Posibilidad De La Existencia De "posesiones", Parásitas, Entre Especies, De Distintos Planos, Temor E Ignorancia, Naturaleza Propia, Del Espécimen Humano.
Enviado por khre2013 • 15 de Junio de 2013 • 2.211 Palabras (9 Páginas) • 570 Visitas
Antes que nada debo aclarar, que ninguna de las ideas que expongo, son de completa elaboración personal, sino que están siendo Inspiradas por mis lecturas, y las experiencias personales que se motivan, fundamentalmente en las obras de J.Krishnamurti y accesoriamente la de otros maestros. Hecha la aclaración y en ese orden, me atrevo a plantear la hipótesis de que el temor a la incertidumbre de un posible futuro, o dicho de otro modo, el deseo de seguridad del cerebro, ante un posible escenario de un futuro histórico lleno de calamidades, es lo que distorsiona la percepción, estableciendo las bases culturales del sistema de creencias que nos condicionan.
Pienso que la proyección colectiva de energías, creadas por nuestra subjetividad condicionada, es la creadora de esta realidad alternativa que es en definitiva, “nuestra” realidad.
Con esta actividad, producto de una mente mecanizada, repetimos una vieja respuesta (miedo, temor), que ya diéramos en el pasado, lo que genera un círculo vicioso, (recurrencia cíclica), que nos mantiene atrapados en un ilusorio “tiempo”, psicológico. Así negamos toda la posibilidad creativa del presente, es decir negamos el “cambio”, dando continuidad a una reiteración de infinidad de temores, (residuos de experiencias pasadas, miedos, etc.), proyectándolas linealmente hacia un posible futuro, pero que solo se manifiesta en el presente, con distintos nombres y escenarios, pero esencialmente con el mismo esquema
Este tremendo movimiento, que ocurre exclusivamente en un presente continuo, debe ser comprendido por cada una de nuestras mentes, ya que todos participamos del mismo, mas apropiadamente “somos” ese movimiento. Esto es lo único que fulminaría definitivamente la ilusión del tiempo, para dar lugar a lo desconocido y creativo. Debemos ser libres de toda ilusión y esa misma libertad nos hará ser dueños de nuestra realidad. El temor a lo desconocido, y la incertidumbre que conlleva el enfrentarnos a la posibilidad de destruir la ilusión del tiempo psicológico y lineal, es uno de los factores fundamentales que no nos permiten cambiar esta realidad.
Además, el temor inevitablemente implica la proyección de una serie de cualidades temporales, sobre la matriz de realidad subjetiva, creando la “temporalidad lineal” que experimentamos. Como consecuencia, establecemos creencias de que la manifestación de los fenómenos están regidos por un orden de causalidad temporal, y todo en conjunto indivisible pasa a ser, la estructura fundamental de nuestra realidad subjetiva.
Las proyecciones ilusorias de un pensamiento mecánico y condicionado, son las que conducen nuestra interpretación de la realidad. Dicho de otro modo, la realidad subjetiva y colectiva es simplemente una sumatoria de proyecciones de nuestras cualidades, y a raíz de que nuestra percepción está condicionada biológicamente para EXPERIMENTAR un rango determinado, o cualidades determinadas de la energía, es que somos lo que proyectamos con el pensamiento. Creamos la realidad colectiva y general a través de la percepción. Dicho a la manera de Krishnamurti, “Uno es el mundo y el mundo es uno”. Es decir que si queremos cambiar la realidad, o el mundo, debemos cambiar nosotros, cada uno de nosotros, y para cambiar hay que destruir todo lo que hemos creado, esta destrucción implica una “muerte” sicológica y esta “muerte” significa vivir sin que el pasado nos atrape con su seducción de seguridad, para enfrentarnos a la incertidumbre de lo desconocido, es decir, la “muerte” de la seguridad del ego.
Debemos trascender, comprender y conocer profundamente la estructura del condicionamientos de nuestro cerebro (lo que llaman programación) y ver si es posible estar libre de ella.
Esto, eventualmente nos llevaría a tomar decisiones que no estén condicionadas o programadas, es decir, libres del pasado y su linealidad. Si esto es posible a nivel individual, probablemente descubramos que nuestra esencia, como toda energía, es indestructible, y la ilusión de separación desaparecería y se cerrarían todos los resquicios y divisiones energéticas que son utilizadas por entidades conscientes o no, y que inevitablemente se alimentan de ellas.
El fenómeno de la parasitación de energías es natural, y ocurre cuando la energía que se encuentra en conflicto, es negada o está desintegrada de la conciencia, que es su origen. Dicho de otro modo, el ego no es mas que energía que niega su origen e integralidad, y se separa a través del proceso de proyección de una imagen ilusoria, que conlleva temporalidad, todo lo cual contribuye a la gran confusión de los seres humanos. El cultivo de una imagen de si mismo, distinta de su verdadera cualidad de origen, virtualmente es un división ilusoria de las energías de la mente.
Krishnamurti, enseñaba que el mismo “ver” esto como un hecho, ya destruye toda la ilusión de la división o separación que nos mantiene esclavizados. Es decir que la batalla se libra en el interior y no en el exterior, y que el exterior solo es la manifestación de las cualidades del “yo”.
Esta acción esta fuera del tiempo, es decir que debe ocurrir de instante en instante, en el absoluto presente. Para ello se debe ser consciente de la condición temporal de pensamiento a fin de desalojar la ilusión, en la que se encuentra atrapada la mente. Tampoco es una actividad mecánica, que provenga del cerebro o de la voluntad, sino que es un fenómeno natural, de la inteligencia que no se puede cultivar ni propiciar, ni puede ser objeto de apropiación o posesión del ego. Sencillamente ocurre en una mente que esté dispuesta a abandonar la ilusión y abandonarse conscientemente a la incertidumbre de la muerte, en un acto presente, es decir en el mismo acto y no hablo de la muerte física, sino de una muerte sicológica.
Esta “muerte” del ego, libera todas las energías bloqueadas por la percepción ilusoria y condicionada del cerebro, que se reintegra en si mismo y se integra armoniosamente al resto de las energías, de la realidad general. Todo esto establece un intercambio armónico, basado en el desinterés.
La “muerte” voluntaria y consciente de esta imagen artificial, temporal e ilusoria, creada por un cerebro, que mecánicamente y por siglos, busca su propia seguridad, y busca escapar de la muerte, como extinción.
La resistencia a la que somos lanzados por esta crisis, es la respuesta natural del pasado, de la programación. Esta resistencia es división, es ego, es separación, es dualidad, es ilusión. Es decir que debemos trascender esta respuesta y buscar si es posible que vivamos con una respuesta nueva.
El problema de la ilusión del ego, (pensamiento estructurado y condicionado por residuos de experiencias pasadas), se hace complejo porque estamos
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