Ser Humano Sociedad Y Cultura
Enviado por patriquia • 21 de Agosto de 2013 • 1.680 Palabras (7 Páginas) • 743 Visitas
NOCION DEL SER HUMANO
LOCALIZACION DE LO JURIDICO EN LA VIDA AN A LIS IS DE LA VIDA O EXISTENCIA HUMANA
El contacto que acabo de proporcionar al lector con los valores suscita la siguiente pregunta: ¿quién es en este mundo el sujeto de la realización o cumplimiento de las exigencias que dimanan de los valores? Evidentemente esta pregunta se contesta diciendo que es el hombre, quien debe configurar su conducta de tal modo que en esa conducta se cumplan las exigencias normativas que derivan de los valores.
Esta constatación nos lleva de la mano a localizar el Derecho en la realidad de la vida o existencia humana.
Aquí, la expresión “vida humana” no es tomada en el sentido de biología antes bien en la acepción de biografía: vida humana es todo cuanta uno piensa, siente, hace, anhela, sufre, goza, etc., todo cuanto a uno le p asa, todo cuanto le preocupa, todo aquello con lo que tiene que contar positiva o negativamente, todo cuanto uno decide.
Y, además, la vida es siempre la vida de cada uno, la mía, exclusivamente propia, individual, única, intransferible, incanjeable, insustituible.
Pero todo eso que constituye la vida humana (lo que pensamos, sentimos, deseamos, disfrutamos, sufrimos, etc.) no sería vida humana si uno no se diera cuenta de ello. La vida tiene la peculiarísima característica de saberse a sí misma, de cobrar conciencia de sí propia, de darse cuenta simultáneamente de uno mismo y del mundo en el cual uno está.
Eso de lo cual se da uno cuenta es una realidad dual: es un darse cuenta simultáneamente de s í mismo y del mundo, con torno, circunstancia o ámbito. Tenemos conciencia del propio yo y del mundo a la vez, sin que lo uno tenga prelación sobre lo otro, ni lo otro sobre lo uno. Vivir es encontrarnos en un mundo de cosas que nos sirven o que se nos oponen, que nos atraen o que repelemos, que amamos u odiamos, que utilizamos, o modificamos, o destruimos; es encontrarnos en un mundo de cosas, preocupándonos de ellas, ocupándonos de ellas y con ellas. La vida consiste en la coexistencia del yo con mi mundo, de mi mundo conmigo como elementos inseparables, inescindibles y correlativos.
La vida humana, mi vida, la vida de cada uno, consiste en la coexistencia del yo con su mundo, del mundo con el yo, del mundo conmigo; en la coexistencia y compresencia del sujeto con los objetos y de los objetos con el sujeto, como elementos inseparables, inescindibles, correlativos. Porque yo no soy, si es que no tengo un mundo de qué ocuparme, de cosas que pensar, que sentir, que desear, que re eler, que utilizar, que descartar, que conservar, que transformar o que destruir. Pero por otra parte, para mí no hay mundo sin yo mismo; se entiende, para mí, que me planteo el problema; para cualquiera que se lo plantee; porque yo soy el testigo del mundo, de mi mundo, y, en tal mundo, me hallo en trato con éste, ocupándome con él y de él.
Eso que llamamos el mundo, en verdad es mi mundo, el cual se halla constituido desde luego por ingredientes objetivos, bien que seleccionados y organizados correlativamente a mi yo, en una especial perspectiva. El mundo de cada sujeto, tal y como éste lo tiene ante sí, resulta de una acción del yo, seleccionadora y organizadora de una perspectiva; acción que no implica una deformación de los objetos.
Pero la vida o existencia humana no queda caracterizada solamente como un saberse, como un darse cuenta de sí misma, como un tener conciencia simultánea del propio yo y de los objetos a su alrededor, sino que además la vida humana consiste en un hacerse a sí propia. En efecto, la vida no es una cosa ya hecha, ni es tampoco un objeto con trayectoria predeterminada (como el satélite o como el ciclo biológico de un organismo). La vida no tiene una realidad ya hecha, preconfigurada, como la de la piedra, ni es tampoco, cual dije, una ruta prefijada como la órbita de un planeta o como el desarrollo del ciclo vegetativo de la planta. La vida es todo lo contrario, es algo completamente diverso: es un hacerte a sí misma, porque la vida no nos es dada hecha; es tarea; tenemos que hacérnosla en cada instante cada uno de los seres humanos. Y esto no sólo en los casos de conflictos graves, sino siempre y en todo momento; en todo momento, por lo menos virtualmente.
Vivimos sosteniéndonos a nosotros mismos, llevando en peso nuestra propia existencia, que, en cada instante, se encuentra en la forzosidad de resolver el problema de sí misma. Una vida o existencia que simplemente se contemplase a sí misma, que viese el sujeto y los objetos, como sería el caso de una bala que tuviera conciencia, no sería vida, porque sería meramente un estar ahí o un moverse predeterminadamente en una trayectoria. Pero las cosas no son así. Aunque no nos es dada la posibilidad de escoger el mundo en el que va a hacerse nuestra vida – y ésta es la dimensión de fatalidad de nuestra existencia- pues hemos sido
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