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Enviado por   •  6 de Diciembre de 2014  •  1.500 Palabras (6 Páginas)  •  182 Visitas

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LA EDUCACIÓN COMO PROCESO HISTÓRICO SOCIAL

Y SUS PERSPECTIVAS PARA EL NUEVO MILENIO

Prof. Yolanda Becerra Torres

El hombre que la educación debe plasmar dentro de nosotros no es el hombre tal como la naturaleza lo ha creado, sino tal como la sociedad quiere que sea; y lo quiere tal como la requiere su economía interna. (…) por tanto, dado que la escala de valores cambia forzosamente con las sociedades, dicha jerarquía no ha permanecido jamás igual en los momentos diferentes de la historia. Ayer era la valentía la que tuvo primacía, con todas las facultades que implican las virtudes militares, hoy en día es el pensamiento y la reflexión, mañana tal vez el refinamiento del gusto y la sensibilidad hacia las cosas del arte.

Emile Durkheim, finales del siglo XIX

1. La educación como proceso histórico – social

Educación es un término polisémico, pues refiere un proceso relacionado íntimamente con las características históricas y sociales de los diversos contextos los cuales determinan las condiciones que permiten definir el hombre, el mundo y, por ende, la educación. Es decir, todo el conjunto de definiciones constituyen una mirada que se conjuga con los requerimientos sociales signados por las características del momento, de la época y del lugar. Por tanto, en la medida en que los hombres y mujeres construyen su historia y enriquecen su cultura, surgen nuevas condiciones y formas de vida, cuya apropiación es necesaria, por los miembros de una sociedad, para desenvolverse en un contexto particular y para adquirir las herramientas que, a su vez, les permiten entender otras culturas y maneras de vivir. De esta forma, si lo ameritasen, pueden desenvolverse en otros contextos sin mayores limitaciones. Se trata de crear las condiciones para que los individuos se formen viviendo la unidad en la diversidad y viceversa.

Etimológicamente el término educación deriva del latín educare, formada por una palabra más antigua educere. Esta última compuesta por la partícula “ex” que significa fuera y “ducere” que significa conducir. Así puede darse una primera significación del término: educación es: Conducir desde afuera. Sin embargo, al revisar la literatura se encuentra que “exducere” ha significado engendrar y “educare” perfeccionar lo engendrado.

Ahora bien, a través de diversos autores la educación ha sido definida como un proceso que afecta al hombre como individuo y como ser social. Al respecto, conviene volver a las ideas del gran maestro venezolano Prieto Figueroa (1990) cuando expresa que la educación es un problema humano que se ocupa del hombre como individuo y como miembro de una comunidad en la que participa, considerando siempre que ésta no es igual en todos los tiempos ni en todos los lugares, lo cual se justifica, en la diversidad humana, producto no sólo de las características genéticas, sino también por el aporte las colectividades al medio en que viven y se desarrollan.

Botte (1991) por su parte expone que: “la educación es un proceso dialéctico, por el cual un sujeto en interacción con su medio desarrolla las capacidades que le permiten la formación de una personalidad autónoma e integrada activamente a la sociedad y cultura en que vive” (p.217). En tal sentido, se considera pertinente referir el enfoque de Flórez (1994) quien asume la educación como un proceso derivado de la herencia cultural, y como tal, su definición y caracterización se ajustan a las particularidades del momento. En atingencia a ello, señala tres grandes épocas de la educación.

1. La primera referida a los inicios de la humanidad, cuando el hombre desarrolla esquemas de pensamiento primarios que le permiten pasar de perseguido y esclavo de la naturaleza al persecutor y dominador de su medio a objeto de asegurar su existencia. Cuando descubre que al lanzar la piedra la fiera se espanta y huye, en ese momento se crean las condiciones para producción de un legado histórico. Al respecto expresa el autor: “Probablemente a medida que los instrumentos artificiales se perfeccionaban en su uso, fabricación, llegó un cierto momento, en que el mecanismo de memoria genética se volvió insuficiente, incapaz de retener y trasmitir los hábitos laborales” (Flórez, 1994, p. 155). Surge de esta forma la educación como un proceso trasmisor para el trabajo colectivo a través de la imitación, quizá en un primer momento, en el imperativo de “haz como yo”. Pero en la medida en que se complejizaba el proyecto civilizatorio, tuvo que crear nuevas formas de memoria social a fin de permitir la estabilidad y desarrollo de la población humana, caracterizando y cualificando al hombre hasta convertirlo en autor y protagonista de su propia historia (Flórez, 1994, p. 156). Es cuando se modera la agresividad y surge la moral, pues, se necesita preservar las personas depositarias del

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