SABIDURÍA: ENTRE EL CONOCIMIENTO Y LA ÉTICA SOCIAL Y CIUDADANA

SABIDURÍA: ENTRE EL CONOCIMIENTO Y LA ÉTICA SOCIAL Y CIUDADANA

En el presente ensayo se plantea que la persecución de la sabiduría no se alcanza por medio de la mera acumulación de conocimientos; sino más bien por el desarrollo de la ética social y ciudadana. Para esto, cabe destacar que por sabiduría se entenderá, aquel grado más alto de conocimiento, tal como se menciona la RAE. El ensayo abordará las siguientes nociones de conocimiento planteadas por Aristóteles y las de sabidurías, en términos de la literatura socrática,  a partir de textos de Platón.

Un primer argumento que apoya la idea de que la sabiduría tiene relación con el desarrollo de la ética social y ciudadana y no únicamente con la acumulación de conocimiento es planteado por Sócrates. Según el filósofo clásico ateniense, la sabiduría está caracterizada por la conciencia de los límites del propio saber, y es por esta razón que es una sabiduría propia del hombre, debido a que se opone al conocimiento acabado y perfecto, lo que sería propio de los dioses. Platón, en su libro “Apología de Sócrates” dice lo siguiente: “Sócrates no sabe, pero es sabio porque sabe que no sabe; Sócrates no sabe cómo definir las nociones morales básicas como la piedad, la justicia o la valentía, que son objetos habituales de sus indagaciones pero sabe que lo más importante son la virtud y los bienes del alma, al punto de estar dispuesto a morir, con tal de no sonar de modo contrario a sus convicciones.” (Platón, 2013:24) Esto quiere decir, que la sabiduría tiene directa relación con aquello que podía denominarse o constituirse en el territorio de la ética y la moral, como es el caso del desarrollo de la virtud y los llamados “bienes del alma”. Así, la moralidad, el ser consecuente con las creencias de uno mismo, y otras características llevarían a la persona a un estado de mayor sabiduría.

En relación a lo anterior, la sabiduría o erudición no consiste en la cantidad de conocimiento que tiene el hombre, sino la manera en la cual lo posee. La sabiduría o erudición no significa que el hombre sepa todo de todo. Etienne Gilson, en su libro “Amor a la sabiduría”, sostiene que: “Así como un erudito no es un hombre que sepa todo en general, así tampoco es un hombre que lo sepa todo en su línea de trabajo. Es un hombre que conoce prácticamente todo lo que al presente, puede conocerse en su campo, que se da cuenta de su propia ignorancia y que trabaja muy duro para disminuirla” (Gilson, 1974: 11) El hombre para alcanzar la sabiduría debe tener conocimiento sobre su área de trabajo, conocimientos que pueden adquirirse de forma práctica, por medio de su campo de trabajo, pero asimismo, debe reconocer sus propios límites o aquellos elementos que desconoce, para así, dedicarse a volverlos de su conocimiento.

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