Sueños En El Umbral

Sueños en el Umbral

Dulce Ma. Eslava Parra

Interculturalidad 2

23 de Mayo del 2012

Fátima Mernissi nace en 1940 en un harén de Fez, ciudad marroquí del siglo IX, cinco mil kilómetros al oeste de La Meca y mil kilómetros al sur de Madrid, una de las peligrosas capitales de los cristianos; y mediante una introducción similar, el libro comienza a narrar la infancia de ésta mujer, generando así una autobiografía, plagada de memorias, anécdotas y eventos, en los que se dejan ver, las costumbres de una cultura, las personas que la rodean, la forma en que se traman las situaciones y sus desenlaces. Todo el libro es narrado por Fátima, que en ése entonces es una niña de unos 8 ó 10 años confinada a un espacio territorial, puesto que tanto ella como las mujeres que menciona, le pertenecen a un hombre terrateniente rico, nacionalista, casado con una sola mujer, pero defensor de la tradición gracias a las costumbres, creencias religiosas y sociales de la cultura musulmana.

En propia apreciación, es una lectura lenta, pero muy intensa y sabrosa en un inicio el poder realizar una apertura a occidente sobre los estereotipos del mundo islámico, y fundarlos en unas raíces tradicionales y no religiosas, donde el harén doméstico en cierta medida no es un encierro para mujeres sino que es un mundo casi privilegiado, un mundo sagrado, de sobreprotección de la mujer en un espacio familiar donde la modernidad no consigue cambiar la cultura ancestral que es respetada al extremo, donde la mujer encuentra refugio para disfrutar de sí misma plenamente, y que no es el hecho para el disfrute sexual masculino..

El título del libro a mi parecer va totalmente acorde a la idea de todo el libro, pues el umbral de una casa es el punto donde puede ver tanto el interior como el exterior, y si las situaciones y la personalidad lo permiten, evoca al pensamiento, la reflexión e inevitablemente a la imaginación, al soñar despiertos. Uno de los sueños más persistentes durante el libro, es la liberación femenina, a veces de la manera social, y otras personal, y es en la liberación personal en la que radica las observaciones de Fátima hacia su madre, sus tías, o su abuela; la forma en que ella ve que puede iniciarse dicha liberación y hasta culminarse, es con la sabiduría, la inteligencia, tenacidad, alegría, entusiasmo, la solidaridad, la educación y el progreso imparable de la mujer, creando así la integridad femenina que desde siempre hemos conocido y por razones premeditas o deliberadas la sociedad siempre termina marginando, escondiendo o haciendo a un lado.

El modo de narración de Fátima es impresionante, pues captura la inocencia, curiosidad y la sorpresa de una niña, pero con la inteligencia, objetividad y en ciertos momentos la sabiduría de la misma escritora después de experimentar todo lo que nos narra, sin perder la esencia de la niña. La madre de Fátima es el otro personaje que logra impresionar al lector, pues sus deseos de libertad, superación e inconformidad, audacia y crítica saltan a la vista sin ningún problema, en un fragmento podría decirse que se logra plasmar el objetivo de toda la obra y ella es quien lo menciona de la siguiente manera: "¿Quién se beneficia de un harén? ¿Qué bien puedo hacer yo por nuestro país, prisionera en este patio? ¿Por qué se nos priva de la educación? ¿Quién creó el harén y por qué? ¿Puede explicármelo alguien?".

Es curioso cómo sin querer contarnos una fuerte acción, la autora nos va narrando con tranquilidad y lujo de detalles la vida dentro de la frontera entre el mundo familiar y el resto del mundo. Cómo se reparte jerárquicamente la familia, cómo es la educación y la integración de los niños en la vida de los adultos, los juegos, la belleza y la salud, la organización y la toma de decisiones, las salidas al exterior a lugares como la escuela, el hamman o la mezquita.

En tiempo de entreguerras, donde la autora nos muestra ya no la acción, de la que el libro carece, sino sus experiencias autobiográficas de infancia donde nos muestra el afán nacionalista, culturalista y feminista de las mujeres en el Marruecos de los años cuarenta, sitiado por franceses y españoles que les resultan contaminantemente extraños.

La autora nos ofrece una ostentación diferente, tranquila y rica en detalles, fragante

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