Pragmatismo

Pragmatismo

El término pragmatismo se deriva del griego pragma el cual significa acción. Sin embargo, el lógico norteamericano Charles Peirce, quien se presume habría sido el primero en usar dicho término para designar una doctrina filosófica específica; basó el concepto de la palabra pragmatismo en la palabra alemana de Kant Pragmatisch la cual hace referencia al pensamiento empírico basado en la experiencia. El pragmatismo es  entonces, una doctrina filosófica estadounidense surgida en el siglo XlX a raíz de la denominada «máxima pragmática» de Charles S. Peirce, siendo éste su máximo exponente seguido de otros autores entre los que destacan William James, John Dewey y Ferdinand C. S. Schiller.

El pragmatismo rechaza las verdades absolutas, ya que considera que toda idea es provisional porque está sujeta a cambios constantes, como por ejemplo en la ciencia. Por esta razón, esta teoría ética se enfoca en que será verdadero (de manera parcial) todo aquello que funcione y sea objetivo. Por lo tanto, en un marco moral aplicado a los actos humanos, el pragmatismo considerará una acción como buena siempre y cuando ésta sea práctica, dé resultados positivos satisfaciendo los intereses particulares de quien la realice y sea “verdadera” para quien la realice. Cabe destacar que esta escuela de pensamiento fue una filosofía dominante en Estados Unidos debido a que en esa época, la industria y el comercio comenzaban a tomar forma. Por este motivo, el pragmatismo permeó en áreas como la política, la sociedad, el arte y la religión.

Una de las limitaciones con las que cuenta el pragmatismo es que para éste modelo de pensamiento no existe una verdad absoluta por lo tanto, no hay manera de juzgar una acción puesto que cada quien tendrá su “propia verdad” basándose en sus experiencias o su pensamiento empírico.

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