Trabajo introductorio al Seminario de Filosofía del Derecho
Enviado por Eduardo André Castro Moreno • 4 de Febrero de 2021 • Ensayo • 1.540 Palabras (7 Páginas) • 122 Visitas
Alumno: Edgardo Castro Moreno
Clase: Seminario de Filosofía del Derecho
Dr. Héctor Rodríguez Espinoza
Universidad de Sonora, Departamento de Derecho
Hermosillo, Sonora a 11 de enero de 2021.
¿Quién es el maestro?
El Maestro Héctor Rodríguez Espinoza, mi docente; uno de mis más valiosos y preparados mentores que he tenido el honor de conocer a lo largo de mi desenvolvimiento en la bella y muy menospreciada licenciatura en Derecho, a mi parecer una de las profesiones más enriquecedoras e útiles para un individuo, tanto en su desarrollo humano, como cultural e intelectual.
Mi profesor, no requiere carta de presentación; su amplia trayectoria en los ámbitos educativo, de impartición de justicia, cultural e intelectual lo preceden.
La interrogante a discutir en este corto escrito redactado por un estudiante de octavo semestre en Derecho, que aspira a llegar a ser un divulgador de esta bonita disciplina, y claro, ejercerla con solemnidad, honradez y respeto; ¿Quién es el maestro?, a mi punto de vista es un erudito en el quehacer jurídico, un ejemplo a seguir, es un agasajo (coloquialmente hablando) el ser su discípulo. En uno de sus libros intitulado “Diálogos didácticos de introducción al Derecho” incursioné y me empapé de conocimientos jurídicos por primera vez, en el verano del 2017, recién empezaba mi tránsito en la ardua pero muy gratificante formación de un profesional del Derecho; el Dr. Héctor Rodríguez Espinoza encabezando mi horario escolar como mi profesor del seminario de Introducción al Derecho, temeroso de lo que me deparaba mi primer semestre en la Universidad de Sonora, comencé con fe y muchas ganas de destacar mi desarrollo profesional.
¿Qué quién es el Dr. Héctor Rodríguez Espinoza?, para mí es un destacado formador de abogados y facilitador del conocimiento jurídico formativo, ya que como mencioné en el párrafo anterior, cursé con él la asignatura introductoria al Derecho y una de sus obras “Diálogos didácticos de introducción al Derecho” me facilitó en gran medida el entendimiento del Derecho, ya que de cajón se utiliza el libro de “Introducción al estudio del Derecho” del Maestro emérito Eduardo García Máynez, una obra un tanto avanzada para un estudiante de primer semestre, a pesar de estar destinada a los mismos creo que no es para nada digerible a comparación del texto de mi mencionado profesor, que no se mal entienda lo anterior, la obra introductoria del Maestro García Máynez es magnífica, para ser estudiada unos semestres más adelante, a mi parecer.
Concuerdo con la postura del Maestro respecto a la constante actualización del Derecho, ya que nuestra disciplina se transforma en función de las necesidades sociales, económicas e incluso ambientales de nuestro municipio, estado, nación y el mundo entero. Es por ello que considero al Maestro un ejemplo a seguir en el futuro ejercicio de mi profesión, ya sea en el ámbito de su ejercicio libre, investigación o jurisdiccional; claro además de mi padre, un excelente abogado, un profesionista al que admiro, aspiro superar y escucho con especial aprecio sus enseñanzas, vivencias, consejos, recomendaciones bibliográficas y demás.
Concluyo este texto, con una frase que escuché en el video de Cartas sobre la mesa del Maestro Rodríguez Espinoza “si uno no estudia diariamente, es cada día menos abogado”.
¿Quién fue Hans Kelsen?
Fue un jurista nacido en Praga, el 11 de octubre de 1881, aunque radicado en Viena, Austria; este pretendía estudiar las ciencias exactas, pero las limitaciones de la época para desarrollarse profesionalmente en esas disciplinas lo orillaron a optar por entrar a la Facultad de Derecho de la Universidad de Viena.
En el año de 1906 se tituló como Doctor en Derecho en su alma máter, y con ello se dedicó enteramente a la academia. Posteriormente, en 1911 Kelsen publica su primera gran obra devenida de la doctrina de la proposición jurídica y en la ya citada anualidad se le habilita a este como profesor de Derecho estatal y filosofía del Derecho en la Universidad de Viena, misma que lo vió nacer como jurista; al año siguiente contrajo matrimonio con Margarita Bondi, Austriaca nacida en Viena, con la que tuviere dos hijas.
Con la invitación del Canciller Karl Renner, devenida de la posguerra, participó en las diligencias preparatorias de la Constitución de la república de Austria, la cual entraría en vigor en 1920, cuya característica más notable sería la del control de constitucionalidad a través de los tribunales, garantizando con ello la cabal aplicación de la constitución de la anteriormente citada nación Europea. En 1922 fue nombrado miembro vitalicio del tribunal constitucional Austríaco, con el correr de los años hasta la década de los cincuentas, el jurista decidió aceptar un lugar en la Universidad de la colonia Alemana, por lo cual obtuvo la ciudadanía Germana, en razón de ser atacado políticamente múltiples veces en su alma máter.
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