Nuestra vida no es digna de ser vivida sino cuando la ennoblece algún idea

 “Nuestra vida no es digna de ser vivida sino cuando la ennoblece algún ideal. En la historia de la sociedad solo vive el que deja rastros en las cosas o en los espíritus. La vida vale por el uso de que ella hacemos, por las obras que realizamos. No ha vivido más el que cuenta más años, sino el que ha sentido mejor un ideal”.

Hoy nos reunimos para presenciar un acto que simboliza claramente uno de los valores que el Ejército de Chile posee “la Justicia”, que no es más que “dar a cada quien lo que se merece”.

Los soldados conscriptos que hoy han ascendido, reciben por parte del Ejército, un nuevo grado, que dice que son mejores y más experimentados como telecomunicadores, esto algunos lo llaman “cumplir con una ley”, mas yo prefiero llamarle forma de vida, la cual cada uno de los aquí presentes abrigamos de manera voluntaria.

Quienes han sido promovidos el día de hoy, son diferentes al resto, creen en que nos preparamos para servir de mejor forma a nuestro país y nuestra bandera, son diferentes porque son idealistas, están en constante evolución, porque no se creen dueños de la verdad, porque son jóvenes de cuerpo y de espíritu, persiguen ideales cual quimeras, sueñan con ser mejores cada día, son quijotes buscando derrotar gigantes.

Estimo también hacer un justo reconocimiento a quienes ayudaron a que hoy sean investidos en un nuevo grado, ya que ustedes hacían lo que más les gusta. El apoyo incondicional de sus familiares y amigos más la constante preocupación de sus instructores, que dejando a sus familias y tiempo de merecido descanso, han estado día y noche preocupados por el bienestar de cada uno de los soldados que integran esta unidad fundamental.

Gracias a ustedes por su interés, por mantenerse útiles, por capacitarse cada vez más, por querer aprender, por obtener de sus instructores lo bueno y lo malo, adquiriendo experiencia que les servirá para desempeñarse de mejor forma en el año militar.

Que sería de ustedes sin sus familiares y sus buenos amigos, aquellos seres extraordinarios que siempre los apoyan a la distancia, a cada uno de los que oran y los protegen siempre.

Queridos padres, dios les pague por confiar en nuestras manos lo más preciado, sus hijos, en quienes dispondremos lo mejor de nosotros para hacerlos verdaderos soldados de bien.

Para quienes ascienden, no tengo más palabras que de felicitaciones, por ser soldados incansables, demostrando interés en todo momento, cumpliendo de la mejor forma todas las misiones que les son encomendadas, de esta forma se moldea su carácter, recuerden que solo con presión el carbón se transforma en diamante!

Muchas Gracias.

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