Si Colombia No Drogas
Enviado por heceo.92 • 9 de Diciembre de 2012 • 662 Palabras (3 Páginas) • 543 Visitas
“Es paradójico y lamentable que producto del desarrollo de un estado social de derecho, Colombia tenga el “inri” de ser el país con mayor inequidad e injusticia social de América Latina”
“Irónicamente los derechos más transgredidos como el patrimonio económico, la vida, la integridad personal y la paz, son los más glorificados y extasiados por “las mieles de la constitución del 91”.
Una visión más equilibrada tiene Teófilo Vásquez, investigador del CINEP (fundación colombiana si ánimo de lucro, dedicada a la protección de los derechos civiles, sociales y humanos), quien en su artículo “La Constitución del 91, entre los derechos y el modelo de desarrollo”, plantea que, si bien se puede afirmar que la Constitución de 1991 ha dejado muchas “promesas incumplidas”, definitivamente es posible decir que hoy “las cosas están mejor” que bajo la vigencia de la Constitución de 1886.
Para él, es innegable que la Constitución del 91 posee grandes fortalezas que no pueden ser desconocidas. La creación de nuevas instituciones como la Defensoría del Pueblo, la Corte Constitucional, y, la defensa y el desarrollo de Derechos Fundamentales consagrados por el nuevo texto constitucional, sin duda configuran productos rescatables por mantener, consolidar y profundizar. Es por ello que sostiene que La Constitución debe concebirse como un fenómeno en proceso.
“Las Constituciones no hacen milagros. Son necesarias e importantes, pero insuficientes para garantizar cambios sociales profundos y perdurables. Para que ello ocurra, también se necesita que exista un sistema político moderno, transparente y que represente los intereses de las mayorías. Ahí está el gran reto que el país tiene en los próximos veinte años. A la Constitución no se le pueden atribuir los defectos de las políticas de los gobiernos. La Carta es un marco general dentro del cual distintos presidentes pueden cambiar el rumbo y adoptar modelos ideológicos diversos.” Dice Vásquez.
Él señala que los monopolios del pasado fueron remplazados y que Colombia tiene una sociedad más moderna gracias a la Constitución del 91. Afirma que, el país todavía necesita cambios profundos en muchos frentes, pero cabe la esperanza de que ahora, a diferencia de hace veinte años, las modificaciones no haya que hacerlas en el texto de la Constitución, sino llevarlas a la realidad utilizando los instrumentos que ya existen. Lo cual, así solo sea una hipótesis, es un gran avance.
De esta forma, el balance de la Constitución de 1991 tiene luces y sombras. Si bien se pueden identificar avances significativos, también es posible encontrar situaciones en las cuales el “Estado Social y Democrático de Derecho” aún no ha hecho presencia.
En términos generales debemos afirmar que esta Constitución, más que ser un reflejo de la realidad de la sociedad colombiana, continúa
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