¿Qué diferencia existe entre un juicio sobre cuestiones de hecho y un juicio estético?
Enviado por Ana Caretta • 24 de Julio de 2017 • Trabajo • 1.623 Palabras (7 Páginas) • 433 Visitas
[pic 1]
HUME
A- ¿Qué diferencia existe entre un juicio sobre cuestiones de hecho y un juicio estético? Explique siguiendo la formulación de Hume.
En todas las materias científicas y de opinión sucede que la diferencia de los hombres radica, más a menudo, en lo general que en lo particular. Quienes basan la moralidad en los sentimientos más que en la razón, se inclinan a entender la ética bajo la perspectiva anterior y a sostener que en todas las cuestiones que afecta a las conductas y a la costumbre, la diferencia entre los hombres es realmente mayor de lo que parece. La gran unanimidad se atribuye generalmente a la influencia de la simple razón, que en todos los casos, mantiene sentimientos similares en todos los hombres y evita esas discusiones a las que las ciencias abstractas están tan expuestas.
En base a estas ideas, la diferencia entre el juicio y el sentimiento es muy grande. Todo sentimiento es correcto, porque el sentimiento no tiene referencia a nada fuera de sí, y es siempre real en tanto un hombre sea consciente del él. Sin embargo no todas las determinaciones del entendimiento son correctas, porque tienen referencia a algo fuera de sí, a saber una cuestión de hecho, y no siempre se ajusta a ese modelo. Entre miles de opiniones distintas que puedan mantener diferentes hombres sobre una misma cuestión, hay una y solo una, que será la exacta y verdadera, y la única dificultad reside en averiguarla y determinarla. Por el contrario miles de sentimientos diferentes, motivados por el mismo objeto, serán todos correctos porque ninguno de los sentimientos representa realmente lo que hay en el objeto. Y si esa conformidad no existiera, el sentimiento tampoco. Es por eso que Hume afirma que la belleza no es una cualidad de las cosas mismas sino que solo existe en la mente que las contempla, y cada mente percibe una belleza diferente. Una persona podría percibir uniformidad donde otros perciben belleza, cada individuo debería conformarse con sus propios sentimientos sin pretender regular los de los otros. Buscar la belleza real o la deformidad real es una búsqueda inútil.
Entonces, a modo de síntesis, Los sentimientos difieren del juicio en que, los primeros no refieren a nada externo mientras que los juicios sí lo hacen. Por lo que “Todo sentimiento es correcto” pero no “todo juicio lo es”.
B- Para poder admirar la belleza, se requiere la concurrencia de ciertas circunstancias favorables. ¿En qué consisten estas circunstancias? ¿Qué provocaría su ausencia o perturbación?
Las reglas generales del arte se encuentran solo en la experiencia y en la observación de los sentimientos comunes de la naturaleza humana, siendo que los sentimientos de los hombres no siempre se adecuan a estas reglas. Estas emociones de la mente, son de una naturaleza tierna y delicada y requieren la concurrencia de muchas circunstancias favorables para hacerlas desempeñar su función con facilidad y exactitud, de acuerdo con sus principios generales establecidos. El menor impedimento exterior o el menor desorden interno, perturban su movimiento y altera el funcionamiento de toda la maquinaria. Estas circunstancias se pueden resumir en: serenidad mental del ánimo para contemplar la belleza, ciertos recuerdos, una atención apropiada al objeto; el hombre posee una estructura original o configuración en virtud de la cual ciertas cosas nos agradan o nos disgustan.
Si faltara cualquiera de estas circunstancias nuestra experiencia seria engañosa y seriamos incapaces de juzgar la belleza con alcance universal. La relación que la naturaleza ha puesto entre la forma y el sentimiento será, en el mejor de los casos, más oscura y requerirá mayor minuciosidad al rastrearla y descubrirla. Es por eso que se debe escoger con cuidado el tiempo y el lugar apropiados y poner a la imaginación en una situación y disposición adecuadas.
Las cosas bellas producen placer, pero este no está garantizado por la presencia de la belleza, para ellos hace falta serenidad mental o delicadeza de imaginación. Sin embargo, esta serenidad no es suficiente, es necesaria también una delicadeza en los sentidos que habilite a “captar” cualidades –de las cosas- que producen ciertos sentimientos.
La belleza es accesible solo a quien tiene la perfección del sentido; sin embargo, todo hombre aspira a una perfección del gusto. La perfección del sentido o del placer, es una cualidad deseable, y ésta puede incrementarse y desarrollarse solo por medio de la práctica. Hay que mantener equilibrados los prejuicios con el buen sentido, y así conservar el buen gusto.
[pic 2]
DIDEROT
A- Distinga, siguiendo a Diderot, lo bello real de lo bello relativo. Ejemplifique.
En primer lugar nos parece competente conceptualizar y caracterizar, según el autor, aquello que denominamos “bello” en sí mismo y en relación con el sujeto. Diderot dice al respecto: “yo llamo, pues, bello fuera de mí, a todo aquello que contiene en sí mismo el poder de evocar en mi entendimiento la idea de relaciones, y bello en relación a mí, a todo aquello que provoca esta idea”
En base a esta tesis central, el autor determina dos tipos de belleza, la real y la relativa. De este modo llama “bello real” a aquello que contenga algo bello en sí y que provoque posteriormente la idea de relación. Es decir, lo bello real es todo lo que está fuera de mi, aquello que no tiene relación con el sujeto ni con la subjetividad misma. Por lo contrario es la materia que luego será trabajada por el razonamiento.
Por otra parte, y en comparación a lo anterior, el autor llama “bello relativo” a aquello que despierta relaciones correctas con las cosas con las que se realizan las comparaciones. Entonces, la belleza relativa tiene directa relación con el sujeto, las ideas que provoca el objeto en comparación a otros. Tiene que ver con la subjetividad y la manera de comprender las cosas según quien las observe. Lo bello relativo es todo lo que está en mí.
A modo de ejemplo cita una frase de la tragedia de los Horacios: “que muera”. Entonces analiza que si le preguntara a alguien que no conoce la obra, ni el contexto de la frase dentro de ella, evidentemente esa persona le diría que la frase no le resulta ni bella ni fea. Por lo contrario, si a esta persona se le dieran datos del contexto de la frase dentro de la obra como por ejemplo que es la respuesta que le da un padre a su hija sobre cómo debe accionar su propio hijo dentro de un combate por la patria frente a tres enemigos quienes le robaron la vida a sus hermanos, seguramente el interrogado considerara de otro modo la frase, de forma bella. Es decir, la frase se vuelve bella en la medida en que se descubren las relaciones entre las circunstancias y la cosa misma.
B- ¿Qué diferencias pueden establecerse entre el hombre de genio y el hombre de gusto? ¿Cómo se relaciona cada uno de ellos con las reglas del arte y de la gramática?
En concepto, el hombre de genio es aquel que por naturaleza posee un don que le permite realizar relaciones más correctas que los demás hombres. Posee una filosofía y es capaz de reconocer con exactitud, producir y desentrañar las reglas del arte como así también generar nuevas.
El hombre de genio se caracteriza por su avidez en la adquisición de sensaciones y en la interpretación de las mismas, es digno de generar verdades y de satisfacer a la belleza ya que es quien percibe las relaciones. Este hombre tiene una “fisiología” afortunada que le permite percibir más y mejor estas relaciones entre las cosas considerando que la percepción es el resultado del encuentro de los fenómenos con una disposición particular.
El genio capta las relaciones de las cosas y a esto le suma su fisiología y educación en la percepción enriqueciendo el objeto percibido: “El hombre de genio es el que tiene un alma abierta, impresionada por sensaciones de todos los seres; interesada por todo lo que hay en la naturaleza”.
Por otro lado, y en cambio, el hombre de gusto es aquel que produce mediante el seguimiento de las reglas, del hábito y de la constancia. Este, entonces, no produce ni es tan extraordinario como el hombre de genio, sino que sus creaciones son más bien ordinarias
En cuanto a la gramática, podemos explicar mediante el ejemplo que propone Diderot, diciendo que en el estudio de ésta se interponen grandes problemas con relación a la construcción y al significado. En este sentido, el autor propone analizar la palabra “virtud” y afirma que cualquier hombre sería capaz de darle un significado pese a que este no sea el específico o el más correcto. Esta mayoría de hombres representan al llamado “hombre de gusto” que responden siguiendo una serie de procedimientos y haciendo relaciones. Pero, por otro lado, Diderot dice que en este gran revuelto de conceptos inexactos, alguien será capaz de ordenarlos y darle a la palabrada el sentido más puro, esta persona es el hombre de genio, que con su talento y filosofía podrán dejar al descubierto el significado real.
...