Síntesis La Utopía

El libro de Tomás Moro, la Utopía se encuentra dividido en dos partes, dentro de la primera, se puede ver que el mismo Moro, narra en primera persona sus diálogos con Rafael Hitlodeo, siendo a su vez Moro, un sheriff de la ciudad de Londres, Inglaterra.

Alguna vez Moro se topó con un amigo que le habló muy bien de un hombre portugués llamado Rafael Hitlodeo, le habló de tal manera que Moro quedó interesado en él. Resultó ser que era un hombre que siempre andaba en búsqueda de tierras nuevas. Rafael les contaba sobre muchos de sus viajes haciendo reflexiones sobre ciertos aspectos como los políticos y los filosóficos. Alguna vez discutieron sobre cómo alcanzar la felicidad, una de las muchas discusiones sobre temas filosóficos que sostuvieron. Rafael no solo afirmaba que la felicidad no se encontraba en pertenecer a un sistema donde debía servir a los demás y parecerle útil a la sociedad sino que además aborrecía esa manera de encontrar la felicidad. Decía que la felicidad podía ser encontrada simplemente viviendo la vida de la manera que uno quería. En otro de los temas que trataban, Rafael expresaba lo que debería suceder con las personas perezosas que intentaban siempre crear la guerra, diciendo que lo mejor que se podía hacer con ellos era tratar de mantener siempre la paz. En éste punto, Moro discutía con el Cardenal sobre la pena de muerte a un hombre, sólo por robar dinero, dejando muy molesto al Cardenal. Se apoyaba también en que Dios mismo prohibía matar. Para el entonces, Rafael explicaba que en éste país, el ladrón debería devolver lo robado a la víctima y no al rey, y que luego debía ser castigado dependiendo de las circunstancias en que se presentó el robo. Si eran de mucha violencia, el ladrón debía pagar una condena encarcelado y se le debía colocar grilletes, pero que si no, el ladrón no debía ser encarcelado sino que debía pagar con látigo pero que si mostraba buena conducta mediante el trabajo, no se le debía dar mal trato. Llegando a otro de los temas tratados entre éstos dos personajes, nos encontramos con el tema de la propiedad privada. Rafael le explicaba a Moro, que dónde hay propiedad privada, difícilmente se logrará que la sociedad se administre con justicia y se viva con prosperidad. Justo en ése momento, Rafael cuenta que se le viene a la mente las leyes de los utópicos. Cuenta que es un país que se rige por muy pocas leyes pero que son tan eficaces que a nadie le falta nada. Al final, Rafael llega a la conclusión de que si no se suprime la propiedad privada sería casi imposible crear un método de justicia distributiva y que mientras ésta siga existiendo, la humanidad siempre estará expuesta a los azotes de la pobreza y de la miseria. Luego, Moro dice no estar de acuerdo con Rafael, puesto que la idea que tiene Moro de esto es que sólo serviría para crear personas perezosas que confiada en que los demás trabajarán, simplemente no trabajan. Rafael, después de lo que dijo Moro, le explica que no es extraño que el piense así, puesto que Moro no logra hacerse bien la idea de lo que Rafael le plantea o tiene una idea equivocada ya que a diferencia de Moro, Rafael si ha estado en la Utopía entonces a Moro le resulta impensable. Rafael le habla a Moro sobre lo bien gobernada y organizada que está la Utopía y que no tiene una igual. A Moro se le hace difícil creer que exista un país mejor gobernado que Inglaterra así que decide convencer a Rafael que le describa a la Utopía, pero que no sea sólo descrito muy por encima sino que sea descrito muy detalladamente. A Rafael, no le molesta la idea, es más, afirma que lo haría con gran gusto pero que le tomaría bastante tiempo. Acuerdan entonces, ir a comer primero y luego de comer, Rafael comenzó su relato:

Empieza describiendo la isla, afirma que la isla consta de 54 ciudades que son todas iguales. Cuenta que la capital del país es Amauroto y que se encuentra en el centro de la islay que además,

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