún punto de nuestra vida. Esta manera de comprensión puede llegar en algún momento en que nos sintamos estresados. Puede ser tanto que estemos en la entrega final de un trabajo o la fecha límite para pagar la colegiatura. En cualquiera que sea el problema nos sentimos raramente concentrados y motivados por alcanzar la meta ya que estamos totalmente enfocados en esa tarea. Comienzan a aparecer ideas de la nada, que algunas solemos no prestarle mucha atención.

Aunque quizá nos enfrentemos con nuevas situaciones con la emoción de lo que aprenderemos o haremos con nuestras nuevas habilidades, pronto nos daremos cuenta del gran trabajo que nos espera. El proceso se puede llegar a interrumpir porque caemos en la monotonía y el miedo, por eso ya dejamos de aprender.

Si, por el contrario, controlamos esas emociones y dejamos que el tiempo siga su curso, algo extraordinario empieza a cobrar forma. A medida que observamos y seguimos el ejemplo de los demás todo se aclara, porque aprendemos las reglas y vemos cómo las cosas operan y embonan entre sí. Si continuamos practicando, adquirimos fluidez; el dominio de las habilidades básicas nos permite aceptar retos nuevos y más emocionantes. Comenzamos a advertir entonces relaciones antes invisibles para nosotros. Poco a poco obtenemos seguridad en nuestra aptitud para resolver problemas o subsanar debilidades mediante la persistencia.

En cierto momento pasamos de estudiantes a profesionales. Podríamos llamar intuición a este poder, pero la intuición es lo que vemos a simple vista, como lo que creemos que es, sin necesidad de palabras. Pero ese rayo de la intuición es lo que nos acerca en definitiva a la realidad cuando nuestra mente nos ofrece lo que en realidad es.

Un animal tiene capacidad para aprender, pero depende en gran medida de sus instintos para relacionarse con el entorno para evitar alguna situación de peligro. Nosotros por el contrario confiamos más en la razón. Pero esta razón puede ser lenta, y en su lentitud volverse inútil. Así, muchos de nuestros procesos mentales internos tienden, por obsesivos, a desconectarnos del mundo. En el nivel de la maestría, las facultades intuitivas son una mezcla de lo instintivo y lo racional, lo consciente y lo inconsciente, lo humano y lo animal. Ésta es nuestra forma de hacer asociaciones súbitas y eficaces con el entorno, para sentir o pensar las cosas por dentro. De niños tuvimos algo de esa espontaneidad y facultad intuitiva, la cual suele ser expulsada por la información que recarga nuestra mente al paso del tiempo.

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