Vida Escamuza
Enviado por eligiulian • 6 de Julio de 2014 • 487 Palabras (2 Páginas) • 262 Visitas
VIDA ESCARAMUZA
Por mucho tiempo he estado en la sombra, atrapado entre la tristeza y el temor de perderme en este, el laberinto más enmarañado y bruno que ninguno ha padecido. Espero una luz, un simple y minúsculo destello que me guie entre estos caminos tan estrechos.
Mis pasos son lentos, temerosos, pues muchas veces he tropezado y caído, me ha costado levantarme, pero lo he logrado, por efímeros segundos he sentido la gloria de lograr el objetivo, pero como siempre la tristeza y el temor están siempre al final de toda celebración.
Queremos avanzar, seguir creciendo, seguir soñando, seguir creyendo, seguir viviendo, pero te inermes, te desesperas, te acongojas, y te sumes en el mismo llanto que desapareció al quedarte dormida; buscamos paz, tranquilidad para poder pensar, pero no la encontramos, sin saber que ya la tenemos, que estamos a punto de perderla, perder la sensatez, la elocuencia, la cordura, perderlo todo por un poco de estrés, ahogarnos en una gota de agua, sin encontrar respuesta a un problema tan sencillo como salir del laberinto.
Se dice que la esperanza es lo último que se pierde, tal vez yo ya la he perdido y aun no lo sé; mi fe esta quebrantada, casi desaparece, pero sé que aun la tengo, pues es a ello a único que puedo aferrarme en los momentos de fracaso. Ni la fe ni la esperanza me dará una respuesta mientras yo no haga nada por encontrarla.
Mi mente se nubla, y como en una oscura tormenta de truenos y relámpagos, las maldiciones salen de mi boca, recuerdo desde el día más hermoso hasta el día más triste, los actos que no cometí, las mentiras que no dije, las verdades que oculte, las falsedades que no negué, las lágrimas que no derrame, las sonrisas que deje ir, hasta la última oportunidad que perdí. Me arrepiento de todo lo que hice y hasta de lo que no hice, me arrepiento, de callar, de ocultar, de negar, de perder y matar, aquel aliento de esperanza que se expandía lentamente entre los ríos con destino seguro hacia océano, desaparece sin rastro.
Deberían de encerrarme en una cárcel de máxima seguridad, pues lo he matado todo, lo he roto todo, lo he hurtado y lo he destruido, no tengo piedad para causar daño, es mi afición y pasión, es parte de mí, no lo puedo negar. Lucho para no llorar, pues ahora sé lo que soy, no es el destino ni el tiempo cruel conmigo, soy yo la que pierde el sentido de la orientación, siguiendo caminos truncos y laberintos enmarañados, yo soy la única responsable de mis actos, a la que deben juzgar y condenar.
Mi salvación no llega, y aunque el sol a salido, la tristeza se ha difumina por la calma de un nuevo amanecer, y mis ideas se han aclarado, la tranquilidad a un no ha llegado, pues esta batalla aún no se ha librado.
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