Saberes sociales y saberes escolares
Enviado por alexahaaaa • 5 de Julio de 2013 • 737 Palabras (3 Páginas) • 413 Visitas
Saberes sociales y saberes escolares
Emilio Tenti Fanfani
La escuela: un mundo aparte.
La escuela tuvo la misión de sacar a las nuevas generaciones del círculo de los intereses domésticos y privados, propios de la vida cotidiana; círculo que, por razones estructurales, es tan restringido que tiende a fundirse con los intereses individuales. En la época de construcción del estado nacional y de la escuela moderna, se consideraba que los fines domésticos estaban subordinados a los fines nacionales, los cuales tenían una relevancia moral mayor. Los fines personales, individuales, privados se consideraban menos elevados que los fines nacionales. Lo público, en esta configuración cultural tenía un valor moral superior a lo privado.
La escuela tenía que trascender la cotidianeidad de los niños que la frecuentaban. Ese era el lugar donde conocerían y experimentarían otras dimensiones de la vida social que los trasciende a ellos y aun a sus familias y entorno inmediato.
En la escuela se construye un mundo de vida separado y distinto del mundo de la vida cotidiana de los niños. La escuela (y sus recursos: el libro, los mapas, las enciclopedias, etcétera) es como una ventana y un puente hacia otros mundos, muchas veces lejanos y diversos de sus mundos conocidos: la familia, el barrio, los vecinos, etcétera. Ella permite ver y experimentar otras realidades, otros "paisajes" situados en otros espacios y en otros tiempos.
La escuela se constituyó en un mundo aparte para protegerse de las influencias de una cotidianeidad que se trataba de transformar radicalmente.
Esta voluntad de construir un espacio artificial se manifiesta no sólo en los argumentos del discurso pedagógico clásico, sino también en los reglamentos de las instituciones y en su propia estructura material: la escuela templo, es también una escuela fortaleza, cerrada, enclaustrada, atrincherada, enrejada como para no dejar filtrar las cosas del mundo exterior
La escuela se constituyó en guardiana y dispensadora de verdades eternas, sagradas y, por lo tanto abstractas y válidas para todo tiempo y lugar.
La escuela enseña la historia decantada, la historia constituida por una serie de verdades impuestas y que no son objeto de disputa. En suma, la escuela enseña verdades, no dudas, vacilaciones, opciones abiertas. La escuela no puede darse el lujo de mostrar la arbitrariedad de las cosas y las variedades sociales.
Los propios niños son los caballos de Troya de otros saberes y ámbitos de vida. Sus lenguajes, sus intereses (y desintereses), sus temores, sus sueños y aspiraciones se introducen de contrabando en la escuela. Las preocupaciones de todos (la violencia, la desocupación y todas las miserias del mundo.
Es aquí donde se replantean los problemas clásicos y contemporáneos de la pedagogía: qué enseñar, cómo y cuándo, la disputa acerca de los contenidos
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