Porque No Soy Cristiano
Enviado por verito_la_crazy • 14 de Junio de 2013 • 2.097 Palabras (9 Páginas) • 309 Visitas
¿Por qué el ser humano necesita creer en una entidad superior?
En la actualidad, muchos se cuestionan por qué, en pleno siglo XXI, aún existen personas creyentes pese a las diversas demostraciones científicas que se han ido desarrollando a lo largo del tiempo. Si bien la existencia de dios no se puede determinar con claridad, hay muchas pruebas científicas que afirman que no es necesario creer en él como creador de la tierra y de los seres humanos, ya que, según teorías científicas, la tierra pudo aparecer literalmente de la nada, así como nosotros provenimos de un largo proceso de evolución. Estas teorías no prueban que no exista dios, solo que este no es necesario para entender el origen de las cosas. A raíz de esto, algunos se preguntan por qué las personas insisten en adorar a dicha entidad, a la cual se le atribuye divinidad, si la ciencia ha ido descartando esta idea cada vez más. En el presento texto se explicarán los dos motivos principales por el que las personas tienden a regirse bajo una religión, así también como se resaltará qué de bueno ha traído la religión a nuestra sociedad y como se ha ido reduciendo la población religiosa en los últimos años
En primer lugar, se ha llegado a la conclusión de que la mayoría de gente cree en dios debido a un contexto cultural, porque se les ha enseñado a creer en ello desde su infancia y no se atreven a refutarlo. Se les enseña que es maligno arremeter contra la religión porque dicha doctrina hace íntegro al hombre. En las escuelas no hay importancia si la instrucción religiosa es verídica o no, ya que la cuestión es que dicha enseñanza sea beneficiosa para la sociedad. Si se cree en la religión cristiana, los conocimientos de lo que es bueno serán diferentes de lo que serían si no se creyese en ella. Por lo tanto, para los cristianos, las secuelas del cristianismo pueden presentarse como benévolas, mientras que para los escépticos pueden parecer nocivas. Se nos dice que la existencia de dios es imprescindible para acarrear equidad al mundo, por lo que se crea la idea de un cielo y un infierno con el fin de que a la larga haya ecuanimidad, es decir, si en el mundo actual asesinas a una persona y no pagas por ello, terminarás haciéndolo en la otra vida, en el infierno. Con un pensamiento similar se manejaba el mundo antiguo, creándose así la inquisición para castigar a los que obrasen mal. En este contexto Russel menciona un hecho peculiar, cuanto más intensa ha sido la religión de cualquier periodo, y más profunda la creencia dogmática, han sido mayor la crueldad y peores las circunstancias (Russel, 1979). Cuando uno es niño no tiene la autoridad de tomar decisiones propias, son los padres quienes deciden bajo qué religión se va a regir su hijo. Pero una vez adulto, somos nosotros quienes pondremos alto a esto y debemos indagar sobre nuestras creencias, no debemos quedarnos ignorantes ante algo se nos ha impuesto y que no hemos refutado por miedo. Solo habiendo investigado sobre la religión y habiendo aceptado sus normas, uno se puede llamar cristiano o no. En segundo lugar, la razón inmediata a la primera, es el deseo de seguridad, el menester de sentir que hay alguien superior que los protegerá. Este sentimiento aviva el deseo de la gente de creer en un dios. Además, los hombres anhelan ser inmortales y desafían las razones vitales, apoyándose en que alma y cuerpo son completamente distintos y que uno puede morir en cuerpo pero no en alma. A su vez, la perpetuidad elimina el terror de la muerte que la mayoría de personas tanto tiene. La gente que cree que al fallecer heredará la felicidad eterna ya no le tendrá pánico a morir. A consecuencia de esto, muchos mantendrán dichas creencias, debido a que son reconfortables, como lo es el considerarse a uno mismo bondadoso y pérfido al adversario. Como complemento a la segunda razón, Miguel Benzo sostiene que, los humanos tienden a huir de su culpa y se les es más fácil atribuir sus gracias y desdichas a alguien superior en vez de aceptarlas como propias. No es el juicio lógico sino las emociones lo que hace a uno creer en las doctrinas, que primordialmente se basan en el miedo, sobre todo a lo desconocido, y, en parte, al afán de pensar que se tiene a un “hermano mayor” que va a amparar a uno en todo su infortunio y sus altercados. La religión brinda satisfacciones imaginarias que distancia cualquier esfuerzo razonable por encontrar satisfacciones verídicas. Con esto dicho ¿será posible afirmar que la religión ha aportado algún bien a la sociedad? Si bien muchos afirman que esta ha traído bondades tales como que las personas aprenden a regirse bajo normas socialmente correctas que hacen que una población actúe de manera bien, así también como que trae paz interior a los creyentes, engendrando personas más felices y seguras; estas ideas se derrumban cuando uno se pone a analizar el lado negativo. En una mano tenemos que, el rol de la mujer ha quedado totalmente marginado ante los ojos de los religiosos. Los monjes han mirado siempre a la mujer como la tentadora, considerándola como inspiradora de deseos contaminados. Además, ven el acto sexual como algo degradante, turbio e impúdico. Aquel solo se debe realizar con fines de reproducción mas no como una muestra de amor. La religión ha sido el motivo de muchas guerras civiles y desuniones, en la iglesia existe una tremenda corrupción y casos horrendos cometidos por personas supuestamente bien, que dicen llamarse cristianos. La religión ha caído en una terrible paradoja desde la época cuando se quería eliminar el mal del mundo, los inquisidores utilizaron métodos tan espantosos que acabaron por dar origen a un nuevo aspecto de maldad sistemática que, hasta entonces, el mundo no había conocido. Aquellas personas, de no ser por la religión, se hubieran suicidado, probablemente, al albergar en su conciencia las torturas que ocurrían a diario. A la larga, uno descubre que todo florecimiento del sentimiento humano, mejora de ley penal, disminución de la guerra y progreso
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