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PRIMER CAPITULO- LA POTENCIA Y EL ACTO


Enviado por   •  14 de Septiembre de 2016  •  Práctica o problema  •  1.334 Palabras (6 Páginas)  •  279 Visitas

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PRIMER CAPITULO- LA POTENCIA Y EL ACTO

Tesis I. La potencia y el acto dividen el ser de tal suerte que todo cuanto es, es acto puro o bien, es acto necesariamente compuesto de potencia y acto.

De todas las cosas que vemos en el mundo, unas han pasado del poder al ser; lo que puede ser está en potencia y lo que ha pasado del poder al ser es o está en el acto.

La potencia y el acto se definen y explican por sus mutuas relaciones. La potencia, es como una capacidad,  como un comienzo; es todo aquello que reclama desarrollo y perfección. El acto es el complemento, es la perfección que se le da.

La pura posibilidad se llama potencia lógica u objetiva; la capacidad real es una potencia subjetiva. El fuego es un principio de obrar, causante del calor; el agua es un principio de recibir, o receptivo del calor del fuego. La potencia de obrar es activa; la potencia de recibir, pasiva.

La potencia es el principio del cambio, mutación o movimiento, pues cambiar es moverse un ser de un estado a otro. Puesto que nadie puede dar a sí mismo, ni a otro, lo que no tiene, debe el sujeto recibir esta mutación de otro principio para hacerlo pasar a la nueva condición.

La realidad del movimiento no nos permite creer que la potencia y el acto sean ilusorios antojos de la mente. La realidad de la potencia y del acto, es negar la realidad de la vida del progreso de la humanidad, negar la experiencia, el Universo y el sentido común.

La potencia y el acto dividen el ser de tal modo que, cuanto es o es acto puro, o es acto necesariamente compuesto de potencia y acto, como principios primeros e instrínsecos. Acto puro quiere decir extraño o incompatible con toda mezcla. De dos modos puede estar mezclado o ser de algún modo impuro el acto: primero, cuando se recibe en una potencia, como el alma en el cuerpo, la voluntad en el alma y la virtud en la voluntad; segundo, cuando es modificado y perfeccionado por un acto ulterior, como la naturaleza ángelica, que, aunque no se recibe en un cuerpo, recibe el ser, las facultades y operaciones. El acto puro que no es recibido ni tiene limitación por abajo o por parte del recipiente. Por lo mismo que es el acto, es perfección absoluta y pura; excluye todo extraño elemento, es por sí mismo y en toda plenitud, inmutable y perfecto.

Fuera de Dios, todo es mixto, mudable, capaz de ganar y perder; hay en todo un elemento potencial, indefinidamente perfectible por el acto, por lo mismo, la potencia y el acto los primeros elementos necesarios y constitutivos de todo ser mudable.

Tal es la primera y mas radical división del ser: la potencia como género, el prindoio determinable; el acto como diferencia, el principio determinante.

Añade Santo Tomás que la potencia y el acto dividen, además, todo género de ser, esto quiere decir que la composición de potencia y acto es común en todas las categorías.

Siendo la potencia como el principio o bosquejo, y el acto como el termino o complemento, mutuamente se deben adaptar y ajustar hasta unirse estrechamente en la formación de de un solo todo. Por otro lado, una potencia meramente accidental tampoco puede ser sujeto receptivo de un acto substancial.

Tesis II. El acto, por lo mismo que es perfección, no está limitado sino por la potencia, que es una capacidad de perfección. El acto, en cuanto tal, solo significa perfección; el límite, por lo contrario, equivale a imperfección, privación o falta de algo. Cuando el ser es acto puro y en toda su plenitud, todo el es perfección, es ilimitado e infinito. El ser infinito necesariamente ha de ser único, quien carece de una sola perfección, no puede llamarse la plenitud del ser; está limitado y sujeto a la potencia; no puede concebirse ya como acto puro y perfecto.

Así como el límite viene de la potencia, que es de imperfección, la multiplicidad sólo puede venir del elemento potencial.

Lo dicho basta para insinuar la fecundidad de estos principios universales, lo más radicales de la metafísica que nos suministran la más profunda distinción entre Dios y las criaturas.

LA ESENCIA Y LA EXISTENCIA- Capitulo Segundo

Tesis III. La esencia en sí indica ya perfección y en tal sentido es acto; pero en orden a la existencia es todavía potencia no actualizada o que necesita su última perfección. La humanidad existe. Por eso la existencia es llamada última actualidad de toda forma, de toda realidad. Nada puede venir después de la existencia; imposible añadirle una perfección que no sea existencia.

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