Toda una vida, para ser vivida

Ensayo:

Toda una vida, para ser vivida

La preocupación por la dignidad humana es hoy universal, las declaraciones de los Derecho humanos la reconocen, y tratan de protegerla e implantar el respeto que merece a lo largo y ancho del mundo.

Los grandes estudiosos definen la dignidad como valor inherente al ser humano, en cuanto ser racional, dotado de libertad y poder creador ya que las personas pueden modelar y mejorar sus vidas mediante la toma de decisiones y el ejercicio de su libertad. Pero, acaso esto quiere decir que; el ser humano debe decidir sobre el fin de su vida .Por supuesto que no. Si bien es cierto somos dueños de nuestros actos, pero no de nuestras vidas, sólo Dios puede decidir sobre ella pues él nos la otorga y decide cuando llamarnos a su presencia.

Muchas veces los seres humanos nos confundimos al distinguir entre lo que es indigno y lo que es verdaderamente digno, aunque existan algunas personas que disfrazan la indignidad con la máscara de la dignidad. Actualmente, podemos observar como organizaciones que promueven el suicidio asistido o la eutanasia llevan en su nombre la palabra dignidad .Palabra que es mal utilizada porque quitarle la vida a alguien o ayudar a que este se la quite no es proporcionarle una muerte digna, todo lo contrario es algo totalmente indigno que daña el espíritu de la persona que lo promueve y el de la que lo practica, además de que afecta a los familiares del ser humano y a la sociedad en general.

Hoy en día se entiende como eutanasia al llamado homicidio por compasión, es decir, el causar la muerte de otro por piedad ante su sufrimiento o atendiendo a su deseo de morir por las razones que fuere .Teniendo ese concepto la eutanasia se está convirtiendo en un poder incontrolable sobre la muerte, un veneno ético para el médico y un narcótico para la sociedad. Por esto la Encíclica Evangelium Vitae confirmo que la eutanasia es una grave violación de la ley de Dios en cuanto la eliminación deliberada y moralmente aceptable de una persona. Es decir todo tiene su momento y cada cosa su tiempo bajo el cielo; su tiempo al nacer y al morir.

Quienes creemos en un Dios personal que no sólo ha creado al hombre sino que ama a cada hombre o mujer en particular y le espera para él un destino eterno de felicidad y; en especial, los católicos, tenemos un motivo más que los que pueda tener cualquier otra persona para rechazar la eutanasia; pues estamos convencidos de que la eutanasia implica matar a un ser querido por Dios que vela por su vida y su muerte .La eutanasia es así un grave pecado que atenta contra el hombre y, por tanto contra Dios .Es por eso que Juan Pablo II dice que en el corazón del hombre está inscrita desde el principio la conciencia de la inviolabilidad de la vida y que cada quien es consiente de sus propios actos, pero ya todo depende el valor que se le dé a la vida .

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