Socrates Y La Autoconfianza

Sócrates y la autoconfianza

Sócrates decía que gracias a la filosofía podíamos pensar lógicamente sobre nuestras vidas, nos puede ayudar a ser más seguros y más independientes, menos conformistas, y menos vulnerables a las opiniones de los demás. En conclusión, que la filosofía nos puede liberar.

Una de sus ideas, es que debemos tener confianza en nuestras propias ideas y que no hay que dejarse influir por otras opiniones. La semejanza que hay entre las ovejas y los humanos es que nosotros solemos seguir a la masa, el rebaño, en este caso nos da miedo separarnos de ellos. Seguimos a la otra gente porque pensamos que ellos saben lo que están haciendo.

Lo que hacía Sócrates para no dejarse impresionar por la gente importante era hacerles preguntas fundamentales queriendo saber porque ellos vivían de la manera que vivían, con estas preguntas descubrió grandes errores como que la gente rica no sabía porque ellos tenían dinero y los otros no, o que los generales tampoco sabían cómo era que ellos podían luchar de una manera determinada, en pocas palabras se dio de cuenta en la falta de confianzas en defender sus ideales.

La falta de confianza puede generar una falta de autoestima: Si usted cree que va a fracasar, entonces fracasará. El éxito viene junto con la confianza, y esto puede ser especialmente cierto en el trabajo. Únicamente usted está en condiciones de determinar si cumple con las metas de su carrera profesional. La confianza es el fundamento de toda relación humana. Nadie puede caminar junto al otro sin tener la certeza de que puede confiar en él. Sin confianza es imposible avanzar y crecer. Cuando hablamos de confianza hablamos de transparencia. Para confiar en otra persona hace falta primero tener un conocimiento. Cuanto más se conoce, más confianza hay en una relación.

Hoy en día, si tomamos la filosofía de Sócrates y salimos a la calle preguntando por el sentido de la vida, o el encuentro de un aliciente para ser feliz, la gente suele pensar que conocemos la respuesta y al cuestionar la pregunta, ponemos en evidencia al cuestionado y el que cuestionada dicha pregunta es un ser superior o prepotente. Y evidentemente, en los tiempos de Sócrates este hecho también ocurría pero a él le parecía menos grave la opinión que tuvieran de él que la idea de que la mayoría no se cuestione preguntas de ese tipo, o no lo llegue a pensar nunca.

Esto se debe a que Sócrates creía que todas las personas tenían la capacidad de reflexionar y pensar nuestros ideales y opiniones.

Y, en mi opinión, estoy de acuerdo con él, no hace falta poseer grandes estudios, ni tener una inteligencia por encima de lo normal, lo único que debemos es encontrar un aliciente que nos ayude a interpretar y sacarle el jugo a la vida a través del pensamiento.

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