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Vargas Llosa


Enviado por   •  5 de Noviembre de 2014  •  2.114 Palabras (9 Páginas)  •  190 Visitas

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La verdad de las mentiras…

Hoy en día se ha perdido la cultura de leer y no es necesario ir muy lejos para darnos cuenta de esto, tan sólo nos basta con hablar con algún niño, joven o adulto para escucharlos quejarse sobre algún libro que las profesoras de lenguaje les han obligado a leer y que les parece súper aburrido o no tener tiempo para hacerlo por los muchos compromisos laborales que se tiene.

No tienen tiempo. No hay dinero. Se duermen. Sus papás no les inculcaron la lectura. No saben qué leer. No entienden. Hacerlo no sirve para algo útil… y así hasta el infinito. La realidad que existe no es otra, sino que se ha perdido el valor por la lectura. Ya los estudiantes no acuden a las librerías, ni se investiga el porqué de las cosas, resulta más atractivo para muchos el avance de la tecnología, que leer un libro.

Es mucho más fácil y divertido para la juventud en este tiempo pasar más de tres horas al día en internet. Los padres de familia tienen mucha culpa por la ignorancia de sus hijos, ya que la mayoría de los jóvenes ven un libro y le huyen. Resulta difícil destacar y comprender que la lectura es fundamental para la educación, para poder desenvolverse y aprender a lo largo de la vida.

Gracias a la literatura el amor nació en un momento dado, se vuelve un quehacer creativo en el que el hombre y la mujer, vuelquen su imaginación, añadiendo a lo que un principio es instinto y satisfacción que enriquece y goza de sentimiento, belleza y espiritualidad.

Hay otros muchos aspectos en los que la literatura también ha prestado y sigue prestando una contribución fundamental a los seres humanos. En el dominio del conocimiento. La literatura es considerada la manera de expresarse de una cultura, una nación, lengua, época o género. Pero la literatura no sólo se halla restringida a lo que está escrito, sino también a lo que por medio de la tradición pasa de boca en boca hasta llegar a nuestros días, como sucedió con la literatura clásica. Ahora, ¿Se lee por leer o se lee porque se sabe leer? La lectura es la interacción entre un lector, un texto y un contexto. El lector, al leer, incorpora los conocimientos que posee, es decir, lo que es y lo que sabe sobre el mundo. El texto incluye la intención del autor, el contenido de lo dicho y la forma en que se estructura el mensaje. El contexto, incluye las condiciones de la lectura, tanto las estrictamente individuales desde la intención del lector, interés por el texto, efectos de la lectura del texto, como las sociales, en el caso de la lectura escolar, si la lectura es compartida o no, el tiempo que se le destina en las aulas, el contraste entre las diversas interpretaciones del texto. La reflexión entre lector, texto y contexto influye de una manera significativa en la posibilidad de comprensión de un texto y, por tanto, en las actividades escolares debería velarse por su adecuada vinculación.

Tanto así, resulta importante saber el porqué de la necesidad de leer y comprender lo que se está leyendo, o en el caso del docente, saber porque es importante la lectura en sus alumnos.

Resulta incomprensible aceptar que en las aulas de clase se deje a un lado la lectura en los últimos tiempos y no se trabaje la motivación de la misma. Es más fácil ceder a los caprichos del alumno por no leer, que inculcar el hábito a la lectura.

La enseñanza de la lectura en el ámbito escolar no sólo debe organizarse a partir las ideas, se refieren de manera específica al lector escolar y a los textos que lee. En una situación como la actual en la que el valor social de la lectura se devalúa a favor de otros canales de comunicación conviene insistir en la conveniencia de crear contextos de aprendizaje en los que la lectura se manifieste como una práctica sociocultural cuyo dominio favorece la comunicación entre las personas, el disfrute del placer del texto y el acceso al conocimiento cultural.

Esta consciencia del valor no sólo escolar sino social de la lectura es esencial ya que constituye el único factor de motivación de un alumnado que, en muchos casos, "no desean realmente saber leer". De ahí que las actividades de "animación a la lectura" y el uso pedagógico de bibliotecas escolares en un centro educativo deban tener clara esta perspectiva si es que no desean agotar su sentido en su dimensión académica.

Por tal motivo, nada enseña mejor que la literatura, como cita el autor Vargas Llosa, diferencias, culturas, riquezas de patrimonio humano, etc. La buena literatura invita a la diversión, a aprender, vivir a través de escritos las experiencias vividas.

Nadie debe leer sin más ni más, por nada, por rutina. Se lee porque se necesita leer. El fundamento de la lectura es una necesidad de información. Hay que leer y enseñar a leer en situaciones funcionales, en situaciones significativas. Ante cualquier texto, siempre hay alguna razón útil o lúdica que nos induce a leer. Esto supone leer con la mente activada: haciendo preguntas al texto. En definitiva, todo lector, ante un texto, tiene implícito o explícito un proyecto lector, un porqué o un para qué lee. Esa resulta ser una buena función docente en la creación de hábitos de lectura de sus estudiantes.

La escuela tiene la oportunidad de formar lectores críticos a pesar de sus limitaciones. Se trata de trascender el enfoque meramente alfabetizador hacia otro que pone el acento en la interpretación crítica de los textos. El trabajo pedagógico a partir de proyectos de aula, si flexibiliza las prácticas pedagógicas y reconoce la autonomía de los docentes en la elaboración de propuestas, constituye una estrategia definitiva para la seducción de los

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