SATANOCRACIA Y LA CARA DE LA CONTRA IGLESIA

SATANOCRACIA Y

LA CARA DE LA CONTRA IGLESIA

Consideramos que la realidad solo se cimienta en la Voluntad Creadora de Dios y que es necesariamente su Divina Providencia quien: la dirige, gobierna y sostiene. Pero nos quieren arrastrar a una falsa relación entre: Cristo y el Mundo, obligándonos a aceptar que Cristo por Amor al mundo se diluye en él; dicho de otra manera, se identifica de tal manera con el Mundo que termina asumiéndolo en una identificación absoluta; consecuencia: Cristo y el Mundo son una misma cosa, pues así lo quiso El.… y es una gran mentira, un engaño: la relación entre Cristo y el mundo es, precisamente, entre el Evangelio y el mundo, si entendemos a éste último como totalidad de las criaturas (a quienes Cristo viene a salvar), pero sí hay una enemistad verdadera entre el Evangelio y el mundo en cuanto in maligno positus (I Juan 5, 19), marcado por el pecado y orientado hacia el pecado, y por el cual Cristo no reza (Juan 17, 9). Es decir, el mismo Cristo hace la distinción y separa a los suyos de aquel Mundo oscuro en donde gobierna el Príncipe de la mentira. Así como Cristo, para la Salud del género humano, fundó su Iglesia en Pedro (Mt. 16, 16) procurándose un Cuerpo Místico que cumpliese en el tiempo el mandato Evangélico: “Id y predicad a todos los pueblos”, quedando el mismo Cristo como Rey y Cabeza: para regir y salvar; así, del mismo modo, Satanás, para poder ejercer su función de Príncipe de este Mundo, tuvo que procurarse un cuerpo, cuerpo este, que llamaremos: “cuerpo inicuo” (en contra posición al Cuerpo Místico, bien se puede identificar con la Contra Iglesia o Sinagoga de Satanás); la enseñanza paulina es clara al respecto, en relación a los Últimos Tiempos: “Que de ningún modo os engañe nadie, porque primero tiene que venir la apostasía y manifestarse el hombre de iniquidad, el hijo de perdición, quien se opone y alza contra todo lo que lleva el nombre de Dios… (II Tes. 2,3)” ¿Y quiénes son su jerarquía? Los agentes de iniquidad, los mismos que Cristo apostrofa como “hijos del padre de la mentira, el primer homicida” (Jn. 8, 44), quienes gobiernan lo temporal en lo oculto, para impedir exclusivamente la Predicación kerigmática de la Iglesia, porque “la Iglesia predicando a Cristo y administrando los sacramentos, hace posible el acto de fe, de esa fe que expulsa al demonio del corazón de los creyentes. Por esa razón, el peor enemigo de Satanás es precisamente la Iglesia, y contra Ella dirige él sus más rabiosos tiros” , y se dan en llamar, estos agentes inicuos de variadas formas conforme a las épocas: Poder Oculto, Poder Internacional del Dinero, Nuevo Orden Mundial, etc. Esto no es nada novedoso, desde el Papa Clemente XII, con su Carta Apostólica: In Eminenti del 4 de mayo de 1738, hasta el Magisterio actual, la Iglesia viene, con firmeza, advirtiendo la escalonada avanzada de estos “enemigos” (que en

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