Qué Me Case Nooooo...

¿Qué Me Case? ¡Nooooo…!

Por Cesar AuguSTO Patiño Trujillo

Magister en filosofia latinoamericana.

Hoy en el colegio, con Martha Ruth, estuvimos hablando un poco sobre la libertad. Como se que ella admira algunas cosas que tienen que ver con mi modo de pensar, aproveché para de alguna forma permearla de mis puntos de vista sobre el tema. Después de muchos comentarios un poco sueltos, de haberle comentado sobre mis muchísimos amores menores y mayores que yo, le di a entender que ese tipo de experiencias las había podido tener debido a mi soltería. El matrimonio es un vicio de la sociedad, es una institución económica brutal que hace que dos personas enamoradas terminen firmando una especie de pacto social y económico, donde los sentimientos pasan a un segundo plano y las responsabilidades conyugales y sociales se ubican en un lugar superior. Martha me decía que eso le había ocurrido a ella, y otra compañera nos explicó que su matrimonio era prácticamente un acto que se hizo por llevarle la contraria a su mamá. El matrimonio desfigura en su totalidad el objetivo de la relación que se inicia con el elemento de atracción física; ninguna persona con un mínimo de conciencia debería renunciar a su libertad, esa libertad que es connatural a su ser, con la que él o ella nacieron. Debe mantenerse esa condición natural, y si tienes deseos de tener sexo o de hacer el amor (cada quien que lo defina como crea) pues que sencillamente lo haga con la chica o chico a quien ama sin necesidad de tomar una decisión que va en contra de sí mismo y de su amada. El pecado es un acondicionador de los individuos, y aun hay muchas personas que creen que porque tienen un encuentro íntimo con otra persona por fuera del matrimonio, entonces ello es causal de reprobación divina. Se nota a la legua que esta concepción retardataria y regresiva lo único que busca es atar al individuo bajo unas normas que se originan en el deseo de posesión material de algunas elites (castas sacerdotales, gobernantes y militares) quienes se encargan de crear las normas, leyes, quienes en nombre de un Ser Supremo deciden qué es lo bueno y lo malo, qué se debe hacer y que no, y bajo qué ritos, leyes y elementos organizadores de la sociedad. También se decide por el poder patriarcal, hay quien manda en la mini institución socio-económica (pater) hay quien dentro del núcleo queda encargada de esa administración de la casa (oikonomos) que es la madre y los hijos que en su condición de menores solo obedecen las decisiones del gobernante. Engels es más crudo al tratar de clasificar cada componente de la familia: "El hombre es en la familia el burgués, la mujer presenta en ella al proletariado" El derecho materno sale derrotado en pro del "pater", la libertad de la mujer en una estructura social que ya no es ginecocratica y mucho menos poliandrica, pues pasa directamente a que ella fuera "…envilecida,

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