Teoria De Los Idolos
Enviado por yuleisy_feliz • 3 de Julio de 2013 • 2.212 Palabras (9 Páginas) • 641 Visitas
“Trabajo De Filosofia”
I. “La Teoria De Los Idolos”
Los ídolos y las falsas nociones que han ocupado ya el entendimiento humano y han arraigado profundamente en él no sólo asedian las mentes humanas haciendo difícil el acceso a la verdad, sino que incluso en el caso de que se diera y concediera el acceso, esos ídolos saldrán de nuevo al encuentro, y causarán molestias en la misma restauración de las ciencias, a no ser que los hombres, prevenidos contra ellos, se defiendan en la medida de lo posible.
Son cuatro las clases de ídolos de las mentes humanas. Para mayor claridad les hemos puesto nombres, de forma que la primera clase la llamamos Ídolos de la Tribu, a la segunda Ídolos de la Caverna, a la tercera Ídolos del Foro y a la cuarta Ídolos del Teatro.
El remedio adecuado para la expulsión y alejamiento de los ídolos es la obtención de Nociones y Axiomas por medio de la verdadera inducción. Sin embargo, es muy útil la indicación de los ídolos, pues la doctrina de los ídolos ocupa con respecto a la Interpretación de la Naturaleza el mismo papel que la doctrina de las Refutaciones Sofísticas con respecto a la dialéctica vulgar.
Los Ídolos de la Tribu están fundados en la misma naturaleza humana y en la misma tribu o raza humana. Pues es falso afirmar que el sentido humano es la medida de las cosas; muy al contrario: todas las percepciones, tanto las de los sentidos como las de la mente, son por analogía humana y no por analogía con el universo. El entendimiento humano es semejante a un espejo que refleja desigualmente los rayos de la naturaleza, pues mezcla su naturaleza con la naturaleza de las cosas, distorsionando y recubriendo a esta última.
Los Ídolos de la Caverna son los ídolos del hombre individual. En efecto: cada cual [además de las aberraciones de la naturaleza humana en general] tiene un espejo o caverna propia que rompe y corrompe la luz de la naturaleza ya sea por la naturaleza propia y singular de cada uno o por la educación y trato con los demás o por la lectura de libros y la autoridad de aquellos que cada cual cultiva y admira, o bien por la diferencia de las impresiones, según ocurran en un ánimo ocupado de antemano y predispuesto o en un ánimo tranquilo y reposado. Pues el espíritu humano [tal como aparece dispuesto en los individuos particulares] es diverso y está completamente perturbado y procede de forma azarosa, por lo que muy bien dijo Heráclito que los hombres buscan las ciencias en mundos menores y no en el mundo mayor o común.
Hay también ídolos que surgen del acuerdo y de la asociación del género humano entre sí y a los cuales solemos llamar Ídolos del Foro, a causa del comercio y consorcio entre los seres humanos; pues los hombres se asocian por medio de los discursos, pero los hombres se imponen a las cosas a partir de la comprensión del vulgo. Así, una mala e inadecuada imposición de nombres mantiene ocupado el entendimiento de una manera asombrosa. Las definiciones o explicaciones con que los doctos han acostumbrado a defenderse y protegerse en algunos casos son completamente incapaces de restablecer la situación, sino que las palabras ejercen una extraordinaria violencia sobre el entendimiento y perturban todo, llevando a innumerables e inanes controversias y ficciones.
Finalmente están los ídolos que inmigraron a los anónimos de los hombres desde los diferentes dogmas de las filosofías y también a partir de las perversas leyes de las demostraciones, a los cuales denominaremos Ídolos del Teatro, puesto que cuantas filosofías se han recibido e inventado pensamos que son otras tantas fábulas compuestas y representadas en las cuales se forjaron mundos ficticios y teatrales. Y no hablamos tan sólo de las filosofías y sectas actuales o antiguas, puesto que pueden componerse y combinarse otras muchas fábulas de este tipo. Ciertamente: las causas de errores completamente diferentes son, sin embargo, casi idénticas. Y tampoco decimos esto únicamente de las filsofías generales, sino también de muchos principios y axiomas de las ciencias, los cuales se impusieron por tradición, por credulidad y por negligencia.
Francis Bacon. La gran restauración. Aforismos sobre la interpretación de la naturaleza y el reino humano.
II. Biografía
[pic]
Era hijo menor de Sir Nicholas Bacon, nombrado guardián del Gran Sello por la reina Isabel I. Su madre, Ann Cooke Bacon, segunda esposa de Sir Nicholas, era sobrina de Sir Anthony Cooke, hablaba cinco idiomas y estaba considerada como una de las mujeres más ilustradas de su época..
Aunque no se haya establecido con seguridad, hay razones para creer que Bacon recibió tutorías en su casa durante sus primeros años, y que su salud durante aquel periodo, al igual que con posterioridad, era delicada. En 1573, a la edad de 13 años, ingresó en el Trinity College de Cambridge, institución en la que cursó estudios hasta 1576, periodo que pasó en compañía de su hermano mayor, Anthony.
En Cambridge, sus estudios de las diversas ciencias le llevaron a la conclusión de que los métodos empleados y los resultados obtenidos eran erróneos. Su reverencia por Aristóteles, del que, a pesar de todo, no parecía tener excesivo conocimiento, contrastaba con su desapego por la filosofía aristotélica. A su juicio, la filosofía precisaba de un verdadero propósito y nuevos métodos para alcanzarlo. Con el primer germen de la idea que le consagraría, Bacon abandonó la universidad.
El 27 de junio de 1576 ambos hermanos ingresaron en de societate magistrorum y unos meses más tarde fueron destinados a Francia como agregados del embajador Sir Amyas Paulet. La situación política y social en la Francia de aquella época, durante el reinado de Enrique III, le proporcionó al joven Francis una valiosísima experiencia política al verse en la necesidad de llevar a cabo algunas comisiones diplomáticas delicadas. Aunque vivió en Poitiers, durante su estancia en el continente visitó París y las principales ciudades francesas, además de recoger informes sobre los recursos y la situación política de los diferentes países europeos, informes que se han venido publicando en sus obras bajo el título de Notes on the State of Christendom (Notas sobre el estado de la cristiandad), a pesar de que como apuntara el historiador James Spedding, el trabajo parecía ser autoría de uno de los ayudantes de su hermano Anthony.
En 1579, al conocer la muerte de su padre, Francis regresa a Inglaterra. La
...