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Resumen Partidos políticos y democracia


Enviado por   •  8 de Mayo de 2016  •  Documentos de Investigación  •  4.798 Palabras (20 Páginas)  •  514 Visitas

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Resumen

Partidos políticos y democracia

Los partidos políticos son organizaciones elementales y muy importantes en el ámbito político, tanto en los sistemas democráticos, como en los no democráticos los cuales tienen sus propios fines e intereses. Crean y sustentan muchas de las instituciones del Estado, desempeñando funciones políticas y sociales necesarias en una democracia.

Cuando los controles democráticos no son suficientes los partidos políticos muy probablemente se convierten en medios perversos que seden al vicio el cual consiste en cambiar la finalidad de los partidos políticos, tratándose de una partidocracia, llegando muchas veces a aliarse con los sectores contrarios a los principios democráticos, violando los derechos humanos.

Origen histórico de los partidos políticos

Para poder fortalecer y hacer crecer la democracia, los partidos políticos deben desarrollar la democracia interna y la capacidad de adaptación a los cambios impuestos por las sociedades modernas.

En un sentido más amplio, un partido e cualquier grupo de personas que se unen por un interés en común, estos fueron el comienzo de la sociedad políticamente organizada.

Los partidos modernos son producto de la relación de los grupos políticos, tuvieron su origen en el siglo XVII, evolucionaron durante el XVIII y se organizaron plenamente desde el siglo XIX después de las reformas electorales y parlamentarias que empezaron en 1832 en Gran Bretaña.

La burguesía demandaba nuevas formas de organización política que sustituyeran a las corporativas, con reglas de carácter electoral y un sentido diferente al mandato directo. El diputado ya no era considerado representante únicamente de su distrito sino de toda una nación o país.

A través de los partidos políticos se pueden expresar intereses nacionales y particulares, pero actuando en conjunto los intereses particulares no pueden quedar por encima de los nacionales, lo que significa que poseen una función ambigua y necesaria dentro de una sociedad porque representarán intereses de diferentes grupos. No deben caer en darle prioridad a intereses particulares, sino luchar por una política en iguales condiciones y oportunidades para todos, con esto se garantiza la democracia.

Partidos y facciones, grupos de interés y movimientos sociales

Para Bolingbroke los partidos son el reflejo de una diferencia de principios y proyectos más allá de los intereses personales. Burke dice que un partido es un conjunto de hombres que se unen para promover asuntos de interés nacional basándose en un principio en común.

Ambos distinguen el partido de la facción debido a que lo consideran una organización con fines superiores a los intereses individuales.

Los partidos fueron aceptados positivamente en Estados Unidos hasta el soglo XIX, después de haber sido considerados como facciones por políticos como Madison y Washington.

Según la distinción weberiana los grupos de interés tienen la función de articular intereses y los partidos políticos agregarlos. Los partidos políticos participan en elecciones con el propósito de obtener cargos públicos, esa es la diferencia con los grupos de interés, además éstos últimos no poseen orientación competitiva.

Los movimientos sociales son organizaciones informales que reivindican o se oponen a las decisiones políticas. A diferencia de los partidos políticos estos no operan en el ámbito político, pero si se institucionalizan,  se organizan formalmente y adoptan una estructura, pueden llegar a convertirse en partidos políticos.

El modo de actuar de los grupo sociales se concentra en plantear sus exigencias como principio y no renunciables. Este modo de actuar se clasifica en interno, el cual se caracteriza por ser informal; y el externo utiliza como táctica los movimientos, manifestaciones, estrategias de protesta para activar y atraer la opinión pública con métodos no convencionales, pero legales.

Los movimientos sociales rechazan su identificación con un código político establecido y prefieren utilizar códigos políticos provenientes de los planteamientos del movimiento, con categorías tales como sexo, edad, lugar y género, aunque ello no significa, ni por asomo, que los movimientos sociales sean entidades amorfas y heterogéneas en términos de clase e ideología.

Los partidos en el Estado decimonónico y en el Estado moderno o de partidos

En el Estado liberal o decimonónico los partidos no tenían mucha importancia, el control que los ciudadanos ejercían sobre sus mandatarios se agotaba en el momento electoral. Sólo unos cuantos podían votar, no existía el sufragio universal. El Estado liberal se caracterizaba por el individualismo y la desintegración y por la idea del Estado mínimo que se encarga de velar por el respeto de las reglas del intercambio de la propiedad y de dotar de seguridad jurídica a tales intercambios.

La ampliación del sufragio y los procesos democratizadores de finales del siglo XIX y principios del XX trajeron consigo los partidos de masas y con ellos los procesos de su reconocimiento legal y constitucional. El Estado de partidos es consecuencia principalmente de los partidos de masas y de las luchas políticas por la extensión del sufragio, así como de los cambios en la estructura parlamentaria y electoral de muchos países europeos.

Kelsen entendió que en el Estado de partidos la voluntad general o del Estado se de tal forma que busca satisfacer los intereses de los partidos para promover su democracia interna y rechazar toda tendencia oligárquica que se produzca en el interior de la organización partidaria. Radbruch asegura que la verdadera democracia no se compone de individuos, sino de partidos, y de ellos se originan los demás órganos del Estado.

Tipologías de partidos

Duverger, un autor que distingue entre sistemas de partido único, bipartidistas y multipartidistas, considera que los tipos de sistemas de partidos determinan el sistema político. Sin embargo, la clasificación de Duverger no corresponde, en ocasiones, con la realidad del sistema político. Por ejemplo, la República Popular China cuenta con ocho partidos y, no obstante, no es una democracia.

Para Palombara y Weiner los sistemas políticos se dividen en: competitivos y no competitivos. Entre los competitivos se distinguen cuatro tipos: alternante ideológico, alternante pragmático, hegemónico ideológico y Hegemónico pragmático. Los sistemas no competitivos se dividen en: unipartidista autoritario, unipartidista pluralista y unipartidista totalitario. La deficiencia de esta tipología radica en su carácter estático: los sistemas de partidos aparecen definidos de una vez por todas, sin que se haya pensado en los mecanismos de transformación que modifican tales sistemas y hacen que evolucionen de una forma u otra. La clasificación está influida por la distinción tipológica que Juan Linz hace de los regímenes no democráticos: totalitarios, postotalitarios, autoritarios y sultanistas.

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