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No A Las Drogas


Enviado por   •  23 de Agosto de 2011  •  2.610 Palabras (11 Páginas)  •  555 Visitas

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Resumen

El problema del consumo de drogas es una preocupación mundial fundamentalmente en términos de prevención. El objetivo de esta investigación fue identificar factores predictores del inicio en el consumo de drogas lícitas en escolares de 4° a 7° básico. Se encuestaron 234 participantes de dos comunas de Santiago, mediante la metodología de pares (Rodríguez & Hernández, 2005). Los resultados muestran que si bien el consumo en el último mes parece estar disminuyendo, el consumo escolar está en aumento y a una edad más temprana, lo que predice un aumento del consumo futuro. Los principales factores de riesgo asociados al uso de drogas licitas en la muestra serían no vivir con alguno de sus padres y la participación en peleas callejeras. Dentro de los factores protectores, el género femenino presenta menor riesgo de inicio en la edad escolar.

Introducción

La drogadicción es un problema que preocupa a toda la sociedad del mundo y en particular a nuestro país. En América Latina, se ha detectado que porcentualmente cada día existen más jóvenes que se inician en el consumo y a una edad cada vez más temprana (Nishimura, Hishinuma. Else, Goebert & Andrade, 2005). Esta situación indica que el problema no está resuelto y que va en aumento y por lo tanto, se ha convertido en una preocupación de gran relevancia social (CICAD, 2001; Loas et al., 2005).

En Chile hay numerosos trabajos que muestran la magnitud del consumo de drogas, en distintas poblaciones; general, escolar, grupos específicos, etc., siendo de especial relevancia aquellos dirigidos por el Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes (CONACE). Este organismo realiza estudios a nivel nacional, regional y comunal hace más de 10 años, para evaluar la magnitud, dimensióny tendencia de los problemas de drogas para población general y escolar (CONACE 1994-2006 y 1997-2007).

Parece evidente que la drogadicción y sus consecuencias en el mundo, es un fenómeno en desarrollo, y que se extiende en todas direcciones. Así lo indican los trabajos científicos desarrollados, tanto para drogas ilícitas como lícitas (ver por ejemplo 'Amico, E. J., Miles, J. N. V, Stern, S. A. & Meredith, L. S., en prensa; Storr, Accornero & Crum, 2007; Smith, Phongsavan, Baumana, Havea, & Chey, 2007). En Latinoamérica las cifras de consumo de drogas son similares a las de países desarrollados, y en nuestro país, se lidera en el uso de cannabis en algunos periodos, y destaca el alto grado de consumo de tabaco adolescente (Araneda, 2007; United Nations, 2007).

Internacionalmente, existen muchas fuentes que indican que el consumo de drogas es un fenómeno actual y vigente. Por ejemplo, en un estudio con adolescentes en Bangkok, se encontró que 5,4% consume cigarrillos y 37,3% consume alcohol (Ruangkanchanasetr, Plitponkarnpim, Hetrakul & Kongsakon, 2005). La comparación de la prevalencia del consumo de drogas en estudiantes universitarios de medicina en países desarrollados muestra una baja del consumo de cigarrillos (del 28,8% al 9,2%), en contraste a una fuerte alza del consumo de alcohol en Irlanda (Boland et al., 2006). Asimismo, investigaciones recientes del consumo de drogas en universitarios de Sao Paulo, reafirman lo encontrado en Bangkok, destacándose que el consumo de drogas lícitas ha aumentado en mujeres, mientras que el consumo excesivo tiende a ser mayor en el sexo masculino (86,5% para el tabaco y 65% para el alcohol; Pillon, O'Brien & Piedra, 2005). Por otro lado, en décadas pasadas se ha encontrado una fuerte relación explicativa, entre el consumo de drogas, desarrollo de violencia y victimización en España (Andradas Aragonés y Fernández San Martín, 1994). Destacaba en esa época que ya el 37% de los niños del ciclo superior y el 24% de los del ciclo medio escolar habrían probado las bebidas alcohólicas. En el ciclo superior se observaba que las niñas probaban menos el alcohol que los niños (85% frente al 72% no lo han probado nunca), presentando menos violencia y victimización que estos últimos. Y también al menos un 1,6% de los niños del ciclo medio fumaba cigarrillos, elevándose esta cifra a un 12.9% de los niños en el ciclo superior.

Dentro del consumo de drogas en nuestro país, el alcoholismo es una de las mayores preocupaciones, que está atacando cada vez con mayor fuerza a la población de jóvenes y comenzando cada vez más temprano (CONACE, 2004 y 2005). Incluso, estudios utilizando la metodología de pares han obtenido, tasas superiores a las entregadas por los estudios con metodologías tradicionales, reafirmando la tendencia al aumento (Rodríguez, Hernández & Cumsille, 2005). Asimismo, en el último tiempo se ha podido constatar que en jóvenes universitarios, la tasa de consumo de drogas lícitas en el último año (tabaco y/o alcohol) alcanzó al 92.3% en mujeres, siendo prácticamente igual que la alcanzada en hombres (92.9%). En cuanto al consumo de tabaco, al igual que lo encontrado en otros estudios, las mujeres presentan mayores tasas de consumo de tabaco (87.5%) que los hombres (73.3%). Es decir, el consumo en mujeres supera en un 19.4% al consumo de tabaco de los hombres, diferencia que resulta significativa.

En otras investigaciones, se ha podido constatar también que el consumo de alcohol resulta preocupante para ambos géneros, siendo la prevalencia estimada del 76.8% en las mujeres y 82.6% en hombres, es decir, por cada 1000 mujeres consumidoras hay 1076 hombres consumidores de alcohol, aunque las diferencias no son significativas (Rodríguez, Hernández & Fernández, 2007). Finalmente, en otro estudio con la misma metodología, los índices de consumo fueron bastante similares al del estudio comentado anteriormente, siendo la tasa de consumo de drogas lícitas en el último año fue de 94.5%, el consumo de tabaco alcanzó a 73.5% y el consumo de alcohol de 89.7% y en las mujeres el consumo de tabaco fue de 75% y el consumo de alcohol de 86.2% (Rodríguez, Fernández, Hernández & Ramírez, 2006).

Así también, Rodríguez et al. (2006) han encontrado que dentro de los jóvenes que declaran consumir marihuana, uno de cada cuatro ha participado en peleas callejeras en el último año, lo que es significativamente mayor al grupo que no consume. Igualmente, en mujeres que declaran haber fumado en el último año, 16.9% ha participado en peleas callejeras, el 4.8% ha intentado suicidarse y el 86.7% declara haberlo hecho en el último año. Evaluando las relaciones presentes entre consumo y riesgo, el 8.4% de las mujeres fumadoras declara haber participado en peleas callejeras y el 1.8% ha intentado suicidarse en el último mes, lo que significa que estas conductas de riesgos están aumentando. Al hacer una proyección anual de estas cifras, se puede especular que el 21.6% se está intentando

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