RESUMEN DE ANTOGONA
Enviado por paul_27 • 6 de Mayo de 2013 • 912 Palabras (4 Páginas) • 651 Visitas
Resumen Antígona
Capítulo I
La escena inicial en Antígona comienza en medio de una conversación entre Antígona y su hermana, Ismene. Antígona está convencida de que es su deber sepultar a Polinices, su hermano, quien está insepulto bajo la ordenanza de Creonte, rey de Tebas. La obra no entra en detalles acerca de Polinices- solo que él fue un traidor de Tebas y enemigo de la ciudad.
Ismene inequívocamente se opone a los planes de su hermana, citando la ley del rey que prohíbe la inhumación del cadáver. Ella no cree, como lo hace Antígona, que la orden del rey pueda ser transgredida por motivos religiosos. Pero Antígona le responde a ella diciéndole “…si es un crimen, entonces es un crimen que los dioses ordenan.”
Después de su discusión, el coro entra glorificando la reciente victoria de Tebas contra el ataque externo. Aquí se menciona brevemente a Polinices, exaltando los dioses de Tebas así como a Creonte por su triunfo.
Al instante, Creonte entra reiterando su mandato de que cualquiera que enterase a Polinices sería condenado a muerte. El proclama, “…queda públicamente prohibido a toda la ciudad honrarlo con una tumba y llorarlo. ¡Que se le deje insepulto, y que su cuerpo quede expuesto ignominiosamente para que sirva de pasto a la voracidad de las aves y de los perros! Tal es mi decisión; pues nunca los malvados obtendrán de mí estimación mayor que los hombres. de bien.” Un guardia entra trayendo malas noticias. Al parecer alguien ha osado enterrar y bendecir el cuerpo, como las costumbres griegas (y los dioses) mandan. Creonte estalla en ira culpando al guardia por su falta de vigilancia. Creonte va incluso tan lejos como para sugerir que el mismo guardia lo había enterrado por dinero.
Capítulo II
El coro se agita por este trastorno repentino. No sabiendo realmente qué hacer, apoya naturalmente a Creonte.
Seguido, el guardia (esta vez llamado centinela) regresa a donde Creonte con Antígona. Él dice: “Ella misma estaba enterrando el cadáver; ya lo sabes todo…”
Antígona admite su crimen confrontando a Creonte ante principios morales. Ella le afirma al rey: “No son de hoy ni ayer esas leyes; existen desde siempre y nadie sabe a qué tiempos se remontan. No tenía, pues, por qué yo, que no temo la voluntad de ningún hombre, temer que los dioses me castigasen por haber infringido tus órdenes.”
Lo que le sigue es un impetuoso alegato entre Antígona y Creonte, en el que el uno al otro se amenaza con la ley moral. Es aquí donde la incógnita fundamental de la obra es confrontada: ¿Qué ley prevalece? ¿La de los dioses o la de los hombres?
Pronto, Ismene entra en la escena diciéndole a Creonte que ella comparte igual responsabilidad por el crimen. Ismene le pide a Creonte piedad en nombre de Antígona, debido a que su hermana se casaría con Hemón, el hijo de Creonte. Pero Creonte no se deja persuadir,
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