Resumen:La Democracia. Una Guía Para Los Ciudadanos
Enviado por fernanda29 • 1 de Febrero de 2012 • 1.366 Palabras (6 Páginas) • 921 Visitas
CIUDADANOS Y CIUDADANÍA.
(PÉREZ LEDESMA MANUEL)
El modelo de ciudadanía universal planteado por Marshall es, más que una personificación de la extensión de los derechos de ciudadanía en Gran Bretaña, una respuesta a los problemas de las sociedades liberales, concretamente a las tensiones entre los principios igualitarios del sistema político democrático y las desigualdades inherentes a las estructuras económicas del sistema económico capitalista. Estas ideas fueron planteadas inicialmente en su famoso ensayo Ciudadanía y Clase Social, donde, apoyándose en la historia como herramienta que permite dar a su modelo una coherencia temporal, divide a la ciudadanía moderna en tres partes o elementos, civil, político y social, asignando a cada uno de ellos un periodo formativo: los derechos civiles, el siglo XVIII; los políticos, el XIX; y los sociales el XX.
Consideramos que el elemento explicativo de esta evolución es lógico, y no histórico. El camino que recorre Marshall es el de la integración plena de los ciudadanos en la comunidad a la que pertenecen, y cada una de las dimensiones de la ciudadanía desempeña una tarea que permite al modelo seguir evolucionando hasta completarse. La dimensión civil de la ciudadanía crea una comunidad de hombres libres, dotados de derechos y protegidos por un derecho común; la política se encarga de reconocer las aspiraciones políticas de todos los ciudadanos, eliminando definitivamente la desigualdad formal entre pudientes y no pudientes; y la social cubre las necesidades básicas de los ciudadanos para que su integración y el ejercicio de sus derechos sean realmente efectivos. La ciudadanía moderna es posible si y sólo si cada una de estas dimensiones es reconocida y garantizada al mismo nivel que el resto, de forma que sus beneficiarios, los ciudadanos de una comunidad, sean absolutamente iguales en cuanto a derechos y obligaciones. Una vez reconocidos y garantizados, los derechos fundamentales asociados al estatus de ciudadanía servirán para resolver, o al menos contener, los efectos más negativos de la tensión democracia-capitalismo, es decir, de la igualdad política formal y la desigualdad económica y social real.
Su teoría de la sociedad liberal post-industrial, la “hyphenated society”, resulta de la combinación de los principios y dinámicas de los tres sistemas que la componen: capitalismo, democracia y bienestar. Cada uno de estos sistemas se corresponde con una de las dimensiones de la ciudadanía (capitalismo-civil, democracia-política y bienestar-social), y en su conjunto puede ser interpretada como una defensa de la compatibilidad del capitalismo en forma de economía mixta y las políticas públicas de bienestar colectivo. La tesis central de
Marshall, planteada en Ciudadanía y Clase Social y desarrollada en The Right to Welfare and other essays, es que la existencia de un mercado libre es una condición indispensable para la creación y sustento de la democracia y del bienestar social. Marshall sostiene que los fines colectivos pueden realizarse en una sociedad que acepte que todos sus miembros son iguales como ciudadanos, aunque puedan ser desiguales en cuanto a capacidades y recursos disponibles. Su argumento es que la igualdad formal y la desigualdad real pueden coexistir, y permitir así el progreso social, dentro de una economía mixta en la que la intervención del Estado en la economía garantice la provisión de un mínimo de bienestar para todos los ciudadanos, pero sin que esto implique el sacrificio de las libertades económicas del capitalismo privado. El límite de las desigualdades derivadas del mercado es el respeto y garantía de los derechos de ciudadanía, sobre los cuales descansa el contrato social por el que una comunidad reconoce su obligación de proveer bienestar a todos y cada uno de sus miembros. El Estado liberal debe garantizar que las tres dimensiones de la ciudadanía, la civil, la política y la social, sean respetadas, para lo cual debe, y ésta es la idea principal que nos deja el “primer Marshall”, elevar los derechos sociales al mismo nivel de legitimidad de los derechos civiles y los políticos, derechos sobre los que se fundamenta el liberalismo político. Los derechos asociados al bienestar son por lo tanto tan derechos como los de libertad y participación.
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