¿Que Es La Política? Hannah Arendt
Enviado por Wendyluz • 20 de Febrero de 2013 • 2.829 Palabras (12 Páginas) • 1.568 Visitas
¿QUÉ ES LA POLÍTICA?
FRAGMENTO 1
¿Qué es la política?
En el texto de Hannah menciona como la filosofía y la teología han tratado de explicar al hombre convirtiéndose este en el sentido principal de la discusión. Se podría decir que se establece una profunda relación entre el hombre y la política.
En el análisis de Arendt se encuentra una primera organización para la política y esta es la familia la cual es considerada su ruina, porque a través de la introducción del concepto de parentesco, suprime o más bien pierde, la cualidad fundamental de la pluralidad.
Expresa de cierta manera que la política es parte del hombre como individuo.
Dice que la filosofía tiene dos buenos motivos para no encontrar nunca el lugar de donde surge la política.
a) Zoon politikon que dice que el hombre es a-político. La política nace en el ente de los hombres, por lo tanto complementa fuera del hombre y se establece como relación.
b) La representación monoteísta de Dios, aquí solo puede haber el hombre, los hombres son una repetición más o menos afortunada del mismo.
Estas nos permiten hablar del origen de la política.
Dios ha recibido una fuerza generadora para organizar al hombre a semejanza de la creación divina, esta es la única demostración y justificación posible de la idea de una ley natural. La pluralidad de los hombres está contenida en la creación del hombre por Dios. La política organiza de antemano a los absolutamente diversos en consideración a una igualdad relativa y para diferenciar de los relativamente diversos. Esto quiere decir que la política es un proceso de interacción entre el hombre en el espacio social.
INTROCUCCION A LA POLITICA I
FRAGMENTO 2A
I. Capitulo: los prejuicios
a) El prejuicio contra la política y lo que la política es hoy de hecho
El peligro es que lo político desaparezca absolutamente. Los prejuicios confunden la política y presentan lo que sería una catástrofe como si perteneciera a la naturaleza del asunto y fuera, por lo tanto, inevitable. Tras los prejuicios de la política se encuentran hoy en día, desde la invención de la bomba atómica, el temor de que la humanidad provoque su desaparición a causa de la política y de los medios de violencia puestos a su disposición y la esperanza de que la humanidad será razonable y se deshará de la política antes que de sí misma. La política interior es una sarta fraudulenta y engañosa de intereses e ideologías mezquinos, mientras que la exterior fluctúa entre la propaganda vacía y la cruda violencia.
FRAGMENTO 2B
Capítulo I: los prejuicios
b) Prejuicio y juicio
La Política tiene que ver con la aclaración y disipación de los prejuicios, lo que no quiere decir que consista en educarnos para eliminarlos, ni que los que se esfuerzan en dilucidarlos estén en sí mismos libres de ellos.
Uno puede reconocer los prejuicios auténticos en el hecho de que apelan con toda naturalidad a un <<se dice>>, <<se opina>>, sin que por supuesto dicha apelación deba constatar explícitamente. Los prejuicios no son idiosincrasias personales, las cuales, si bien nunca pueden probarse, siempre remiten a una experiencia personal en la que tienen una evidencia de percepciones sensibles. El juicio por otra parte tiene en común que a través suyo la gente se reconoce y se siente afín, de manera de que quien este preso en los prejuicios siempre puede estar cierto de algún resultado, mientras que el idiosincrásico apenas puede imponerse en el espacio público-político y solo tiene validez en lo privado e íntimo.
Lo peligroso de un prejuicio viene de ocultar un pedazo de pasado, una experiencia que dio pie a la formación de prejuicio y que sin revisarlo en el proceso hoy es interpretado, descontextualizado y difundido. Hay un juicio originario, y en ese juicio estará fundamentado el pensamiento político. El pensamiento político se basa esencialmente en la capacidad de juzgar. Juzgar es la capacidad para diferenciar. La capacidad de juicio no es más que la aptitud para clasificar correcta y adecuadamente lo particular según lo general que por común acuerdo le corresponde.
El prejuicio alude al pasado y ante los hechos nuevos este es un factor definible de los juicios, que se efectúan ante esos mismos hechos, allí pasaremos a juzgar. Nos servirá para juzgar procesos que ya hemos visto, atendiendo a hechos pasados o bien para juzgar hechos nuevos con lo cual empleamos criterios ya conocidos para dar sentido a aquello de lo cual no tenemos referencia pasada.
Si fuera esencial al pensamiento humano que los hombres únicamente pudieran juzgar cuando tuvieran a mano criterios fijos y dispuestos, entonces sería cierto lo que hoy se supone en general, que en la crisis del mundo moderno más que este es el hombre mismo quien está fuera de quicio. De todos modos el hombre o se ha salido de quicio o está en peligro o en cualquier caso es lo que hay que cambiar. Pero de las misma manera que no se cambia a un mundo cambiando a los hombres tampoco se cambia una organización o a una asociación empezando a influir sobre sus miembros. Por tanto la cuestión de la política ocurre entre hombres, entre los espacios que se abren entre ellos, públicos y privados, de cómo van configurando la sociedad, de allí que la política debe centrar su preocupación en aquellos espacios que van a determinar el marco general en el que los hombres irán desenvolviéndose a través de sus propios prejuicios y juicios.
INTRODUCCION A LA POLITICA II
FRAGMENTO 3A
a) Presentación: ¿Tiene la política todavía algún sentido?
El sentido de la política es la libertad. La cuestión de si la política y la libertad son conciliables en absoluto, de si la libertad no comienza solo allí donde acaba la política, convierte todo lo político en cuestionable. Le esperanza de que los estados mueran o de que al menos la política desaparezca por una vio u otra es utópica y es suponer que la mayoría estaría de acuerdo con tal objeción. Lo político únicamente vale como medio para proteger la subsistencia de la sociedad y la productividad del libre desarrollo social, pero amenaza precisamente aquello, que según la Edad Moderna, justifica su existencia, a saber, la pura posibilidad de vivir de la humanidad en su conjunto.
Si partimos de la lógica inherente y suponemos que nada que nos sea hoy ya conocido determina ni determinara el curso del mundo, entonces solo podemos decir que un cambio decisivo para nuestra salvación solo sucederá por una especie de milagro. En cambio si este proceso se contempla en su puro carácter procesal cualquier nuevo inicio en él, sea para bien o para mal, es tan improbable que todos los grandes acontecimientos
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