UNA PAUSA

Hoy en día es difícil tener una pausa en nuestras vidas, un momento de reflexión, de dialogo interno, como nosotros mismos-; estos momentos se ven negados por el ritmo de vida que se lleva a vado todos los días, nos preocupamos sobre nuestra apariencia física, el atuendo que llevamos puesto, la manera en el cuerpo, la manera de regular la voz, la manera en general de actuar ante los demás y demasiado poco por aspectos de cordialidad, de amabilidad, de respeto, los otros se convierten en enemigos que tenemos que destruir ya no con armas, sino con burla, una crítica, un diploma, una idea, con dinero, etc.

En un mundo globalizado la pausa solo se encuentra en los aparatos modernos, en los videos de moda, en la música de moda y no en nuestras vidas.

El capitalismo transformo en mercadeo el tiempo que transcurre y nos lo vende en dos tiempos en un pasado que refriteamos todos los días en forma de música, moda, ideas, películas, etc. Basta darse una vuelta en un centro comercial y ver los productos ofrecidos por ellos en las vitrinas, productos que se presentan como lo más moderno en el caso de la moda pero articulado gramáticamente bajo el nombre de “retro”, incrementando el valor de las prendas (pensemos el caso de converce) o en la música donde los “músicos de moda” sacan el último disco a partir de covers de otros artistas.

Ustedes pensaran, ¿y luego?, en efecto es bastante difícil dejar de hacerse preguntas ante estos escenarios, pero pesemos ¿estamos formulando las preguntas adecuadas? O incluso no cuestionamos la información, el conocimiento mismo, los valores y nos dedicamos a disfrutar de la vida, de los placeres inmeda en el alcohol, cigarrillos y mujeres, ese es el escenario de los jóvenes hoy día, de la moda, los tenis y el más moderno IPAD, incluso hasta en el lenguaje existen modismo que en un nivel asordo se reduce a groserías, acotando y mermando el capital cultural de los jóvenes, que nos inclinamos por el narcisismo y el hedonismo promundo por los medios de comunicación.

Bajo esta lógica el narcisismo e el actor principal de nuestros tiempos, y no es adecuada esta idea. Pensemos en nuestra ciencia misma que se torna bastante narcisista al creer y buscar un origen como lo demuestra IRRAMANTAKI en su lectura “El segundo Renacimiento” donde cuestiona a el paradigma científico, que con su Teoría del Big- Bang explico durante mucho tiempo el origen del universo pero como lo deja entrever el autor como explica un origen, sin principio, hablar de un principio supone que antes no hubo nada y eso nadie lo sabe.

“La pretensión de encontrar un orden único y orientado hacia nosotros tiene como fuerte nuestro deseo de dar significado al mundo que nos rodera, definirlo según nuestros propios términos” IRRAM ANTAKI

En estos escenarios de pauperización y pautomizacion de la sociedad me pregunto si nos seguimos cuestionando sobre muestro lugar en el planeta, o ¿De dónde venimos?, ¿A dónde vamos? ¿Quiénes somos?, como lo señale anteriormente, estamos tan obsesionados con el presente que dejamos y perdemos interés por el pasado y el futuro se torna cada vez más incierto. Es decir en otras palabras vivimos en un mundo de inseguridades e incertidumbres, la falacia de la industria cultural ha convertido a las sociedades en sociedades de consumo y deshecho, donde solo los “aptos”, “los inteligentes”, “los glamorosos”, pueden sobrevivir, competir, sobresalir, etc.

Esto es motivo de polémica ya que ante escenarios antes descritos, ante un panorama desolador, se tiende a pensar en otro gran mito que es “el sistema”, “la maquina voraz”, “el gran capitalismo”, como si fuera un todo una maquina insaciable que nos tiene controlados, destinados a la ida que nos eligió, no existe una escapatoria, más que seguir las reglas del juego prefabricadas, ¿o no?

Podemos revelarnos y tratar de ir contra corriente, contra el sistema, hacer algún movimiento que ponga en jaque al sistema y poco a poco caiga y terminemos derrabando esa “matrix”. La realidad es que no, no existe un sistema controlado, una matrix que controle y vigile todo lo que pensamos, lo que comemos, lo que vestimos, el sistema político, el económico, etc.

Ese es un gran mito creado por otro mito el de la “contracultura”.

La contracultura y sus manifestaciones (ropa, estilos musicales, movimientos sociales, películas, reportajes, etc.) lejos de ser propositiva, alternativa, contra el sistema capitalista, acaba por reforzarlo, ya que por lo regular estos movimientos o ideas contraculturales, no se dan cuenta que son parte de la misma cultura y lo que ellos denominan contracultura solo es un derivado de la primera y termina por absorberlos y comercializando sus ideologías y vestimentas.

Como los mismos autores señala a el movimiento hippie de los 60, que bajo ideas de “paz y amor”, intentaron convertir y poner en relieve lo que estaba ocurriendo en su país y Vietnam, pero que su vestimenta fue absorbida y hoy en día podemos ver sus artículos detrás de las vitrinas a casi 50 años después de esa contracultura que es comercializada hay, y no podemos dejar de lado la ideología ¿Dónde quedo?, indudablemente esos hippies tuvieron que formar una familia ya que no se puede ir contra las fases de las naturaleza y la sociedad.

Por el primer punto tenemos no se pude ser “joven”, se tiene que mantener claro es que existen cambios físicos y biológicos incluso hasta nivel psicológico que te modifica a lo largo de tu vida, esas cabelleras tuvieron que ser cortadas para tener un empleo, la ropa tuvo que ser lavada incluso hasta cambiada y las sandalias por unos mocasines, del atuendo hippie se paso al atuendo “yuppie”.

Ser jóvenes para la teoría contracultural es sinónimo de rebeldía, se intenta estar en contra “del sistema” “de la opresión”, pero que es lo que usualmente hacemos los jóvenes.

Repetir, eso es todo repetir y refritrear el pasado, todos pasamos por esos sentimientos de rebeldía y de inconformidad con lo que está pasando, ya sea globalifóbicos, punk, hippies, skatos, emos, etc. Todos están inconformes con su realidad y propone otra, inclusive la crean y/o al menos eso piensan.

Pero para el capitalismo ser joven es sinónimo de billetes verdes, una gran oportunidad para vender y colocar las mercancías.

Como lo señalaron los autores esto tiene el origen después de la segunda guerra mundial, donde e conformismo es algo inaceptable e aborrecible para cualquier sociedad, no se puede quedar de manos cruzadas ante un sistema político.

Una injusticia o cualquier cosa que afecte directamente a la persona.

La rutina no es una opción en nuestras vidas. Ahora regresemos a los jóvenes ¿somos rutinarios o rebeldes?

Si escuchamos música alternativa,

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