Principales Corrientes del Pensamiento Contemporeaneo

Resumen PCPC

Berman, Marshall, Todo lo sólido se desvanece en el aire.

   Hay una forma de experiencia vital que todos los hombres y mujeres comparten en el mundo de hoy. Este conjunto de experiencias (tiempo, espacio, de uno mismo y de los demás, peligros y posibilidades de la vida) Berman las llama “modernidad”.

   Ser modernos es vivir en un entorno que nos promete aventuras, poder, alegría crecimiento, transformación de nosotros y del mundo. Y al mismo tiempo amenaza con destruir todo lo que tenemos, lo que sabemos y todo lo que somos. Esta modernidad atraviesa a toda la humanidad. Pero, para Berman, es una unidad PARADOJA; unidad de la desunión, ya que, según él, nos arroja a todos en un vorágine (remolino) de constante desintegración y renovación = formar parte de un universo que, según Marx, todo lo solido se desvanece en el aire.

   La vorágine de la vida moderna ha sido alimentada por muchas fuentes; los descubrimientos de las Cs físicas; la industrialización de la producción, crea nuevos entornos y destruye viejos, y genera nuevas formas de poder colectivo y de lucha de clase; las alteraciones demográficas, separa millones de personas de su hábitat ancestral y las lanza al nuevo mundo; crecimiento urbano; Estados más poderosos, estructurados y burocráticos.

   En el siglo XX, los procesos sociales que dan origen a esta vorágine se llaman “modernización”. Esta modernización dio lugar a nutrir a la sociedad variedad de ideas y visiones que pretenden hacer de los hombres y mujeres los sujetos tanto como los objetos de la modernización, darles el poder de cambiar el mundo que está cambiándolos, abrirse al paso de pasar esta vorágine. Estos valores y visiones se agrupan bajo el nombre de modernismo. Dialéctica entre modernismo y modernización.

   Berman explica la historia de la modernidad en tres fases.

   La primera fase: Siglo XVI hasta XVIII; las personas tropiezan con la vida moderna. Con poca o nula sensación de pertenecer a un público moderno.

   La segunda fase: Década de 1970 con la Revolución Francesa y sus repercusiones. La gente tiene la sensación de estar viviendo una época revolucionaria, con insurrecciones explosivas en el ámbito de la vida personal, social y político. Y al mismo tiempo recuerda lo que era vivir en un mundo no moderno.

   La tercer fase: Siglo XX; proceso de modernización. Se expande y abarca todo el mundo y la cultura del modernismo, con desarrollos en el arte y en el pensamiento.

  Berman piensa que como resultado nos encontramos hoy en una edad moderna que ha perdido el contacto con las raíces de su propia modernidad.

   Berman cita a Rousseau en una de sus novelas; experimenta la vida metropolitana como un choque perpetuo de grupos y cábalas, un flujo y reflujo continuo de prejuicios y opiniones en conflicto. Todos entran en constante contradicción consigo mismos, todo es absurdo pero nada es chocante, todos están acostumbrados a todos. Se presentan un multitud de nuevas experiencias pero el que quiere gozarlas debe estar dispuesto a cambiar sus principios con su público, a ajustar su espíritu a cada paso.

   Berman describe la experiencia moderna del siglo XIX como un paisaje de máquinas de vapor, fabricas automáticas, vías Ferreras, nuevas zonas industriales; ciudades que han crecido de la noche a la mañana, con consecuencias humanas; medios de comunicación de masas que informan a escala muy amplia. Y sobre todo, movimientos sociales que luchan contra esta modernización desde abajo.

  Los modernistas del siglo XIX atacan este entorno, tratando de destrozarlo. Pero sin embargo todos se encuentran muy cómodos en él.

   La idea del modernismo en el siglo XIX se ve con dos voces; Nietzsche y Marx.

   Marx: Las revoluciones de 1848 fueron hechos históricos, que rompían con la corteza de la sociedad. Demostraron que todo eso solido podía desaparecer. Las clases dominantes de 1850 dijeron al mundo que todo iba a volver a estar sólido, pero ellas mismas tampoco lo creían.

Según Marx, en la experiencia moderna no sentimos nada. El hecho fundamental de la vida moderna es que es contradictorio a su base.

   “Las maquinas que acortan y hacen más fructífero el trabajo humano provocan hambre y el agotamiento del trabajador. Los triunfos del arte parecen adquiridos al precio de cualidades morales. El dominio del hombre sobre la naturaleza es mayor pero al mismo tiempo el hombre se convierte en esclavo de otros.

    Marx plantea que una clase de hombres nuevos, totalmente modernos, es capaz de resolver las contradicciones de la modernidad; superar las presiones, abismo personal y sociales. Y que la burguesía existe para revolucionar los instrumentos de producción y, por consigueinte, las relaciones de producción, y con ello todas las relaciones sociales. El movimiento dialéctico de la modernidad se vuelve contra su fuerza motriz; la burguesía.

   Nietzsche plantea que los peligros de la modernidad hay que afrontarlos con alegría, pero no está dispuesto a vivir x siempre en este peligro.

N y M tienen en común sus cambios drásticos, cuestionarse y negar todo lo que se ha dicho.

“Todo lo solido se desvanece en el aire.”

Marshall Berman alude que el pensamiento moderno sobre la modernidad está dividido en dos compartimentos diferentes, separados entre sí: la modernización en economía y política; el modernismo en el arte, la cultura y la sensibilidad. Así que si se trata de situar a Marx en medio de estos dos pensamientos nos resulta sorprendente descubrir que está presente en la literatura sobre la modernización.

Las afinidades entre Marx y los modernistas quedan todavía más claras si observamos la totalidad de la frase de donde hemos partido todo lo sólido se desvanece en el aire” es decir, todo lo sagrado es profanado, y los hombres, se ven forzados a considerar serenamente sus condiciones de existencia y sus relaciones recíprocas. Esta visión modernista “evanescente” se ven reflejadas en todas las obras de Marx.

• LA VISIÓN EVANESCENTE Y SU DIALÉCTICA

El drama básico por el que es famoso el manifiesto es el desarrollo de la burguesía y el proletariado modernos y la lucha entre ambos.

Pero se puede encontrar que dentro de este drama hay otro drama, la lucha dentro de la conciencia del autor sobre lo que está sucediendo realmente y sobre el significado de la lucha a más largo plazo, que nos hace de alguna manera reflexionar sobre las consecuencias que puedan acaecer.

Aquí Marx describe el sólido meollo institucional de la modernidad, donde ante todo está la presencia de un mercado mundial, que la expandirse, absorbe y destruye todos los mercados locales y regionales. En donde la producción y el consumo y las necesidades humanas se hacen más internacionales y cosmopolitas.

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