SER HUMANO-SER PERSONA EN NUESTRA VIDA ACTUAL
Enviado por delavega77 • 22 de Abril de 2017 • Ensayo • 2.642 Palabras (11 Páginas) • 317 Visitas
SER HUMANO-SER PERSONA EN NUESTRA VIDA ACTUAL
“Ninguna época ha sabido conquistar tantos y tan variados conocimientos sobre el hombre como la nuestra,… sin embargo, ninguna época ha conocido al hombre tan poco como la nuestra. En ninguna época el hombre se ha vuelto tan problemático como en la nuestra” (Heidegger).
¿Por qué estoy aquí? ¿Estoy soñando? ¿Existe Dios? ¿Cómo comenzó el mundo? ¿Quién soy? ¿Qué hay después de la muerte? ¿Los sueños se convierten en realidad? ¿La vida es un sueño? ¿Existe una razón para portarme bien?
Si alguna vez te has hecho alguna de estas preguntas, has estado filosofando. Filósofo es aquél a quien el mundo le suscita admiración y se pregunta sobre él. Aunque todos nos hacemos preguntas sobre lo desconocido, algunos lo han explorado más detenidamente que otros.
A las personas que llamamos filósofos alteran nuestra manera de pensar, por eso las recordamos.
La filosofía empieza con una búsqueda del sentido del mundo. Explora lo que no sabemos. Cuando se encuentran las respuestas, la filosofía se convierte en ciencia. Etimológicamente Filosofía viene del griego filos, que significa amor; y de sofía, que significa sabiduría. Podemos entender filósofo como el amante de la sabiduría, aquél quien ama el conocimiento.
La filosofía debe proporcionar una actitud reflexiva y crítica, acostumbrándonos a no aceptar una idea o un valor si no es a partir de un análisis. Debemos aprender a pensar de forma autónoma, adoptando ante los problemas una actitud personal, integrar una visión de conjunto, una diversidad de conocimientos, creencias y valores. Valorar la capacidad normativa y la filosofía como instrumento de cambio. Es necesario conocer suficientemente el carácter filosófico de los hechos. Es necesario aprender a pensar de forma autónoma, apreciando a la filosofía a la vez que se va filosofando. Podemos decir que la filosofía es una tendencia natural del hombre. El hombre con su inteligencia ha buscado, y buscará, el sentido último del universo.
Volviendo un poco hacia atrás, hay que recordar que cuando el homo sapiens surge, se encuentra con que la tierra es hostil y amenazadora, se encuentra con temblores, lluvias, rayos y muerte. Estos hechos le admiran, aterrorizan e interrogan, lo hacen pensar, preguntar y buscar una respuesta, y se da cuenta que el único instrumento con el que cuenta es la razón. El hombre en su desconocimiento, se entrega a ritos mágicos. Es por eso que la magia forma parte del primer estadio del pensamiento humano.
Poco a poco va avanzando en su conocimiento de las cosas y el mago o brujo ya no da respuesta a sus interrogantes, por lo que, el hombre se crea un ser superior, poderoso; así, la naturaleza se llena de seres poderosos como el dios del agua, del trueno, del sol, de la tierra, del vino, etc., hasta poblar los cielos y la tierra de ellos.
Antes de que la mitología sea desplazada del horizonte del hombre, establece los elementos que permitirán el surgimiento de un nuevo pensamiento, que niega a la magia y a la mitología, pero las contiene: la religión.
La religión supone por parte del creyente, un nivel mayor de abstracción mental. Cuando surge la religión, el intercambio de ideas de un pueblo a otro se acrecenta gracias al desarrollo del comercio que pone en contacto a las diferentes culturas, ya que no sólo intercambian productos agrícolas, textiles, ganaderos, etc., sino también conocimientos botánicos, arquitectónicos, matemáticos, entre otros. Así es como se va desarrollando un pensamiento crítico-analítico, en ocasiones tibio y cauteloso, retomando el ropaje mítico y religioso, pero en ambas formas originando los primeros brotes del pensamiento filosófico.
Algunos hechos que preparan el camino para la filosofía, fueron: el descubrimiento y la fundición del hierro, y su aplicación en la formación de herramientas, que permitieron el crecimiento de la productividad y el desarrollo de la ingeniería, hechos que favorecen un excedente en la producción.
La posibilidad de dedicarse a la religión o al estudio de la naturaleza lo obtenían quienes poseían esclavos y/o tierras, es decir, los que eran ricos. La prueba está en que los primeros filósofos griegos pertenecían a las clases en el poder, clases aristocráticas y nobles: como Tales de Mileto, Heráclito, Empédocles, Sócrates, Platón, Aristóteles, por mencionar algunos.
Posteriormente llega la ciencia, que es la que nos da el por qué de las cosas por sus causas. El hombre se olvida un poco de todo lo que había tenido que pasar anteriormente para llegar a todo esto. Es aquí donde la filosofía después de que durante veinte siglos había estado al frente y que había sido considerada “madre de todas la ciencias”, empiezan a hacerla a un lado. Pasa a ser una ciencia más, y el conocimiento científico es ahora el tronco común. La parte de la cual ahora sale únicamente toda la verdad, la única que puede juzgar como bueno o verdadero algo.
Tristemente parece que la filosofía es hecha a un lado, aún cuando fue la precursora de todo lo que existe y existió. No le damos un valor real a aquello que fue la base de nuestro conocimiento. Parece ya no importarnos. Pero el mundo sigue en pleno desarrollo, en plena globalización, día a día vemos que hay nuevos inventos y cosas que tal parece en las nuevas generaciones ya no causa admiración alguna, ¡se ha perdido totalmente la capacidad de asombro!
Ojalá se hubiera perdido la capacidad de asombro únicamente en ese sentido. Desgraciadamente vemos día a día que no solamente es en ese sentido, ahora esa capacidad se ha perdido en el respeto, en la tolerancia, en la honestidad, en la confianza, en la humildad, en la solidaridad y puedo seguir nombrando muchos, pero muchísimos más; sin embargo, veo, tristemente, que hemos perdido en todos los valores en general. Cada vez la sociedad se vuelve más confusa, menos abierta al dialogo y sobre todo, menos humana (en este caso le doy significado a humana no como especie, sino como ser).
Aún recuerdo con gran orgullo y melancolía, hace aproximadamente veinte o veinticinco años mi madre y las vecinas solían salir a la calle a platicar por la tarde, después de terminar con sus quehaceres domésticos. Eran tan interesantes sus charlas y a la vez tan productivas que uno miraba la sabiduría maternal con muchísimo respeto; no se diga la del padre, que llegaba de trabajar y nos congregábamos en la mesa a escuchar sus interesantes comentarios sobre sus labores o sus experiencias nuevas adquiridas durante el día. Posteriormente pasábamos a ver el televisor, elegíamos un programa, por cierto del cual no había mucha variedad, pero lo importante era estar juntos, sintiendo ese cariño, afecto o no sabría decir quizá qué, pero en fin, todos reunidos.
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