Teoria De La Accion Comunicativa
Enviado por jordedos • 26 de Marzo de 2014 • 8.746 Palabras (35 Páginas) • 248 Visitas
La recepción de la “teoría de la acción comunicativa” de J. Habermas, en Iberoamérica en general y en Chile en particular, ha tenido un fuerte impacto en la reflexión epistemológica que hoy las ciencias sociales realizan respecto de la posibilidad de pensar una integración social de carácter multicultural. La bibliografía existente al respecto es abundante y en Internet se encuentra una importante publicidad de seminarios internacionales de universidades Iberoamericanas que reflexionan crítica y, en algunos casos también acríticamente, sobre los aportes de la teoría de la acción comunicativa para pensar proyectos de integración social de diversa índole. Sin embargo, es nuestra convicción que en estos debates académico falta una crítica epistemológica minuciosa respecto de las potencialidades y límites de esta teoría para el objetivo señalado. Queremos contribuir con esta tarea crítica sintetizando en este artículos los resultados más significativos de nuestra investigación respecto de la” heurística negativa” de esta teoría con el propósito de poder determinar cuán plausible es, hoy día, levantar desde ella sistemáticamente proyectos de integración de vínculos sociales multiculturales. Esta contribución parte (1) planteando el problema a discutir, a saber, la posibilidad de pensar racional y éticamente una paz social entre la radical heterogeneidad de pueblos que habitan en el medio biosfera. Pues las condiciones de interconexión global entre las distintas culturas hoy es tal, que exacerban las categorías racionales de que disponen hoy las ciencias sociales para pensar una integración social de carácter global. Es por ello que en (2) presentamos a la “teoría de la acción comunicativa” de Habermas como formando parte de ese conjunto de categoría que están siendo exacerbadas. Esto nos obliga a explicar y a dar razones en (3) de por qué y cómo esta “teoría” resulta categorialmente insuficiente para dar respuestas a los desafíos de integración social que requieren hoy las aspiraciones a construir dialógicamente la tan anhelada paz mundial. Las insuficiencias categoriales establecidas en nuestra investigación, son presentadas distinguiendo tres niveles de crítica a la “teoría de la acción comunicativa”: el nivel empírico, el metodológico y el metateórico o propiamente filosófico.
1. El problema
Nuestro epígrafe quiere expresar un presupuesto básico de esta investigación, a saber, que la diversidad cultural o que la pluralidad de pueblos que habitan la Tierra es un dato, por un lado, ineludible y, por otro, se trata de una pluralidad inherente a la condición humana que es necesario respetar, pues ella, entre otras posibles virtudes, es también una “bendición” . Sin embargo, este dato nos pone ante el desafío, también ineludible, de pensar racional y éticamente una pacífica convivencia entre esta multiplicidad de pueblos. Pues las condiciones de interconexión e intercomunicación entre ellos, hoy en día son tales, que permiten que se manifieste como máximamente problemático pensar en un diálogo y una convivencia pacífica entre diversas tradiciones culturales en concurrencia. Las condiciones a las que hacemos referencias, son los fenómenos económicos, políticos y sociales que caen bajo el rótulo de “globalización sistémica” (globalización económica y política) y 'mundialización' de los vínculos sociales (pluralidad de mundos de la vida en concurrencia). Son estos hechos los que obligan al investigador filosófico a problematizar la exigencia ética de “integración social” en el marco de una sociedad globalizada y mundializada. Por tanto, son estos hechos los que nos obligan al análisis crítico de la propuesta racional y ética de Jürgen Habermas, la cual se enfrentan al enorme desafío de proveer un aparato categorial adecuado para pensar el desafío ético de integración social, que supone esta nueva realidad emergente, a saber, sociedades que se ven en la necesidad de estructurarse a partir de encuentros sociales multiculturales. Decimos que “obliga”, porque frente a la "lucha de los poderes de las creencias", "la tolerancia militante puede [y debe] ocupar el lugar de la brutalidad armada" (cf. Habermas, 21997, p. 41-58 [1999, p. 39-54]).
Recordemos que en esta dirección de pensar la realidad social y política del presente y del futuro, surge la teoría social habermasiana, que construye su “heurística negativa” (Lakatos, 1982) teniendo como referente fáctico a sociedades “tardo capitalistas” o de capitalismo avanzado o de organización (cf. Habermas, 1973, pp. 50 ss. [1975, pp. 49 ss.]). Es posible afirmar, siguiendo a Habermas que: toda la “teoría de la acción comunicativa” es una respuesta “contrafáctica” frente a los problemas de legitimación del capitalismo tardío (cf. p. 79 ss.).
Otra cuestión importante de destacar es el hecho de que las teorías sociales en concurrencias, desarrolladas en el siglo XX, sólo son capaces de conceptuar una sociedad global a nivel sistémico, pero no pueden dar con un aparato conceptual que les permita pensar una integración social (fundadora de identidad) a nivel global . Por tanto, aquí el 'hecho de la mundialización' es un dato que nos obliga al “esfuerzo del concepto” .
Cabe señalar, también, que el diagnóstico sobre qué sea, en qué consiste y cuál sea su auténtica relevancia para la filosofía y la teoría social del hecho de la mundialización de los vínculos sociales es, hoy día, una cuestión disputada . Sin embargo, en medio de la pluralidad de tesis que se esgrimen sobre esta peculiar realidad, podemos encontrar como substrato a varios elementos comunes y consensuales, que constituyen al fenómeno económico-social de la globalización en un dato empírico relevante. Por tanto, sus consecuencias mundializadoras de los vínculos sociales son un dato empírico insoslayable ante la necesidad de contextualizar un debate ético-social, estrictamente contemporáneo. Son estos datos y relevantes consideraciones las que nos obligan a interrogarnos por los potenciales críticos y categoriales presentes en la “teoría de la acción comunicativa” de J. Habermas para pensar, a la altura de los tiempos, racional y éticamente una integración de carácter global.
2. Habermas y la “teoría de la acción comunicativa”
J. Habermas se sitúa en el marco teórico de una “racionalidad comunicativa” que intenta ofrecernos una comprensión global y crítica de la sociedad moderna, entendida ésta como la evolución sistémica de determinados procesos de racionalización cultural y social. Para lograr dicha intelección postula, explícitamente, una histórica devaluación del pensamiento filosófico como posibilitador de una imagen
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