SAN AGUSTIN SANTO TOMAS DE AQUINO
Enviado por sarairch • 5 de Diciembre de 2013 • 1.688 Palabras (7 Páginas) • 441 Visitas
San Agustín o Agustín de Hipona.
Nació el 13 de noviembre de 354 en Tagaste, pequeña ciudad de Numidia (se extendía en lo que hoy es Argelia y parte de Túnez) en el Africa romana. Estaba dotado de una gran imaginación y de una extraordinaria inteligencia. Se destacó en el estudio de las letras. Mostró un gran interés hacia la literatura, especialmente la griega clásica y poseía gran elocuencia.
Durante sus años de estudiante en Cartago desarrolló una irresistible atracción hacia el teatro. Al mismo tiempo, gustaba en gran medida de recibir halagos y la fama, que encontró fácilmente en aquellos primeros años de su juventud. Durante su estancia en Cartago mostró su genio retórico y sobresalió en concursos poéticos y certámenes públicos. Aunque se dejaba llevar por sus pasiones, y seguía abiertamente los impulsos de su espíritu sensual, no abandonó sus estudios, especialmente los de filosofía.
A sus 17 años se comprometió con Flora Emilia, con la cual tuvo un hijo, Adeodato y compartió doce años de su vida. Su madre siempre se negó a su comportamiento y deseó que su hijo se hiciera parte de la iglesia, convenciéndolo de abandonar a Flora Emilia. Años después, el mismo Agustín hará una fuerte crítica sobre esta etapa de su juventud en sus Confesiones.
En su búsqueda incansable de respuesta al problema de la verdad, Agustín pasa de una escuela filosófica a otra sin que encuentre en ninguna una verdadera respuesta a sus inquietudes, encontrando en la religión cristiana una salida para salvar su alma y fue así como empezó su vida religiosa.
La filosofía agustiniana se centra en dos temas esenciales: Dios y el hombre.
1.- Dios. Para llegar de la mente a Dios primero tenemos que preguntar al mundo, después volverse hacia uno mismo y por último trascenderse. Se puede ascender a Dios por tres vías: la vía del ser, de la verdad y del amor. Se trata de trascenderse a uno mismo, de poner nuestros pasos allí donde la luz de la razón se enciende. Ahora bien, llegaremos a un Dios incomprensible, inefable. Este Dios es el ser sumo, la primera verdad y el eterno amor.
2.- El hombre. Explora su misterio, su naturaleza, su espiritualidad y su libertad.
El compuesto humano está formado por el cuerpo y el espíritu; el alma no puede ser sin él dichosa. El alma fue creada de la nada, la cárcel del alma no es el cuerpo humano, sino el cuerpo corruptible. La tesis fundamental que ayuda a entender el misterio del hombre es su creación a imagen de Dios, que es propia del hombre interior, de la mente. Pero ha sido deformada por el pecado y será la gracia la encargada de restaurarla.
El hombre sólo adhiriéndose al ser inmutable puede alcanzar su felicidad. En este encuentro de Dios y el hombre, Agustín examina la delicada cuestión de la gracia y la libertad. Sin embargo Dios no es la causa de ningún mal, solamente lo permite, ya que Él puede sacar bien del mal.
Explica el problema del origen de las cosas, diciendo que Dios creó todas las cosas de la nada. Dios, causa del ser, es también luz del conocer.
San Agustín mostró como la redención puede cambiar al hombre y salvar su alma, muestra viva de cómo un alma perdida lejos de Dios, puede reconciliarse con sí misma y así salvarse. San Agustín volvió a la idea principal de la doctrina cristiana, haciéndonos reflexionar sobre lo que es importante en la vida. Fue proclamado Doctor de la Iglesia el 20 de septiembre de 1295 por el papa Bonifacio VIII. Muere en Hipona el 28 de agosto de 430. Su cuerpo, en fecha incierta, fue trasladado a Cerdeña y, hacia el 725, a Pavía, a la basílica de San Pedro donde reposa hoy.
Santo Tomas de Aquino.
No ha podido fijarse con exactitud la fecha de su nacimiento, sin embargo es probable que sucediera en 1224 ó 1225. Igual problema presenta el lugar, el más aceptado es Roccasecca, un castillo situado en la cumbre de una montaña, cerca de Aquino, Italia. Su familia pertenecía a la nobleza napolitana. Hijo del conde Landolfo de Aquino, estudió en la Abadía de Montecasino y después en la Universidad de Nápoles. En el año 1244 tomó el hábito de la Orden de Predicadores. Posteriormente se doctoró, y en 1252 ejerció como maestro de Teología en la Universidad de París, y en otras ciudades europeas como Orvieto, Roma, Viterbo, Bolonia y Nápoles. Se ha dicho que muy pocos filósofos o teólogos han logrado escribir como él tanta cantidad de trabajos, de tan alta calidad, en el plazo que lo hizo Aquino, un poco menos de tres décadas.
La obra escrita de Tomás de Aquino es inmensa. Aunque el interés y la temática principal siempre fue teológica, cuenta también, con obras filosóficas, polémicas o litúrgicas.
El pensamiento de Aquino partía de la superioridad de las verdades de la fe, sin embargo, ello no le impidió presentar a la filosofía como un modo de conocimiento plenamente autónomo capaz de por un lado, concordar armónicamente con la teología, y por el otro, de tratar de forma independiente los más diversos aspectos de la realidad.
La unión entre
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