Shock Del Capitalismo
Enviado por mimi336 • 14 de Enero de 2013 • 1.670 Palabras (7 Páginas) • 383 Visitas
Del shock y de !a conmoción surgen miedos, peligros y destrucciones inaprensibles para la mayor parte de la gente, para elementos y sectores específicos de la sociedad de la amenaza, o para los dirigentes. La naturaleza, bajo la forma de tornados, huracanes, terremotos, inundaciones, incendios descontrolados, hambrunas y epidemias también puede generar estados de shock y de conmoción
Milton Friedman el mismo concepto de sistema de educación pública apestaba a socialismo. Desde su punto de vista, las únicas funciones del Estado consistían en la «protección de nuestras libertades, contra los enemigos del exterior y los del interior: defender la ley y el orden, garantizar los contratos privados y crear el marco para mercados competitivos».6 En otras palabras, policía y soldados; cualquier cosa más allá, incluyendo una educación gratuita e igualitaria, era una interferencia injusta en las leyes del mercado. cómo el dinero destinado a las víctimas de las inundaciones era desviado de su objetivo original y se utilizaba para eliminar un sistema público y sustituirlo por otro privado de «atraco a la educación
estrategia: esperar a que se produjera una crisis de primer orden o estado de shock, y luego vender al mejor postor los pedazos de la red estatal a los agentes privados mientras los ciudadanos aún se recuperaban del trauma, para rápidamente lograr que las «reformas» fueran permanentes
«sólo una crisis —real o percibida— da lugar a un cambio verdadero. Cuando esa crisis tiene lugar, las acciones que se llevan a cabo dependen de las ideas que flotan en el ambiente antes de que la sociedad afectada volviera a instalarse
durante la década de los setenta, cuando fue asesor del dictador general Augusto Pinochet. Los ciudadanos chilenos no sólo
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estaban conmocionados después del violento golpe de Estado de Pinochet, sino que el país también vivía traumatizado por un proceso de hiperinflación muy agudo. Friedman le aconsejó a Pinochet que impusiera un paquete de medidas rápidas para la transformación económica del país: reducciones de impuestos, libre mercado, privatización de los servicios, recortes en el gasto social y una liberalización y desregulación generales.
Acuñó una fórmula para esta dolorosa táctica: el «tratamiento de choque» económico. Desde hace varias décadas, siempre que los gobiernos han impuesto programas de libre mercado de amplio alcance han optado por el tratamiento de choque que incluía todas las medidas de golpe, también conocido como «terapia de shock». Pinochet también facilitó el proceso de ajuste con sus propios tratamientos de choque, llevados a cabo por las múltiples unidades de tortura del régimen, y demás técnicas de control infligidas en los cuerpos estremecidos de los que se creía iban a obstaculizar el camino de la transformación capitalista
Al parecer, los atentados del 11 de septiembre le habían otorgado luz verde a Washington, y ya no tenían ni que preguntar al resto del mundo si deseaban la versión estadounidense del «libre mercado y la democracia»: ya podían imponerla mediante el poder militar y su doctrina de shock y conmoción
. Esta forma fundamentalista del capitalismo siempre ha necesitado de catástrofes para avanzar
La guerra de las Malvinas,fin de la gurrea en 1982, permitió a Margaret Thatcher superar la crisis de las huelgas de los mineros. Gracias a la excitación patriótica que recorrió el país como un relámpago, pudo aplastar la revuelta de los mineros y lanzar la primera gran marea privatizadora de una democracia occidental
Los capitalistas del desastre comparten la misma incapacidad de distinguir la destrucción y creación, entre dolor y recuperación
En 1947 Friedman se unió a Frederich Hayek (quien también dio clases en la Universidad de Chicago) para formar la sociedad Mont Pelerin, un club economista partidario del libre mercado con su sede en Suiza, la sociedad no consideraba adecuado defender que las empresas debían tener libertad para gobernar el mundo como creyeran conveniente, pues todavía estaba fresco el recuerdo del crash en 1929 y de la Gran Depresión que le siguió, la cual Keynes llamó “el fin del laisez-faire”. La magnitud de aquel desastre del mercado había hecho que cobrara fuerza la exigencia de que el gobierno participara activamente en la economía. Para evitar la depresión y prevenir el desempleo, fue una época donde se permitió los pactos entre izquierda y derecha. Se lanzaron programas públicos para evitar que la gente se pasara a la extrema izquierda. Fue este imperativo lo que provocó la seguridad social en Estados Unidos, sanidad pública en Gran Bretaña y protección de los trabajadores en Francia y Alemania.
En el mundo en vías de desarrollo se imponía una tendencia similar, más radical, que se conoció con el nombre de desarrollismo o nacionalismo del Tercer Mundo. Esta tendencia afirmaba el escape de la pobreza a través de una industrialización orientada al interior en lugar de recurrir a la exportación de recursos naturales. Defendían reglamentar y nacionalizar la explotación de petróleos, minerales y otras industrias claves, de modo que gran parte de los beneficios
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