Resumen “El asombro, la afección originaria de la filosofía”

Resumen “El asombro, la afección originaria de la filosofía”

Este resumen tiene como objetivo primordial plasmar las ideas más importantes del artículo El asombro, la afección originaria de la filosofía, en donde se nos habla de cómo el asombro fue una de las cosas más importantes para los primeros pensadores que intentaron dar explicación a la filosofía.

Tanto para Aristóteles como para Platón, la filosofía encuentra su nacimiento en un pathos (πάθος), un estado del alma que lleva a quienes lo padecen a una búsqueda del conocimiento. A su vez, mencionaban que el asombro era un estado que surge en el alma de manera involuntaria ante la percepción de lo existente, dando origen a la filosofía, el mito y el conocimiento.

Otros pensadores como Martin Heidegger y Kaus Held han considerado también la importancia del asombro en sus obras, el primero considera a la filosofía como el pensar más profundo porque se origina de la pura austeridad que a su vez genera el pensamiento de asombro, mientras el segundo parte de las formas prefilosóficas de asombrarse para afirmar que Platón no se encuentra en un estado filosófico completo ya que, a pesar de entregarse a la búsqueda del saber, se aleja de este estado de ánimo para convertirlo simplemente en un estado pasajero.

El asombro: un pathos

Platón se refiere al asombro como el estado natural en el que se encuentra el filósofo. El término πάθος se refiere a: a) un incidente que acontece sin que haya un agente que lo realice y, b) un estado del alma experimentado de forma involuntaria que se diferencia de una acción porque no tiene su principio motor en quien lo experimenta. Platón utiliza a las impresiones visuales de manera invertida que ocurren al ver a un espejo, como un ejemplo de esto debido a que la percepción de las cosas de forma inversa no acontece porque las cosas tengan ciertas cualidades o propiedades, sino debido a algo externo a ellas (el espejo).

Sin embargo, este término también se ha vinculado con el alma, definiéndolo como los estados que afectan el alma durante la vida de los hombres y se opone fundamentalmente a toda praxis; un alma que, según Sócrates, se debe analizar en estado puro para conocer verdaderamente, así como el amor por la sabiduría y lo divino con la que siempre viene acompañada, acciones que se originan del asombro que da origen a la filosofía.

Por lo tanto, el asombro es una afección a partir de la cual el ser humano toma una mirada en torno a lo existente, posibilita observar todas las cosas a partir de la unidad de su origen y también permite separarse de lo que ha sido observado como una totalidad para formular la pregunta por el principio de todo lo existente, pues este no acontece ante un objeto particular sino frente a la totalidad de lo que hay.

La filosofía y el asombro

Platón fue el primero en considerar una relación entre la filosofía y el asombro, observando al asombro como una condición natural de aquel que se dedica a la búsqueda de la sabiduría, además de el origen de la filosofía (amar el saber), explicando su relación mediante el mito “la genealogía de los dioses” como alegoría. Así para Platón el asombro es un estado que predispone a la búsqueda del conocimiento que genera la filosofía, el estudio del conocimiento de lo más divino.

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