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Thanatos


Enviado por   •  10 de Junio de 2013  •  Tesis  •  1.332 Palabras (6 Páginas)  •  262 Visitas

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THANATOS

“Cuando los jóvenes mueren,

alcanzo una gloria mayor”

Thánatos a Apolo en “Alcestis” (Eurípides)

Eforos y aedos

Desde los albores del tiempo, el hombre se ha cuestionado su existencia, desde el origen de la misma hasta su final. La muerte ha sido interpretada como un viaje hacia un Más Allá, con un mundo gobernado por un dios implacable y un ejército de divinidades menores, monstruos y deidades maléficas que personifican todas las desgracias y males que asolan a la Humanidad.

La noche se acerca y es hora de encender las antorchas. Aproxímate, viajero, porque Némesis, señora de la Oscuridad y Jocasta, reina de Tebas, van a hablar sobre uno de los dioses gemelos, Thánatos, señor de la muerte, y una de las divinidades que apoyaban a Hades, dueño del Inframundo. A través de esta narración aprenderemos sobre su lúgubre persona, sus hechos y también sobre aquellos que lo burlaron. Así que, viajero, siéntate junto a nosotros. La historia de Thánatos está a punto de comenzar.

Thánatos. Notas iniciales

Antes de entrar en materia, es necesario dar unas pinceladas sobre cómo entendían los griegos el mundo sobrenatural y las divinidades que habitaban en una de las regiones más oscuras y tétricas, el Inframundo. Para ello, hemos de remitirnos a Hesíodo, que en su obra “Teogonía” nos ofrece un catálogo de seres y de ubicaciones del cual podemos sacar estas conclusiones: En primer lugar, estaba el Caos, fuerza primigenia que lo comprendía todo. No existía nada más que esta esencia, de la cual fueron brotando Urano (el Cielo) y Gea, (la Tierra). Del Caos nacieron también las Montañas, el Mar, las Tinieblas y la Noche, también conocida como Nyx. Eran divinidades conceptuales, ideas que representaban fuerzas sobrenaturales arcaicas, sin forma humana, pero que parieron monstruos formidables, en contraposición con las siguientes generaciones de dioses, que ya compartían con el hombre sus pasiones y su presencia.

El mundo griego distinguía entre muerte violenta y muerte no violenta, y las divinidades subterráneas, como Hades (dios del Inframundo) y Thánatos (divinidad alada de la muerte no violenta), mantenían separados sus campos de actuación, de tal manera que sus acciones no colisionaran entre sí. Así, es imposible confundir a Hades con Thánatos, ya que el primero es el dios Olímpico que reina en el Inframundo, y Thánatos la personificación de la muerte que cumple con los preceptos encargados por sus hermanas, las Moiras, entes que ejecutan los designios del Destino, del que ni los mortales ni los dioses más poderosos podían escapar.

Thánatos. Nacimiento. Atributos

La Noche dio a luz a los dioses gemelos Thánatos e Hypnos, como espíritus emergidos de la propia oscuridad. Sobre la paternidad de estas dos divinidades, diversas fuentes hablan de Erebo, uno de los hermanos de la Noche, aunque también se baraja la posibilidad de que no haya intervenido deidad masculina alguna en su concepción.

No existe ninguna narración sobre la infancia y adolescencia de Thánatos. Lo que sí ha trascendido es su aspecto, inmortalizado en las cerámicas destinadas a los cultos fúnebres griegos: se trata de un geniecillo alado joven, a veces con barba blanca, y cuyos atributos son el ala de una mariposa, una corona o una antorcha invertida en una de sus manos. Las alas son motivo recurrente en estatuillas y en vasijas, ya que lo comparte con su gemelo el Sueño. No es infrecuente verlos tocados con cascos con una sola ala, llevándola cada gemelo en un lado diferente de su cabeza.

Se decía de Thánatos que era aquel que acudía en busca de los cuerpos de los fallecidos, cortaba un mechón de sus cabellos para ofrecer como tributo a Hades y se llevaba sus cuerpos al mundo de los muertos.

Thánatos. Dioses amistosos

Al genio que personificaba la muerte no violenta se le suele asociar con su hermano gemelo, el Sueño, o Hypnos, en la medida en que se les representa discutiendo por las noches, o bien por quién se llevaría

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