Preparatoria La Salle del Pedregal
Enviado por mrpeaggy7 • 16 de Septiembre de 2018 • Ensayo • 1.970 Palabras (8 Páginas) • 94 Visitas
Preparatoria La Salle del Pedregal
Ética
Prof.: Julio César Medina Hernández
“La Apología de Sócrates”
Alexandra Rodríguez Zamora
507
13/Septiembre/2017
La apología de Sócrates básicamente parte de un juicio contra él, acusándolo de que no creía en los dioses y que corrompía a los jóvenes. Esta acusación la declara Melito. Pero también otros acusadores son los Sofistas.
Partiendo de este punto claro; Sócrates empieza hablándole a los atenienses, condesándoles que es un gran orador y usa un lenguaje sencillo y espontaneo ya que descansa en que dice la verdad y deberán creerle. Dice que empezará respondiéndoles a sus primeros acusadores diciendo: “es justo que comience por responder a mis primeros acusadores y por refutar las primeras acusaciones, antes de llegar a las ultimas que se han suscitado contra mí. Porque tengo muchos acusadores cerca de vosotros hace muchos años, los cuales nada han dicho que no sea falso.”
Él dice que le teme más a Anito y a sus cómplices (Licón y Melito) aunque sean estos sus últimos elocuentes. Sócrates dice que estos han dado de él muy malas noticias y que dijeron que hay un cierto Sócrates, hombre sabio que indaga lo que pasa en los cielos y en las entrañas de la tierra. Melito dice que Sócrates es un impío con curiosidad criminal que desea saber que pasa en los cielos y en la tierra, esta buena causa la convierte en una mala y enseña a los demás su doctrina.
Sócrates explica que son falsos rumores y empieza contando cuando fue con el Dios Delfos con su amigo de infancia Querefón que se atrevió a preguntarle a oráculo si había un hombre más sabio que Sócrates y la Pythia respondió que no había ningún otro. Cuando Sócrates supo esa respuesta se preguntó: “¿Qué quiere decir el dios? ¿Qué sentido ocupan estas palabras? ¿Qué quiere decir al declararme el más sabio de los hombres? Porque él no miente. La divinidad no puede mentir.” Así que Sócrates se decidió ir a casa de uno de sus conciudadanos que pasaba por uno de los más sabios de la ciudad y creyó que ahí encontraría materiales para combatir al oráculo y presentarle un hombre más sabio que el por más que dijera. Él era un político y conversando con él, se encontró que todo mundo lo creía sabio y el así mismo se tenía por tal, después de ese descubrimiento, Sócrates se esforzó para hacerlo ver que de ninguna manera lo era.
Sócrates se dio cuenta de que era más sabio que ese hombre y citó “Puede muy bien suceder que ni él ni yo sepamos nada de lo que es bello y de lo que es bueno, pero hay esta diferencia, que él cree saberlo, aunque no sepa nada, y yo, no sabiendo nada, creo no saber.”
Después de eso, Sócrates fue a casa de otro que se le tenía por más sabio que el anterior. Pero se encontró con lo mismo, y solo consiguió más enemigos. Sócrates no se dio por vencido y fue con Poetas, diciendo que por obvias razones ellos iban a ser más sabios que el a pesar de lo que dijera el oráculo, pero Sócrates se encontró examinando las obras de estos, que ninguno de los poetas sabían darles razón a sus poemas, claro que llego a la misma conclusión de los otros. Y Sócrates les dice a los atenienses: “Me parece atenienses, que dios es el verdadero sabio y que esto ha querido decir por su oráculo, haciendo entender que toda sabiduría humana no es gran cosa, o por mejor decir, que no es nada; y si el oráculo a nombrado a Sócrates, sin duda se ha valido de mi nombre como un ejemplo y como si dijese a todos los hombres: “el más sabio entre vosotros es aquel que reconoce como Sócrates que su sabiduría no es nada.”
Sócrates convencido de esta verdad, para asegurarse y obedecer a dios, continuo con sus indagaciones no solo con los conciudadanos, sino que también con los extranjeros, para ver si encontraba a un verdadero sabio, al final no encontró nada, sirvió de interprete al oráculo, haciendo ver a todo el mundo que ninguno es sabio.
Por otra parte, muchos jóvenes de familias ricas se unieron a Sócrates y a sus pensamientos.
Y todos aquellos que se convencen de su ignorancia la toman con él y no con ellos, y van diciendo que hay un cierto Sócrates, que4 es un malvado y un infame que corrompe a los jóvenes.
Melito representa a los poetas, Anito a los poetas y artistas y Licón a los oradores. Esto ya mencionado, Sócrates cita la acusación de Melito que dice: “Sócrates es culpable, porque corrompe a los jóvenes, porque no cree en los dioses del Estado y porque en lugar de éstos, pone divinidades nuevas bajo el nombre de demonios” Después de citar a Melito comienza a cuestionarlo con preguntas que la final lo terminan volviendo loco y, claro termina contradiciendo su acusación contra Sócrates, empezando por el simple hecho de que si creía en demonios por ende creería en los dioses.
Sócrates no le teme a la muerte, lo dice cuestionándose: ¿No tienes remordimiento, Sócrates, en haberte consagrado a un estudio que te pone en este momento en peligro de muerte? Él dice que el que le pregunte eso se engaña mucho al creer que un hombre de valor tome en cuenta los peligros de la vida o de la muerte. Lo único en lo que debe fijarse y centrase en ver si lo que hace es justo o injusto, si es acción de un hombre de bien o de un malvado. También se pregunta si se inquietaba del peligro de la muerte, y dice que uno se debe de mantener firme y no debe de temerle a la muerte ni lo que haya más de terrible, anteponiendo el honor. Porque tener la muerte, no es otra cosa que creerse sabio sin serlo, y creer conocer lo que no se sabe.
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