Resumen Organon

Organon.

La materia de investigación de los Analíticos Primeros es el silogismo, una de las aportaciones más originales de Aristóteles. Ello se comprende por el lugar e importancia que tiene la dicha inferencia dentro de todo el Organon.

La lógica aristotélica es una lógica silogística, el silogismo constituye el centro de gravedad y el centro de irradiación de todo sistema. Aristóteles advierte que la función natural de la proposición reside en ser parte de un silogismo, y que, la propia doctrina de la demostración científica se desenvuelve a los ojos del silogismo.

Los tratados lógicos tienen el aspecto de ser repertorios más o menos ordenados de disertaciones, lecciones y comentarios, Aristóteles trata de describir y explicar las leyes del pensamiento acudiendo a la ciencia, ello es, al conjunto de conocimientos; para lo cual precisa descomponer, analizar las conclusiones de las inferencias; lo que se logra poniendo en relación lo concluido con lo propuesto en las premisas del razonamiento. Los Primeros Analíticos constituyen la doctrina acerca de la formulación o constitución de las conclusiones, en una palabra, la silogística.

Considérese el siguiente silogismo:

• Todas las ciencias son demostrativas.

• La matemática es ciencia.

• La matemática es demostrativa.

La materia del estudio de Aristóteles es la demostración y el fin es el conocimiento de la demostración, en primer lugar la proposición en una enunciación que afirma o niega una cosa de otra. Es universal, particular, o indeterminada. La llamo universal, cuando el atributo pertenece toda la cosa, o no se dice de parte alguna de la cosa; particular cuando el atributo se afirma o se niega de una parte de la cosa, o bien cuando no pertenece a toda la cosa; indeterminada, cuando el atributo se afirma o se niega del sujeto, sin indicación de universalidad ni de particularidad. Entre la proposición demostrativa y la proposición dialéctica hay la diferencia de que la proposición demostrativa asienta una de las dos partes de la contradicción; porque para demostrar, no se hace una pregunta, sino que se asienta un principio. Por lo contrario, la proposición dialéctica comprende en una pregunta la contradicción toda y entera.

Siempre se forma el silogismo asentando que una cosa es o no es de otra, por lo tanto, la proposición es silogística cuando afirma o niega una cosa de otra en una de las formas que acabamos de indicar. Es demostrativa cuando es verdadera y se deriva de las condiciones primitivamente sentadas. Es dialéctica cuando en forma de pregunta comprende las dos partes de la contradicción, o cuando bajo la forma del silogismo admite lo aparente y lo probable. Llamó término al elemento de la proposición; es decir, al atributo y al sujeto a que aquél se atribuye, ya sea una a él, ya se separe, la idea de ser o de no ser.

El silogismo es una enunciación, en la que, una vez sentadas ciertas proposiciones, se concluye necesariamente en otra proposición diferente, sólo por el hecho de haber sido aquellas sentadas. Cuando digo sólo por el hecho de haber sido sentadas las primeras proposiciones y entiendo por esta última expresión, que no hay necesidad de un término extraño para obtener la conclusión necesaria.

Llamo, por tanto, silogismo completo aquel en que no hay necesidad de ningún otro dato además de los previamente admitidos, para que la proposición necesaria aparezca en toda su evidencia.

Llamo incompleto aquel en que se necesitan uno o más datos, que pueden ser precisos además de los términos sentados al principio, pero que no han sido, sin embargo, formulados de un modo terminante en las proposiciones.

Cuando se dice que una cosa está en la totalidad de otra, o que una cosa se atribuye a otra toda y entera, estas dos proposiciones tienen el mismo sentido. Decir que una cosa se atribuye a otra toda y entera, es decir que no se supone que haya parte alguna del sujeto de que no pueda decirse la otra cosa: y los mismos se entiende cuando no se atribuye a ninguna.

Los Segundos Analíticos o Analítica Posterior se ocupan de la prueba y de la ciencia. De esta suerte se confirma el concepto de lógica como doctrina al saber científico, y se ponen en viva relación las cuestiones de la metodología y el conocimiento. La lógica aristotélica, en efecto, no es una lógica formal, en el sentido de ocuparse de las meras formas del pensamiento, con independencia del conocimiento que tiene base ontológica.

El pensar es lógico cuando se ajusta a los caracteres del ser. No hay oposición entre el pensamiento y la existencia. Ser y pensar se diferencian, empero, en que las leyes lógicas ostentan forma general, al paso que lo peculiar de lo real es la sustancia individual. Hay continuidad temática de los Primeros Analíticos a los Segundos, en efecto, en aquellos se ofrece, el instrumento general del saber, el silogismo. En los Segundos Analíticos se explica la ciencia que es el conjunto de conocimientos en demostración deductiva, apodíctica.

La deducción demostrativa, es el nervio de la ciencia, pues ésta se define como el conocimiento por las causas. Por ello,

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