“Qué te falta para ser la persona que eres. El cambio”
Enviado por Lizettver • 2 de Agosto de 2020 • Ensayo • 1.053 Palabras (5 Páginas) • 126 Visitas
“Qué te falta para ser la persona que eres. El cambio”
Un día sin imaginarlo la fuente de sabiduría hizo que cada ser humano ocupara un lugar preciado en este planeta llamado Tierra. Fue una creación divina la que hizo posible que sin merecerlo cada lugar se convierta en un espacio único donde precisamente está lo que tiene que estar. La vida surgió en un instante donde nadie pudo sospecharlo pero si ha servido de gran inspiración para músicos, poetas, artistas de toda índole y en fin quizá a toda persona que ha tratado durante el tiempo de explicar o darle sentido a una palabra que encierra tanto.
Por la vida hoy se convierte en una oportunidad regalada que a lo mejor en muchos aspectos será desperdiciada. En ocasiones cuando el día suele tornarse oscuro o cuando las decisiones parecen ser las peores, o a lo mejor los planes no resultaron; la congoja llena todo el ser y miles de pensamientos inquietos pasan por la mente hasta quitar el sueño. Cansado tal vez se abre la mirada ante un nuevo amanecer que viene tan radiante con el corazón lleno de esperanza. ¿Qué me falta para ser la persona que soy? La pregunta que a lo mejor no nos atrevemos a contestar, pero existen respuestas que tratan de hacer pensar lo contrario. En los siguientes párrafos se aborda el entorno de la interrogante que es el centro del presente ensayo.
Como ser humano fui seleccionado por Dios para venir a este mundo no porque mis padres así lo quisieron sino que los propósitos fueron otros y todo estaba plenamente planificado para ocurrir en el momento perfecto. Cuando transcurrían los nueves meses en el vientre de una madre no tenía idea de cuántos errores cometería luego, peor aún cuántas caídas, disgustos o cuántos aciertos lograrían los aplausos para desgracia de otros; sin embargo cada día transcurría como si más tarde el tiempo transcurrido pasaría una factura donde estaría detallado cada valor por cada acción realizada.
Al pasar ciertos años dejaba de ser niña para convertirse en un señorita y más tarde en una mujer, y como todo el entorno hacía que naciera de lo más profundo del ser la ilusión por tratar de dejar una huella, no por agradar o ganarse un elogio, sino para lograr satisfacción de haber aprovechado la oportunidad de estar viva. Y en esa lucha el ego hacía creer que las fuerzas me pertenecen y que gracias a ellas puedo hacerlo todo, lograrlo todo a mi manera; dejando a un lado al dueño de todo. Entonces la búsqueda se vuelve intensa, la preocupación se hace más evidente por el qué dirán, qué pensarán de mi, o qué harán en contra de mí; todo ello producto del ego que presenta una valoración de sí mismo más allá de la realidad, confundiéndo aún más los pensamientos e incluso provocando la pérdida de capacidades y oportunidades únicas.
Pero se presenta la ocasión en que una fuerza interior ocasiona un impulso hacia algo superior, la hora de hacer morir al ego llegó para dar paso al descubrimiento de la importancia de vivir aquí, es cuando la pasión y el entusiasmo encierra todo nuestro interior y sabemos que es Dios que está hablando a cada uno: hombre o mujer, sin importar edad, situación o circunstancia alguna, simplemente es un momento intenso que debe trasladarse a perdurable, donde todo va a llegar en el minuto preciso porque Dios es eterno y vale la pena esperar.
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