Una Colombia poco virtuosa en acto en miras a una virtuosidad en potencia

Una Colombia poco virtuosa en acto en miras a una virtuosidad en potencia.

En la zona noroccidental de América del sur se encuentra el territorio Colombiano fundado como un Estado, aquella palabra disiente para dos grandes filósofos Plantón y Aristóteles quienes daban una contextualización sobre dicho termino, el Estado era de índole natural, con carácter de mutualidad entre el ser humano con la capacidad de autorrealización, posterior a la familia el Estado es anterior en el orden del ser, este mismo término de Estado ha de disponer un conexión entre cada individuo y la política, esta última permite la organización de la sociedad, por ello los dos grandes filósofos plantean que no solo debe de existir una expresión de la realidad sino por el contrario una reflexión filosófica que den luz a las prácticas políticas. El Estado Colombiano ha sido objeto de avances históricos, pero en su mismo desarrollo junto con sus numerosas constituciones escritas ha sido participe de crisis políticas, económicas y sociales.

Teniendo una relación con aquel estado innato por naturaleza Aristóteles recalcaba (Giglioli, 1987) que aquel hombre que se convirtiera en gobernante seria de igual manera por naturaleza dentro de lo que sus capacidades y responsabilidades cumplieren, y aquí mismo se podría encontrar una de las variables que no permiten al Estado Colombiano posicionarse como una comunidad política virtuosa ya que gran parte su historia ha sido conducida por el conflicto entre ideología entre derecha e izquierda, con superioridad del movimiento de la derecha llegando al punto de alterar la naturaleza que deberían poseer los gobernantes, manipulando el origen y carácter de otros no adecuados para ejercer el poder ya que están en miras de seguir ordenes en este caso del Ex presidente Alvaro Uribe y su equipo de trabajo llegando a faltar el principio del interés general siendo desenvuelto en diferentes periodos de gobierno, un claro ejemplo de este argumento es la opinión de (Dorado, 2014) quién menciona : “Hay que impulsar las más amplias coaliciones para derrotar a la casta política tradicional – incluyendo el uribismo –, y a la vez ir juntando esa dirigencia joven que está frustrada dentro de los actuales proyectos políticos.”

También el filósofo destacaba que al hablar de Estado debía enmarcarse un “nosotros” ya que se disponía de un medio comunitario donde el hombre debe ser social, en este punto se puede encontrar otra de las grandes falencias que posee el territorio colombiano por la cual no puede llegar a ser políticamente y socialmente virtuoso, como lo menciona el Profesor de economía (Nupia, 2021) la población colombiana carece o tiene un índice muy bajo de confianza de unos a otros, ni siquiera se deposita un grado alto de confianza en aquellos que se rodean la mayor parte del tiempo día a día, esta desconfianza se fundamenta en las distinciones sociales y étnicas donde existe una gran desigualdad con múltiples grupos sociales, claro ejemplo se da en la visión que tiene la clase elite del pueblo y de manera viceversa, lo anterior se relaciona con un idea argumentada por  Platón “Aún en la ciudad más pequeña existen dos en guerra: los ricos y los pobres.”

Siguiendo con la corriente aristotélica que plantea un estado interventor sería correcto afirmar que Colombia dentro de su constitución política cumpliría los principios de la existencia de garantías para vivir bien, así sería un Estado interventor, no obstante, el filósofo habla de que la organización política de un territorio puede tener como objetivo el bien o el mal, haciendo énfasis en que aquellos sistemas negativos son un intento de conseguir el bien para los que gobiernan y el aprovechamiento del sistema mediante la corrupción, por ende en Colombia se ha presentado los suficientes debates políticos para catalogarlo de corrupto en sus diferentes periodos a lo largo de la historia, como lo expone la (Corporación Transparencia por Colombia,2019):

Las manifestaciones más claras de corrupción en Colombia se generan desde la propia disputa por el poder político y la financiación de la política, el desvío irregular de recursos públicos para beneficio particular, hasta los sobornos y maniobras del sector privado, en donde no necesariamente intervienen actores públicos. 

Teniendo en cuenta todo lo anteriormente mencionado con el énfasis filosófico y los vacíos del territorio colombiano, hemos dispuesto un análisis de que persona o líder político seria el ideal para desempeñar el arte de gobernar, escogeremos una persona que es característica por ser intelectual en su naturaleza y además en su experiencia profesional se ha destacado sobre otros, este pre-candidato es Alejandro Gaviria.

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