Sobre los conceptos de ética y moral

Sobre los conceptos de ética y moral

Antonio Miranda Ocampo

La palabra Ethos es multívoca y posee sentidos arcaicos que parecen poco relacionados con los actuales. Hoy pueden interpretarse y decirnos más que en la Antigüedad. En otras palabras, a la vez que se investigan sus significados, se le resignifica e interpreta.

1. El significado más arcaico de ethos es el de «guarida» o «lugar que se habita», es decir «habitación». Ethos-habitar. Tiene, o se recupera en la actualidad, el significado de «morada», refugio, casa, espacio anímico, interior. «El lugar que el hombre porta en sí mismo».
2. «Ethos» con eta se vincula con «ethos» con épsilon, que significa hábito o costumbre, en latín mos, moris. Ethos-habitar complementa a Ethos-hábito. El ethos, con estos dos signficados, nos habla de algo que otorga seguridad espacio-temporal a la vida humana, que protege del azar, la fortuna, la intemperie.
3. Ethos es carácter (xaractér): una marca distintiva que se graba en el propio ser, dándole identidad, es modo de ser que se adquiere a través de la acción (práxis). El buen amor ama y asume el ethos del ser amado (Banquete 183e). Ethos-carácter es principio de individuación, lo que le da rostro propio a cada ser humano (o a cada pueblo). Configura el ser mismo de la persona o de la comunidad, revela su significado ontológico, pues moldea el ser, que es moldeable, susceptible de transformación mediante la práxis.
4. Ethos disposición o actitud, modo de ser o estar ante, para o con algo o alguien externo. Es relativo a lo externo, porque depende de lo que hay fuera de mí y cómo yo me relaciono con eso.
5. Ethos práxis: acción habitual que recae sobre el sujeto mismo que la realiza, autopóiesis. Es segunda naturaleza, creada, espiritual, adquirida. «Ethos hace referencia al ímpetu humano de ascenso, a su capacidad de elevación y trascendencia». Se puede entender Ethos como la práctica o ejercicio de la libertad.
6. «El ethos es para el hombre su daimon», Heráclito. Si en este caso se toma ethos como libertad y daimon como destino, puede decirse que la libertad es el destino del hombre, o que su práctica de la libertad, sus acciones libres y morales, (y habituales que conforman su carácter) constituyen su destino. Aunque, en sentido socrático puede entenderse daimon como voz de la conciencia moral, que ata al hombre moral a sus principios y valores, acaso puede decirse que el hombre moral es aquel cuyas acciones son acordes a sus principios y valores. Otra interpretación es dada por Heidegger que en su traducción recobra el sentido de «habitar».
   

Concluye Juliana González que quizá sea mejor no traducir ethos y daimon, y conservar su riqueza semántica, su multivocidad, pues los hechos éticos, como todas las cosas humanas, también son multívocas, y requieren comprensión antes que explicación.

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