Rebelion En La Granja

Ensayo “Rebelión en la granja”.

George Orwell.

El presente ensayo tiene como objetivo demostrar que la lectura de Rebelión en la granja es ilustrativa en la cuestión política, pues analiza una multitud de fenómenos de esta especie y de ella pareciera desprenderse una cierta tendencia común en los personajes que poseen el poder en las sociedades.

En la novela Rebelión en la granja George Orwell presenta una crítica a la sociedad totalitaria, se desarrolla en la granja Jones después conocida como “La granja de los animales”, todo se lleva a cabo con animales que hablan y comienzan a armar una revolución en base a las palabras de “El viejo mayor”, un cerdo que quería que ningún animal fuera explotado por humanos y que todos fueran iguales. Este hace alusión al régimen, en el cual una persona tiene una idea y la asume con tal empeño que logra dominar a un grupo hasta el punto de tomar el poder sobre ellos, en este caso Napoleón somete a todos a sus ideas.

Los animales que Orwell utiliza son comparados con conductas humanas, como los cerdos que son “puercos” y “sucios” en lo que hacen, los Borregos, que solo hacen lo que los demás dicen, los perros que son crueles y salvajes, etc. El autor hace una analogía compara a los animales con los seres humanos, el puerco que es el que tiene el poder se asume que son los líderes políticos, los cuales toman las decisiones y controlan al proletariado, los borregos que son la clase trabajadora, la clase más pobre y los perros se puede comparar con los que hacen el trabajo sucio, los que se encargan de oprimir al pueblo y controlar a los que no hacen caso (clase policial o militar).

Se explica cómo se reflejan el poder y la autoridad en la rebelión y en la posterior constitución de la “sociedad animal”. Curiosamente el poder y la autoridad la tienen los cerdos, que son los animales más sucios que hay. El autor dice que son los animales más inteligentes de la granja. Éstos son los propulsores de la revolución y los que constituyen la nueva forma de vida. También los que se corrompen con el poder y por los que fracasa la rebelión porque se convierten en “humanos”. Los cerdos que tienen el poder al ser los más inteligentes, son los encargados de la rebelión, pero, el autor utiliza y compara a estos con una actitud muy humana, al querer tener el poder hacen lo que sea para obtenerlo, se corrompen de tal forma que la rebelión fracasó porque los mandamientos establecidos al inicio de esta no se respetan.

Platón definió al poder como “el ejercicio del mando”. Desde entonces la idea que se tuvo del término fue muy cercana al concepto de mandar. Tenía poder el que podía mandar. Muy ciertamente no todos tienen la capacidad de mando, para esto hay que saber dominar y hacer entender a los otros sus ideas, debe transmitir seguridad y confianza para así someter a los demás, tal es el caso de Snowball que no tenía la capacidad de mando que tenía Napoleón.

El poder fue entonces la capacidad de ordenar, no obstante, Rebelión en la granja nos enseña que el poder no sólo es la capacidad de dar órdenes, sino que exige, mediante muchos instrumentos, que esas órdenes sean obedecidas, por ejemplo los cerdos Snowball y Napoleón, quienes toman el poder de la granja y poco a poco van imponiendo una dictadura cada vez más autoritaria en la granja, ambos cerdos tienen cualidades y personalidades distintas, por un lado Snowball es un cerdo brillante, de mente lúcida y grandes ideas que busca el bienestar para todos los animales de la granja, pero inseguro, en cambio Napoleón no es tan brillante, empero su voluntad es más fuerte que la de Snowball.

En términos más cortos, se puede comprender con la lectura que el poder es la capacidad de hacerse obedecer; Napoleón fue capaz por todos los medios, por todos los matices, de hacerse obedecer, por ende, esto termina provocando que Napoleón saque a Snowball de la granja, obteniendo él el poder de todo en la “Granja Animal”. Aquí podría explicarse que “todo poder tiene saber, no hay poder sin saber, ni saber sin poder” (Eval Araya). Los dos son complementarios, si no hay saber no hay poder y viceversa.

En un principio, lo que se buscaba era desprenderse del poder y la explotación que tenían los humanos sobre ellos y criticaban ese autoritarismo al decir que todos los animales eran iguales, por lo que pusieron en la puerta los llamados “siete mandamientos” que regían la vida de los animales. En dichos mandamientos se prohibía ser como los humanos y mucho menos emitir sus mismas acciones, sin embargo los cerdos quienes se creían una raza superior “por ser más inteligentes” cambian todos esos mandamientos, por uno solo, diciendo: “Todos los animales son iguales, pero unos más iguales que otros” (George Orwell) y se convierten prácticamente en humanos.

Los cerdos llegaron a tal punto que subestimaron a los demás, asumieron el poder ante todos, pero se convirtieron en lo que tanto odiaban, explotaban a los otros animales y se hicieron autoritarios. En su mandamiento totalmente contradictorio se dice que todos los animales son iguales, si fuese este caso todos en la granja deberían tener los mismos privilegios de los cerdos, pero, al decir que unos son más iguales a otros objetan lo anterior, hace una diferenciación de todas las razas y se sienten

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