TRABAJO ESCRITO SOBRE LA FILOSOFÍA Y VIDA DE KAROL JOSEF WOJTYLA
Enviado por jealgo • 5 de Noviembre de 2013 • 3.204 Palabras (13 Páginas) • 579 Visitas
TRABAJO ESCRITO SOBRE LA FILOSOFÍA Y VIDA DE KAROL JOSEF WOJTYLA
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Tabla de contenido
Portada 1 Pág.
Tabla de contenido 2 Pág.
Marco teórico 3 Pág.
Marco conceptual 12 Pág.
Conclusiones 13 Pág.
Anexos 14 Pág.
Bibliografía 15 Pág.
MARCO TEORICO
KAROL WOJTYLA
Karol Józef Wojtyła nació el 18 de mayo de 1920 en Wadowice, Polonia se convirtió en papa de la Iglesia católica y jefe de Estado de la Ciudad del Vaticano el 16 de octubre de 1978 hasta su muerte el 2 de abril de 2005 en el Palacio Apostólico Vaticano.
Quien quiera entender a Karol Wojtyla tiene que pensar en él como un hombre de fe. Es un Papa muy mariano, No hay viaje que no incluya el santuario mariano más importante del país al que va. Por eso no me extraña la insistencia de Juan Pablo II en el sentido de indicarnos a María como la mujer, la madre, en la teología. No se entiende al Papa si no es en términos de un hombre de Polonia, donde el santuario de Jasnagora, la virgen negra de los polacos, no solamente tiene la esencialidad de lo religioso, sino como Guadalupe en México, la dimensión de lo nacional, histórico. Las vírgenes que hacen patrias.
Todo hombre es filósofo, nos recuerda la Fides et Ratio. No hay persona en la que no tomen parte las afirmaciones sobre el sentido de la vida o de la muerte, la pregunta por el dolor humano o por el significado de su acción diaria. Estas cuestiones se encuentran permanentemente oscurecidas por actividades útiles y constantes pero, a menudo, innecesarias o poco esenciales. Recuperar la confianza en la fuerza de la razón era clave para afirmar la dignidad de toda persona. La máxima capacidad como imágenes de Dios la poseemos en el gozo por la verdad y el bien, la sabiduría mediante la cual sobrepasamos los acontecimientos cotidianos. La persona es un ser emergente de la historia y recibe del Creador una clara vocación metafísica de ultimidad. Es en Fides et ratio en donde el Papa asegura la existencia de una Única Verdad, aunque exista un doble orden de conocimiento, con objeto y metodología propias. Este doble orden, filosófico y teológico, es expresión de la bondad del Creador y de la bondad de nuestro mundo. El Papa tiene especial interés en sobrepasar la desconfianza de la razón. Este optimismo proviene de la mirada creyente sobre el mundo. La persona no se abre a la trascendencia, sino que nace abierta a ella.
EL CONCEPTO DE FILOSOFÍA CRISTIANA
Fides et ratio defiende con claridad la noción de la verdad universal, sobrepasando los historicismos que la puedan condicionar. Tenemos la posibilidad de efectuar juicios críticos y lúcidos sobre las cuestiones últimas. No se trata de una gnosis para privilegiados. En los principios comunes a la reflexión de toda persona se encuentra la explicitación del sentido común y de la filosofía realista del ser. “La noción de “filosofía cristiana” no debe ser mal interpretada: con ella no se pretende aludir a una filosofía oficial de la Iglesia, puesto que la fe como tal no es una filosofía. Con este apelativo se quiere indicar más bien un modo de filosofar cristiano, una especulación concebida en unión vital con la fe. No se Joan Martínez Porcell, El pensamiento filosófico de Juan Pablo II hace referencia simplemente, pues, a una filosofía hecha por filósofos cristianos, que en su investigación no han querido contradecir su fe. Hablando de filosofía cristiana se pretende abarcar todos los progresos importantes del pensamiento filosófico que no se hubieran realizado sin la aportación, directa o indirecta, de la fe cristiana” (Fides et Ratio, n.76) El reconocimiento de la filosofía tanto en el auditus fidei (propedéutica de la fe) como también en el intellectus fidei (explicación de la fe) no convierte al filósofo en un teólogo, simplemente es el contenido objetivo propio de la filosofía cristiana.
La Persona y su comunidad
Karol Wojtyla escribió hacia 1976 un ensayo que tiene la amplitud de un pequeño libro y que pretende continuar algunos de los temas y problemas del capítulo final de Persona y acto. Este texto se llama La persona: sujeto y comunidad. En él se busca articular una teoría de la relación interpersonal que supere la noción de intersubjetividad monadológica propia de la filosofía de Husserl. Con este esfuerzo, Wojtyla se coloca dentro de la tradición del pensamiento dialógico (Martín Buber, Emmanuel Levinas, etc.) que sostiene que la persona es un sujeto relacional llamado a la entrega sincera a los demás. Esta misma idea reaparece y se intensifica al momento en que Juan Pablo II escribe sus catequesis sobre el amor humano. Dios crea al hombre como unidad-de-los dos, como varón y mujer, para que el hombre no esté solo. La creación del hombre es un acto comunional (de las Personas divinas) que hace radicar justamente la imagen y semejanza de lo humano con Dios en su carácter relacional. El Papa insistirá en esta idea posteriormente en Mulieris dignitatem: el fundamento de la imagen y semejanza con Dios no es sólo la razón y la voluntad libre – como sostiene, entre otros, Santo Tomás de Aquino – sino la constitutiva ordenación del varón a la mujer y de mujer al varón. Para Juan Pablo II, el ser humano ha sido creado como “unidualidad relacional”.
La norma personalista de la acción
Karol Wojtyla en su obra Amor y responsabilidad realiza una amplia relectura de la segunda modalidad del imperativo categórico kantiano. Para nuestro autor es imposible explicar la auto-teleología de la persona si ésta no es propiamente un fin. Justamente su condición de fin es la que permite entender que la persona es “digna”, es decir, posee un valor absoluto incuestionable. Este valor es el fundamento y origen de la norma más importante y primaria de todas: Persona est affirmanda propter seipsam! ¡Hay que afirmar a la persona por sí misma y nunca usarla como medio! Karol Wojtyla denomina a este imperativo moral: norma personalista de la acción. Es curioso que justamente una de las Encíclicas de Juan Pablo
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