RENACIMIENTO
Enviado por richytz • 11 de Septiembre de 2014 • 1.993 Palabras (8 Páginas) • 185 Visitas
Renacimiento.
El concepto de renacimiento se aplica por primera vez por Giorgio Vasari, en el s. XVI, al referirse al «renacimiento» del arte y las letras antiguas. Se le considera como el período histórico y cultural, comprendido entre 1350 y 1600, que se caracteriza, en un principio, por ser una «regeneración», «renovación» o «restauración» del gusto artístico de acuerdo con los ideales de la antigüedad clásica y que, posteriormente, se distingue como una renovación de la sociedad en general por el «renacimiento» de la cultura clásica. Este fenómeno se dio inicialmente en Italia, y de ahí se difunde por toda Europa y acaba siendo uno de los pilares sobre los que se asienta la civilización occidental. El término se acuña en el s. XIX, por obra sobre todo de los historiadores Michelet y Burckhardt, quienes también han determinado su significado general.
Se ha discutido mucho sobre cuál es realmente su periodo histórico: discusión que llega tanto a las fechas de su comienzo (que algunos sitúan con Petrarca, poeta laureado, en 1341; otros Cola di Rienzo, que intentó restaurar la república antigua de Roma, en 1347;) como con las de su finalización (el concilio de Trento, en 1545; la muerte de Giordano Bruno, en 1600). También se discute si supone en verdad una ruptura de mentalidad con la época inmediata anterior, que los mismos autores renacentistas llaman peyorativamente Edad “Media”, y que habría de ser considerada como una época de ignorancia y oscuridad en oposición a la nueva época de conocimiento y luminosidad.
La formulación clásica de lo que es el Renacimiento se debe, en principio y sobre todo, a la obra del historiador suizo Jacob Burckhardt, La cultura del renacimiento en Italia (1860). Sus tesis sobre un nuevo espíritu italiano que se caracteriza por la exaltación del individuo, como hombre y como ciudadano, y de la dignidad del hombre, el interés por leer y comentar los textos literarios antiguos, griegos y romanos, el «descubrimiento del mundo y del hombre» a través de los viajes, la exploración y la observación de la naturaleza, la ruptura con las ideas medievales sobre la sociedad, la naturaleza y la filosofía- han sido, no obstante, parcialmente discutidas por la crítica historiográfica, sobre todo en lo que se refiere al supuesto de ruptura con la Edad Media y a la definición de ésta como época de oscuridades.
La filosofía del Renacimiento se compone de diversos elementos:
1. El humanismo
El humanismo es el principal aspecto característico del Renacimiento; Petrarca (1304-1374), amigo de Bocaccio es considerado justamente el primer humanista; le siguen Gianozzo Manetti (1396-1459), autor de De dignitate et excellentia hominis (1452), el primero de los elogios renacentistas sobre la dignidad del hombre, escrito contra la concepción medieval de la miseria de la vida humana
2. La tradición mágico-hermética
Los escritos atribuidos a Hermes Trismegistos, el llamado corpus hermeticum, considerados auténticos por la antigüedad y por el cristianismo de los primeros siglos, lo son también para los humanistas, una vez traducidos por Marsilio Ficino, hacia 1460. Ayudan a romper la imagen religiosa medieval del mundo y a construir una nueva, que armoniza la naturaleza, la alquimia, la magia y la religión. Los humanistas aceptan de buen grado estos escritos del «tres veces grande» -en realidad compuestos por filósofos paganos hacia los siglos II y III d.C., que combinan el platonismo, con la simbología cristiana, la gnosis griega y el pensamiento mágico- que, por un lado, hablan de la salvación del hombre a través del propio conocimiento y, con mayor precisión que los libros de la Biblia, de la encarnación del Logos, y, por el otro, de una simpatía por afinidad de todo, del cielo y la tierra, del hombre y la naturaleza, que unifica el cosmos y lo hace comprensible y dominable por el hombre por el poder del conocimiento, según el adagio renacentista «el hombre sabio domina el mundo»; por eso, algunos de ellos son conocidos también como «magos».
Además de estos escritos ocultistas, que ponen en comunicación el macrocosmos con el microcosmos, destaca la afición a la astrología, específicamente cultivada en el Renacimiento, basada principalmente en el tratado de Ptolomeo sobre astrología, el Tetrabiblon, y otras obras antiguas recién editadas en aquella época.
Paracelso (1493-1541), nombre que se da a sí mismo el médico suizo Theofrast Bombast von Hohenheim, se interesa también por la magia natural y la iatroquímica, o quimiatría -curación por medios químicos-, y aunque de sus investigaciones, mezcla sincretista de doctrinas teológicas, filosóficas, astrológicas, cabalísticas y alquímicas, surge un cierto interés por la observación y el experimento y la idea de la constitución química del hombre, permanece alejado de los caminos de la verdadera ciencia y será criticado por Bacon.
2. Neoplatonismo renacentista
El Platón que conocen los humanistas está constituido fundamentalmente por los diálogos platónicos que se editan en el s. XV y el neoplatonismo que recoge todas las interpretaciones y tradiciones antiguas añadidas a las doctrinas platónicas: el escepticismo, el eclecticismo de la época helenística, Plotino, el Pseudo-Dionisio y la tradición mágico-hermética.
Al platonismo conocido de la Edad Media, se añade toda la tradición platónica de las bizantinos, que llega a Italia en tres ocasiones distintas: a comienzos del s. XIV, con los primeros sabios griegos que llegan a Florencia a enseñar griego a los humanistas; en 1439, con ocasión del concilio de Ferrara-Florencia; en 1453, a causa de la caída de Constantinopla. Con ellos llegan también sus disputas internas acerca de la primacía entre Platón y Aristóteles, sostenidas sobre todo por Jorge Gemisto Plethon (1355-1452), Jorge Scholarios Gennadio (1405-1492) y Bessarión (1400-1472), que intenta la conciliación (ver filosofía bizantina).
Existe también la tradición occidental platónica, de origen medieval (Pseudo-Dionisio y Escoto Eriúgena), cuyo mayor exponente es Nicolás de Cusa, continuada luego por la Academia Florentina.
Aparte de Nicolás de Cusa, que no es considerado ni exclusivamente medieval ni propiamente humanista, y que sigue la línea medieval platónica marcada sobre todo por los escritos del Pseudo-Dionisio, los humanistas propiamente platónicos son Marsilio Ficino
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