Sobre verdad y mentira en sentido extramoral
Enviado por Linda Lopez • 20 de Abril de 2021 • Ensayo • 1.023 Palabras (5 Páginas) • 116 Visitas
“Sobre Verdad y Mentira en sentido extramoral"
(Ensayo)
Por: Daniel David Soto Petro.
Abril de 2021.
Universidad de Córdoba.
Facultad de Educación y Ciencias Humanas
Filosofía Contemporánea
Montería – Córdoba
Sobre Verdad y Mentira en sentido extramoral
(Crítica que Nietzsche realiza a la racionalidad, a la ciencia moderna, al hombre moderno y a la cultura occidental)
El sujeto moderno viene separándose de la naturaleza desde los tiempos lejanos de Sócrates y Platón, partiendo de esto, Friedrich Nietzsche adhiere esta crítica en sus escritos y plantea que en consecuencia de esa separación y enfrentamiento entre sujeto y objeto o naturaleza, en el ser humano se procede, en un proceso esquizofrénico, al separar el alma del cuerpo. Nietzsche dice que el alma es una idea ficticia sin referente a realidad alguna perceptible, a la cual se le atribuyen unas facultades: razón, entendimiento y voluntad, por medio de las que actúa. La razón inteligible por su parte, comprende y capta las verdades teóricas universales y necesarias mientras los sentidos captan solo lo particular sensible. La voluntad produce acciones voluntarias y libres mientras el sentimiento produce sensaciones de miedo, de odio, de amor, de envidia, como respuesta a afecciones que recibimos de la realidad externa. Aquí, prevalece la entidad inteligible, razón pura, voluntad, sujeto trascendental, sobre la corporalidad sensible, separando y enfrentando a la naturaleza, siendo el sujeto moderno una sustancia autónoma.
La racionalidad para Nietzsche nace a partir del sentimiento de estar obligado a designar una cosa, se despierta un movimiento moral hacia la verdad; a partir del contraste del mentiroso, en quien nadie confía y a quien todos excluyen, el hombre se demuestra a sí mismo lo venerable, lo fiable y lo provechoso de la verdad. En ese instante el hombre pone sus actos como ser racional bajo el dominio de las abstracciones: ya no soporta ser arrastrado por las impresiones repentinas, por las intuiciones y, ante todo, generaliza todas esas impresiones en conceptos más descoloridos, más fríos, para unirlos al carro de su vida y de su acción. Acá se contrapone al otro mundo de las primeras impresiones intuitivas como lo más firme, lo más general, lo mejor conocido y lo más humano y, por ello, como una instancia reguladora e imperativa, hay épocas en las que el hombre racional y el hombre intuitivo caminan juntos; el uno angustiado ante la intuición, el otro mofándose de la abstracción; es tan irracional este último como poco artístico el primero. Ambos ansían dominar la vida: éste sabiendo afrontar las necesidades más imperiosas, mediante la previsión, la prudencia y la regularidad, aquél, como un héroe desbordante de alegría, sin ver sus propias necesidades y sin tomar como real nada más que la vida disfrazada en la apariencia y la belleza.
Por otro lado, Nietzsche plantea que el papel de la ciencia es trabajar sin cesar en ese gran columbarium de los conceptos, necrópolis de las intuiciones; construye sin cesar nuevas y más elevadas plantas, apunta, limpia y renueva las celdas viejas y, sobre todo, se esfuerza en llenar ese colosal andamiaje que desmesuradamente ha apilado y en ordenar dentro de él todo el mundo empírico. Si ya el hombre que actúa ata su vida a la razón y sus conceptos para no ser arrastrado ni perderse a sí mismo, el investigador construye su cabaña junto a la torre de la ciencia para poder cooperar en su edificación y para encontrar él mismo protección bajo ese baluarte ya existente.
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